Cambio de Alemania, cambio de Europa
Con el cambio de canciller y de mayor¨ªa en Alemania, muchas cosas pueden cambiar en Europa. Algunas para bien; otras quiz¨¢s no tanto. Pero pronto lo sabremos, pues pese a que Schr?der haya manifestado tras las elecciones que sus dos prioridades son internas -el mercado de trabajo y la reconstrucci¨®n del este de Alemania-, va a descubrir, si no lo ha hecho ya, el peso de Europa en la pol¨ªtica de Alemania; y quiz¨¢s Europa, a su vez, el peso de la nueva Alemania. Pronto, pues adem¨¢s de otras citas en que se ha de esbozar el futuro de Europa, Alemania asumir¨¢ las riendas de la presidencia del Consejo de la Uni¨®n Europea el pr¨®ximo 1 de enero; justo cuando empieza el euro y desaparece -no f¨ªsicamente, pero s¨ª como concepto- ese icono que es el marco alem¨¢n. ?Entusiasmo de Schr?der por el euro? Desde el mayor realismo ha afirmado: "El euro est¨¢ aqu¨ª; debemos hacer que tenga ¨¦xito, porque, de lo contrario, se generar¨ªan problemas catastr¨®ficos".Que Los Verdes lleguen a ocupar la cartera de Exteriores no dejar¨¢ de tener repercusiones para la pol¨ªtica alemana, y la europea. Porque, en ese caso, la verdadera diplomacia de Alemania -desde luego su pol¨ªtica europea- no se dise?ar¨¢ en el Ministerio de Exteriores, sino en la propia Canciller¨ªa, a¨²n m¨¢s que en tiempos de Kohl. Tal paso puede contribuir a acentuar el declive del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores en la UE -el por algo llamado Consejo de Asuntos Generales- en favor, por una parte, de los consejos europeos (jefes de Estado y de Gobierno) y, por otra, de las reuniones de los ministros de Econom¨ªa y Finanzas (Ecofin, ya sea a 11, los del euro, o a 15), que han ganado peso y protagonismo con el nacimiento de la uni¨®n monetaria. Schr?der, adem¨¢s, parece apuntarse a las tesis de los socialistas franceses de potenciar un polo de poder econ¨®mico que contrapese el monetario del Banco Central Europeo (BCE). Con un Schr?der menos obsesionado por el cumplimiento a rajatabla de los criterios de d¨¦ficit p¨²blico puede surgir un cierto conflicto con el BCE, cuya pol¨ªtica apoya plenamente el presidente del Bundesbank, Hans Tietmeyer, que concluye su mandato el pr¨®ximo verano. Quiz¨¢s va a tener el Banco Europeo que releer el Tratado y recordar que le obliga en primer t¨¦rmino a mantener la estabilidad de precios, pero tambi¨¦n a "apoyar las pol¨ªticas econ¨®micas generales de la Comunidad", lo que incluye desde la protecci¨®n social hasta la solidaridad, como reza el Tratado de Maastricht. Es decir, esa Europa social que puede ahora verse impulsada Junto al mayor juego que le puede dar Schr?der a Londres -si Blair decide entrar a fondo en Europa, incluso para potenciar una pol¨ªtica exterior y de seguridad com¨²n-, los cambios de matices en la cultura que ha hecho presa de Alemania de que tiene que contribuir menos a las arcas comunitarias, o su postura a¨²n confusa sobre la ampliaci¨®n de la Uni¨®n, hay tambi¨¦n otros ejes de cambio de gran calado. Kohl representaba una visi¨®n renana, incluso cat¨®lica, de Europa. Schr?der, la Alemania m¨¢s n¨®rdica, protestante, y cuyo centro de gravedad se desplaza al Este, con el traslado de la capital. No por nada ha hablado el futuro canciller de la Rep¨²blica de Berl¨ªn.
El cambio de mayor¨ªa en Alemania llega cuando ese pa¨ªs intentaba salir del cascar¨®n en que le hab¨ªa metido su historia y su sentimiento de culpa. Si Los Verdes dejan su impronta, podr¨ªamos ver a Alemania volverse a ensimismar en algunos aspectos, frenar -a no ser que Milosevic consiga sacarla de quicio- los atisbos de mayor actividad diplom¨¢tica y de seguridad, y defender una pol¨ªtica exterior centrada, primordialmente, en consideraciones econ¨®micas. Una Alemania, y de rebote una Europa, m¨¢s posmoderna. En el fondo, m¨¢s japonesa.
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