La cartograf¨ªa del Guggenheim
En la p¨¢gina 1 del n¨²mero especial del Guggenheim Magazine, editado por el Museo Guggenheim Bilbao, aparece un mapa correspondiente, seg¨²n se indica, al "Pa¨ªs Vasco (Euskal Herria)". En ¨¦l aparece, sin citar detalles menores, el llamado Pa¨ªs Vasco franc¨¦s (en el departamento del Pirineo occidental), se?alizado, eso s¨ª, como "Francia"; Navarra; las tres provincias vascas, de las que Vitoria ha engullido, ya, el Condado de Trevi?o, que desaparece sin dejar huella, y Logro?o y Miranda de Ebro, que, en cambio, s¨ª se explicitan. No se indica de qu¨¦ tipo de mapa se trata, s¨®lo, vergonzantemente, que es "mapa adaptado del National Geographic", cuando es imposible que la revista bajo cuya advocaci¨®n se coloca haya publicado mapa semejante.Tal mapa no es una exageraci¨®n o un disparate, sino algo m¨¢s delicado, pues con el aparente fin de mostrar la localizaci¨®n de Bilbao, juega a crear una tendenciosa confusi¨®n entre dos conceptos: "Pa¨ªs Vasco", comunidad aut¨®noma espa?ola, y "Euskal Herria", territorio de compleja caracterizaci¨®n cuya materializaci¨®n geogr¨¢fico-pol¨ªtico-hist¨®rica m¨¢s aproximada tal vez sea el Reino de Pamplona del siglo X. Pero los t¨¦rminos no son equivalentes, y aqu¨ª lo simulan, pues en cualquier cartograf¨ªa el t¨¦rmino entre par¨¦ntesis s¨®lo traduce fidedignamente el anterior. As¨ª, el mapa es cient¨ªfica e informativamente inexacto y nefasto, pero, lo que es peor, pol¨ªticamente irresponsable, al permitir pensar a cualquiera que la citada instituci¨®n manifiesta no tanto una nostalgia por un pasado m¨¢s o menos remoto como definidos de-
Pasa a la p¨¢gina siguiente
La cartograf¨ªa del Guggenheim
Viene de la p¨¢gina anteriorseos para un futuro m¨¢s o menos inmediato. Comprobar la aplicaci¨®n de tal interpretaci¨®n de la cartograf¨ªa al resto de Europa provocar¨ªa carcajadas, si no fuera porque con excesiva frecuencia lo ¨²nico que tales mapas ayudan a provocar no es m¨¢s que sufrimiento. Bien es cierto que cuando tantos, en tantos lugares y momentos, nos obligan a comulgar con ruedas de molino, el que alguno nos intente catequizar con mojones de l¨ªmite tiene escasa importancia (am¨¦n de ser condici¨®n previa). Pero ser¨ªa de esperar que una fundaci¨®n como el Guggenheim Bilbao se dedicara, en vez de a equ¨ªvocos l¨ªmites territoriales, a aquello para lo que est¨¢ espl¨¦ndidamente dotada: la difusi¨®n, con vocaci¨®n universal, del arte y de la cultura.- . .
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.