El precio
A la tregua de ETA ha seguido la del PNV, y hasta el a?o 2000 no se va a plantear el precio pol¨ªtico de la pacificaci¨®n de Euskadi, aunque es posible que seg¨²n sea el resultado de las elecciones, la factura aparezca antes. Aquella pretensi¨®n ilustrada de que la verdad era siempre tan evidente que no pod¨ªa ser rechazada, ha sido uno de los sue?os m¨¢s locos de la Raz¨®n, y por eso D¨¹rrenmatt pudo escribir: "?Qu¨¦ tiempos ¨¦stos en los que hay que luchar por lo que es evidente!".Observo que tras el desconcierto causado por las dos treguas, algunos intelectuales org¨¢nicos del Estado, p¨²blicos o privados, empiezan a reaccionar e incitan al PP y al PSOE a pertrecharse frente al chantaje de los nacionalismos perif¨¦ricos. Ser¨ªa nefasto que as¨ª lo hicieran, porque el proceso de reforma del pacto de Estado es irreversible y cuanto antes se familiaricen los peatones de la historia y de esta historia con la evidencia de que hay un precio pol¨ªtico para la paz, antes lo valorar¨¢n, lo pactar¨¢n y lo asumir¨¢n. Puesto que tanto el PP como el PSOE creen en la pol¨ªtica de mercado, no tienen otra salida que aceptar la que asuma la mayor¨ªa cuantitativa o cualitativa socioelectoral y queda tiempo para que el precio pol¨ªtico por la paz sea clarificado. El general que ha accedido a la m¨¢s alta c¨²pula militar ha recordado que es tarea del Ej¨¦rcito conservar la unidad territorial, advertencia inoportuna, a no ser que asumamos la posibilidad de que el general Espartero bombardee Barcelona y estalle otra guerra carlista. Bueno ser¨ªa estudiar una nueva f¨®rmula de unidad de Espa?a que establecer cuando las llamadas nacionalidades aplazadas ejerzan un derecho de autodeterminaci¨®n inteligente, un derecho de autodeterminaci¨®n que permita la supervivencia de una Espa?a de gentes unidas por el mestizaje, por la melancol¨ªa por lo que nos cost¨® aceptar la evidencia, por la dieta mediterr¨¢nea y por la Liga nacional de f¨²tbol.
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