Aprendiendo a caminar juntos
En Sarajevo se pueden encontrar en un ¨¢rea de cien metros cuadrados una iglesia cat¨®lica, una ortodoxa, una mezquita y una sinagoga. Sin embargo, todo este alarde de convivencia no fue suficiente para impedir la guerra en Bosnia, azuzada sobre todo por el odio ¨¦tnico. Ahora, tres a?os despu¨¦s de que se firmasen los acuerdos de Dayton, que sellaron el final de la guerra en la antigua Yugoslavia, las comunidades musulmana, croata y serbia de Bosnia-Herzegovina inetntan aprender a caminar juntas de nuevo. Uno de sus primeros pasos lo han dado, curiosamente, en la Academia de la Ertzaintza en Arkaute (?lava). A lo largo de doce d¨ªas, 24 mandos de la Polic¨ªa de Bosnia-Herzegovina, procedentes de las tres comunidades enfrentadas en la contienda b¨¦lica, han compartido una experiencia in¨¦dita: han recibido un curso de formaci¨®n en materia de derechos humanos. El seminario ha sido patrocinado por el Consejo de Europa e impartido por especialistas de la Ertzaintza. Los agentes han analizado los comportamientos ¨¦ticos que deben mantener ante los ciudadanos de una sociedad que est¨¢ cicatrizando las heridas de una guerra civil. El numeroso armamento existente entre la poblaci¨®n dificultar¨¢ su trabajo para mantener el orden p¨²blico cuando las fuerzas internacionales abandonen la zona. Recomponer relaciones Para Ante Glavas, croata de 52 a?os, el curso ha sido de una gran utilidad. "Los resultados se ver¨¢n en el futuro. Lo que m¨¢s me ha impresionado es lo que he podido conocer del pueblo vasco. Por m¨¢s que nos esforz¨¢ramos, nosotros no podr¨ªamos ofrecerles y devolverles tanta amabilidad", dec¨ªa ayer. Sead Saric tiene 35 a?os, pertenece a la comunidad musulmana y conf¨ªa en ser capaz de aplicar las lecciones que ha recibido de la Polic¨ªa vasca. "La Ertzaintza es una polic¨ªa moderna, que se basa en m¨¦todos democr¨¢ticos. ?se es nuestro objetivo tambi¨¦n". Pero el camino no ser¨¢ f¨¢cil. Djordje Popovic, un serbio de 28 a?os, reconoce que el curso "es una inversi¨®n en recursos humanos que dar¨¢ sus frutos a largo plazo. El problema que tenemos en Bosnia-Herzegovina es de falta de medios. Desde el punto de vista t¨¦cnico no estamos bien equipados". Adem¨¢s, los tres polic¨ªas tampoco olvidan la animosidad que arrastra una parte de la poblaci¨®n. "Las cosas ir¨¢n mejorando. Reunirnos a todos ha sido muy ¨²til y bueno. Antes de la guerra ya conviv¨ªamos. Lo que hemos hecho en Arkaute es renovar algunas relaciones". Sead Saric insiste en esta idea. "Llevamos centenares de a?os conviviendo. Para nosotros el vivir juntos no es algo desconocido; lo que desconoc¨ªamos era vivir separados. La gran mayor¨ªa de nosotros no pod¨ªa imaginar que algo semejante iba a suceder". Ante Glavas, el de m¨¢s edad, asiente con la tranquilidad que le da su experiencia: "Tenemos que aprender otra vez a caminar juntos".
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