Noches de l¨²pulo y salchichas
Hay un lugar donde durante diez d¨ªas el olor a salchichas reci¨¦n hechas y chucrut lo llena todo. Donde los codillos y el pur¨¦ de patatas son devorados a velocidad de espanto. Donde el aire transporta el acorde¨®n y los c¨¢nticos monta?eses de la m¨²sica tradicional germana. Donde las ca?as de cerveza se sirven en jarras de medio litro. Podr¨ªa ser la base del sue?o de cualquier aspirante a Pantagruel, pero estas escenas forman parte de la vida real de Calpe, en La Marina Alta, cada vez que comienza el mes de octubre. All¨ª se celebra la Oktoberfest, la tradicional fiesta alemana de la cerveza que el Karnaval Club de esta villa import¨® de Munich hace once a?os. La Oktoberfest naci¨® en la ciudad alemana en 1810 y, como casi todas las celebraciones tradicionales europeas, no es sino una forma de festejar el fin de las cosechas, en este caso de las de trigo y ma¨ªz. No tiene ra¨ªces profundas ni explicaciones consuetudinarias de envergadura: su base es la exaltaci¨®n de la alegr¨ªa y, al igual que el movimiento se demuestra b¨¢sicamente andando, la forma m¨¢s llana de expresar la alegr¨ªa es comer, beber, re¨ªr y cantar. Y en eso, ni m¨¢s ni menos, es en lo que consiste esta fiesta donde el alto consumo de cerveza genera bajo la carpa un microclima de simpat¨ªa bonachona. La Oktoberfest calpina comienza el 3 de octubre, justo cuando acaba la alemana. Gunter Jahn, responsable de relaciones externas del Karnaval Club, asegura que cada d¨ªa pasan por la carpa instalada junto al polideportivo de Calpe unas 1.000 personas. Jahn, residente desde hace doce a?os en Espa?a, enmarca esta fiesta, y el resto de actividades que su asociaci¨®n organiza durante todo el a?o, en la intenci¨®n de conseguir que los cerca de 70.000 alemanes que residen o pasan sus vacaciones en la costa que abarca de Moraira a Benidorm encuentren las tradiciones de su pa¨ªs. El ambiente que se respira en la Oktoberfest es muy similar al que puede hallarse en cualquier casal fallero o rac¨® fogueril, sin ir m¨¢s lejos. Bajo la carpa circense, hay dispuestas mesas de varios metros de longitud con bancos corridos sobre los que asientan sus posaderas cientos de germanos -y cada vez m¨¢s espa?oles- hermanados por la nostalgia y el l¨²pulo. Sin necesidad de levantarse m¨¢s que para pedir otra ronda, pasan la noche bebiendo cerveza de Francfort, ingiriendo salchichas elaboradas seg¨²n las recetas tradicionales de Alemania y con ocasionales rondas de botellitas de un licor de hierbas llamado kuemmerling, cuyo rito de consumo -que incluye batirlo a base de golpes en la mesa y beberlo sujetando el cuello del envase con los dientes- "es ideal para el cachondeo", seg¨²n Jahn. Todo ello amenizado por un grupo de nombre impronunciable, Original Steinsbergmusikanten, llegado de Alemania para la ocasi¨®n y cuyos miembros, disfrazados de tiroleses y con las espaldas cubiertas por un decorado de alta monta?a en el que s¨®lo faltan Heidi y su abuelo, deleitan al personal con canciones que son coreadas por el p¨²blico. Cuando acometen una tonada m¨¢s festiva y popular de lo normal, los m¨¢s atrevidos la bailan en un entarimado situado entre las mesas y el escenario. Los m¨¢s t¨ªmidos, o aquellos a los que la cerveza ingerida les aconseja permanecer sentados, se cogen de bracete y se balancean en oleadas beodas. La simp¨¢tica fiesta ha tenido una gran aceptaci¨®n tanto entre la populosa colonia alemana de la Marina como entre los espa?oles que, seg¨²n Jahn, se muestran cada a?o m¨¢s deseosos de participar de las costumbres de sus vecinos germanos. Para el Karnaval Club supone su fuente de beneficios m¨¢s importante, ya que el dinero recaudado les sirve para organizar otra de las fiestas m¨¢s importantes de su pa¨ªs. Se trata del carnaval, los d¨ªas 20 y 21 de febrero. La Oktoberfest finaliza hoy, aunque se ha prolongado un d¨ªa m¨¢s, hasta ma?ana, con motivo de la visita de una delegaci¨®n de la ciudad alemana de Nenw¨¹rschnitz, hermanada con Calpe.
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