Terapias m¨¢s f¨¢ciles y r¨¢pidas
La investigaci¨®n gen¨®mica puede reducir enormemente la inversi¨®n en tiempo y en dinero. El 55% de las dianas terap¨¦uticas descubiertas en 1997 guardan relaci¨®n con impactos gen¨¦ticos; es decir, tienen su origen en alteraciones g¨¦nicas o bien son fruto de una funci¨®n an¨®mala de alg¨²n gen. La reposici¨®n de un gen an¨®malo o mutado por medio de terapia g¨¦nica, o la correcci¨®n de la funci¨®n de ese gen mediante f¨¢rmacos que la bloqueen, inactiven o supriman, precisa un tiempo de investigaci¨®n y desarrollo te¨®ricamente menor y, consecuentemente, con presupuestos tambi¨¦n menores.La primera consecuencia ser¨¢ la previsible reclasificaci¨®n de las enfermedades en funci¨®n de sus marcadores gen¨¦ticos, especialmente en las ¨¢reas que centran el inter¨¦s de los investigadores: cardiovascular; oncolog¨ªa; enfermedades infecciosas, metab¨®licas, pulmonares y neurodegenerativas; inmunolog¨ªa, y tratamiento del dolor. En un segundo plano, aunque no menos importante, quedar¨ªan las alteraciones debidas al proceso de envejecimiento y la investigaci¨®n del c¨®digo gen¨¦tico de agentes infecciosos, como bacterias y virus.
Conocidos los genes e identificadas sus funciones, las correctas y las an¨®malas, ser¨¢ posible entrar de lleno en la era de la medicina preventiva. ?Por qu¨¦? Porque se habr¨¢ dado con la f¨®rmula para identificar la predisposici¨®n de un individuo a padecer una enfermedad de origen gen¨¦tico y, una vez manifestada ¨¦sta, prescribir un tratamiento individualizado de acuerdo con su c¨®digo gen¨¦tico, un tratamiento supuestamente m¨¢s eficaz y con menores efectos secundarios. Situaci¨®n que, por cierto, lleva a varias cuestiones clave: ?qui¨¦n va a controlar y procesar la informaci¨®n gen¨¦tica de un individuo y su predisposici¨®n a desarrollar determinadas enfermedades? ?Qui¨¦n ser¨¢ el depositario de esa informaci¨®n? ?Acaso los organismos p¨²blicos de salud, los proveedores de kits de diagn¨®stico o el sujeto analizado? Y finalmente, como se pregunt¨® en la reuni¨®n celebrada en Nueva York, dado el conocimiento acumulado y la capacidad tecnol¨®gica para corregir las anomal¨ªas gen¨¦ticas, ?de qu¨¦ vamos a morir los humanos?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.