El Estatuto, en su hora cr¨ªtica
El Estatuto de Gernika cumplir¨¢ el pr¨®ximo 25-O diecinueve a?os de su aprobaci¨®n en refer¨¦ndum. Casi dos d¨¦cadas despu¨¦s del pacto entre los partidos vascos y el poder central, que fue la avanzadilla del actual Estado de las Autonom¨ªas, el Estatuto atraviesa horas dif¨ªciles. El bloque nacionalista ha recrudecido el debate sobre la "provisionalidad" del texto y recuerda que el Estatuto prev¨¦ su propia reforma para avanzar en la actualizaci¨®n de los derechos hist¨®ricos que no se recogieron en su d¨ªa. Mientras, PP, PSE y UA defienden que es el ¨²nico punto de encuentro entre los partidos y, por extensi¨®n, de la sociedad vasca. Los altibajos que ha sufrido el Estatuto de Gernika en su desarrollo han mermado la paciencia de los nacionalistas. La Declaraci¨®n de Lizarra y la posterior tregua de ETA han puesto en entredicho el actual marco jur¨ªdico-pol¨ªtico. Al menos eso creen los dirigentes de PNV, EA, HB e IU. Con este panorama, el partido de Xabier Arzalluz apuesta en su programa electoral por completar primero el Estatuto, es decir, conseguir el traspaso de las 38 materias que quedan pendientes, y actualizarlo despu¨¦s. Al fin y al cabo, seg¨²n el PNV, Europa est¨¢ en plena construcci¨®n, dise?ando su modelo. Por eso, los nacionalistas eluden las precipitaciones. HB siempre ha estado instalada a la contra, en su bunker inmovilista particular, y Eusko Alkartasuna aspira a rebasar el Estatuto, pero reconoce que hasta que no se produzca otro consenso, hay que completar y cumplir con el Estatuto porque es lo que hay. Contradicciones El proceso de desarrollo auton¨®mico no ha podido escapar en la legislatura que termina al tira y afloja que le ha caracterizado en la ¨²ltima d¨¦cada. Por un lado, el Gobierno vasco logr¨® importantes hitos, como la actualizaci¨®n del Cupo y del Concierto Econ¨®mico, pero por otra parte Madrid puso freno a las reivindicaciones de Vitoria sobre el traspaso del Instituto Nacional de Empleo. Una competencia b¨¢sica para el Ejecutivo vasco. El di¨¢logo auton¨®mico quedo interrumpido a mediados del a?o pasado. El deterioro de las relaciones del PNV con el PP corri¨® parejo al estancamiento del desarrollo del autogobierno. As¨ª, la cuenta de resultados que puede ofrecer el secretario de Desarrollo Auton¨®mico del Gobierno vasco en cuanto a traspasos se circunscribe a ocho competencias de rango menor. Entre ellas, algunas como la expedici¨®n de t¨ªtulos acad¨¦micos, regulaci¨®n en medio ambiente, la asistencia sanitaria del Instituto Social de la Marina o el marco jur¨ªdico de los mediadores de seguros. Tan s¨®lo la transferencia de medios humanos y materiales de la Administraci¨®n de Justicia tiene un peso espec¨ªfico. Sin embargo, el Gobierno ya ha presentado un conflicto de competencias ante el Tribunal Constitucional por entender que el Ejecutivo de Vitoria se ha extralimitado al elaborar los requisitos que deben reunir los funcionarios para formar parte de la plantilla judicial. Y es que la conflictividad entre ambos gobiernos ha sido una constante desde que comenzaron a llegar las transferencias al Pa¨ªs Vasco en 1979. El conflicto se ha constituido en una rutina porque la Constituci¨®n es indefinida, lo que deviene en una relaci¨®n permanentemente conflictiva entre el Gobierno central y las autonom¨ªas. Motor de la autonom¨ªa La llegada del Partido Popular y el posterior pacto con el PNV para apoyar la investidura del presidente Aznar abri¨® a los nacionalistas unas expectativas insospechadas. Su gran objetivo en esta legislatura era lograr la actualizaci¨®n del Concierto Econ¨®mico. El Concierto Econ¨®mico es el aut¨¦ntico motor del autogobierno. Un r¨¦gimen de autonom¨ªa financiera que provoca los recelos de las comunidades l¨ªmitrofes y la desconfianza de Madrid. El Estatuto y la Constituci¨®n son el sustento legal de esta singularidad, que constituye la piedra angular de la autonom¨ªa vasca. A trav¨¦s de un pacto entre la Administraci¨®n del Estado y Madrid, al Pa¨ªs Vasco se le reconoce la potestad de dotarse de una hacienda propia que recauda e inspecciona los impuestos. En la primavera pasada el PP y el PNV sellaron la actualizaci¨®n del Concierto, lo que permite a las tres diputaciones gestionar todos los impuestos, incluidos los relacionados con los monopolios y los alcoholes que hasta ese momento estaban al margen del fisco vasco. "Somos la decimosexta estrella de la Uni¨®n Europea, al menos en cuanto a soberan¨ªa fiscal", exclam¨® henchido de gozo el lehendakari Ardanza cuando se concret¨® el pacto. Pero desde entonces, la falta de sinton¨ªa pol¨ªtica entre populares y nacionalistas sobre dos reivindicaciones muy concretas ha atascado el desarrollo del autogobierno. El Gobierno vasco reclama la transferencia de la formaci¨®n profesional, que es la pieza clave del cap¨ªtulo sociolaboral, que a¨²n est¨¢ pendiente de recalar en Euskadi. Este traspaso suscita un abierto enfrentamiento ideol¨®gico, jur¨ªdico y pol¨ªtico entre sectores nacionalistas y el Gobierno central, CC OO, UGT y la CEOE sobre la forma de financiaci¨®n de la transferencia. Es decir, sobre la titularidad de la recaudaci¨®n del 0,7% que cada n¨®mina de los asalariados destina a la formaci¨®n profesional y del que el 0,35% sirve para la formaci¨®n ocupacional (desempleados) y el 0,35% restante para la formaci¨®n continua (trabajadores en activo). Por otra parte, el otro traspaso estancado es la titularidad de las autopistas. El desarrollo del autogobierno se ha movido entre la tempestad y la calma. El pacto entre el Partido Nacionalista Vasco y el Partido Popular ha propiciado un hito hist¨®rico como es la actualizaci¨®n del Concierto, pero no ha lubricado las relaciones entre Madrid y Vitoria. Y mientras unos se ocupan de llenar de contenido el Estatuto, otros -ELA, LAB y HB- se ocupan de clamar que el "Estatuto ha muerto". El 25 de octubre de 1979 el Estatuto de Gernika logr¨® 831.839 s¨ªes (53,1%); 47.529 noes (3,03%) y 644.105 abstenciones (41,1%). El pr¨®ximo 25 de octubre el Estatuto tiene otro examen.
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