La batalla funcionarial

El Gobierno, los ayuntamientos y las diputaciones disponen de una plantilla cercana a los 80.000 funcionarios. Es decir, casi 30 funcionarios por cada 1.000 habitantes. Una de las constantes del Ejecutivo en los ¨²ltimos a?os ha sido la congelaci¨®n de su plantilla, que en la actualidad es de 57.000 personas, incluyendo al personal de la Ertzaintza, de los organismos aut¨®nomos y de los entes y sociedades p¨²blicas. De esos 57.000, la Administraci¨®n general del Gobierno vasco se lleva 4.096 personas. Este n¨²mero ha aumentado en el ¨²ltimo lustro en funci¨®n de los nuevos traspasos desde la Administraci¨®n central. Durante la ¨²ltima legislatura el factor funcionarial ha tratado de ejercer su peso espec¨ªfico. El Gobierno nunca ha conseguido lubricar la relaci¨®n con las centrales. Casi todos los aspectos contenidos en su plan de recursos humanos han sido rechazados por los representantes de los trabajadores. "El maquinista puede saber lo que quiere, pero si los fogoneros no est¨¢n contentos el tren no anda". Con esta gr¨¢fica comparaci¨®n los sindicatos tratan de reflejar el estado maltrecho en el que se hallan las relaciones con el Gobierno. El Ejecutivo ha sacado adelante la modificaci¨®n de la Ley de Funci¨®n P¨²blica. Mientras el Gobierno ve en esta ley una posibilidad de flexibilizar la estructura de la Administraci¨®n, para las centrales coarta la movilidad de los funcionarios. "La movilidad pasa de ser un derecho de los funcionarios a ser un instrumento cuya utilizaci¨®n queda a la libre voluntad de la Administraci¨®n", protestan.