Del "thriller" griego al drama turco
Once horas antes de su inauguraci¨®n oficial, la Mostra comenz¨® su vor¨¢gine de proyecciones entre la improvisaci¨®n provocada por los ¨²ltimos retoques organizativos. El desangelado panorama de los operarios finalizando sus tareas manuales sorprendi¨® a los primeros espectadores que se acercaron a ver el arranque del festival. Empez¨® por tanto con grandes contrastes. Y lo hizo, en su secci¨®n oficial, con la cinta griega Paterfamilias de Nikos Perakis. El cine griego que llega a nuestro pa¨ªs sufre la inmensa losa de la espesura narrativa y el perfeccionismo de Theo Angelopoulos, su director m¨¢s internacional. No es el caso de Paterfamilias, un correcto thriller que cuenta la implicaci¨®n de un mediocre escritor en el secuestro de la hija de un magnate de los medios de comunicaci¨®n. Con personajes perfectamente reconocibles en la cultura mediterr¨¢nea (un empresario de oscuro pasado involucrado en sucios negocios, una cantante arribista y ninf¨®mana y un polic¨ªa corrupto), Perakis urde una trama que, pese a su superficialidad, logra mantener un cierto inter¨¦s a lo largo de su desarrollo. No faltan las mujeres fatales, en versi¨®n Helena, ni las referencias a las nuevas formas de riqueza en este final de siglo: los clubes de f¨²tbol, la especulaci¨®n inmobiliaria y las implicaciones pol¨ªticas. Todo un entramado de leve denuncia que tan s¨®lo se difumina en un final algo confuso. Y como tel¨®n de fondo, la omnipresencia de la televisi¨®n en toda la historia sirve como eje para cuestionar determinados valores ¨¦ticos en una sociedad que, amparada en el culto al espect¨¢culo, propicia la instalaci¨®n en el poder de insignes delincuentes. Tambi¨¦n ostentan el poder los protagonistas de Colapso, del turco Tunca Y?nder, un pl¨²mbeo relato sobre la ancestral rivalidad entre dos poderosas familias. El pretendido contraste entre la sociedad rural, representada por las carreras de camellos y la modernidad de las empresas de transporte por autob¨²s nos es mostrado con una simplicidad que recuerda los filmes de Paco Mart¨ªnez Soria. Una historia que parece sacada de los m¨¢s abyectos culebrones sudamericanos en la que abundan las largas secuencias de bailes regionales y los planos desenfocados de paisajes de la Capadocia. Dudo mucho que los pr¨®ximos visitantes de tierras turcas vean tantos camellos y tanto folclore como hay en esta pel¨ªcula. Porque ni como reclamo tur¨ªstico valdr¨¢.
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