El nogal de Arzalluz
Entrar con el otro y salir con uno mismo. Tal es el aviso que reitera Ignacio de Loyola para expresar la conveniencia de recurrir en el debate al disimulo y a la ocultaci¨®n de los propios fines para as¨ª alcanzar mejor la realizaci¨®n de ¨¦stos frente al enemigo. Sin duda Xabier Arzalluz, seguidor en tantos aspectos del santo guipuzcoano, conoce la m¨¢xima y la aplica como un componente esencial de su juego pol¨ªtico que de otra forma resulta a veces inexplicable. Todo modo es v¨¢lido, aun el recurso a medios en apariencia contradictorios, como pueden ser el idilio en Madrid con Aznar y la guerra a muerte en Euskadi contra los partidos "espa?olistas", si se persigue con firmeza y eficacia el bien, pol¨ªtico en este caso y fijado a partir de su concepci¨®n del ideario nacionalista. Es as¨ª como puede entenderse que Arzalluz afirme ahora que la independencia o la autodeterminaci¨®n no son temas de esta campa?a electoral cuando d¨ªas atr¨¢s ha declarado tajantemente que "el pueblo vasco no cabe en esta Constituci¨®n". Ante una situaci¨®n tan dram¨¢tica parecer¨ªa l¨®gico abordar el tema de inmediato. Pero no es as¨ª. Vale m¨¢s sosegar los ¨¢nimos hasta el 25 de octubre, hacer una campa?a constructiva, mostrando las maravillas de la gesti¨®n peneuvista a pesar de gobernar con un Estatuto seg¨²n ellos agotado. Toca buscar la recompensa en las urnas a la actuaci¨®n del PNV como adalid de la paz.
Resulta l¨®gico que el PNV intente difundir esta imagen, si bien los puntos oscuros no faltan. Ante todo, la consecuci¨®n de la tregua de ETA podr¨ªa haber sido el resultado en un proceso de negociaci¨®n en que el PNV llevara a sus interlocutores, no s¨®lo a renunciar al terror, sino a adecuar de alg¨²n modo sus reivindicaciones al orden pol¨ªtico vigente. La distancia pol¨ªtica previa entre ambas organizaciones no ten¨ªa por qu¨¦ verse modificada. Y sin embargo, se ha acortado enormemente, dando lugar al frente nacionalista orientado a la b¨²squeda de la autodeterminaci¨®n que encarna el pacto de Lizarra. Han sido el PNV y EA quienes han hecho suyo el planteamiento pol¨ªtico de ETA, frente al Estatuto y la Constituci¨®n. Como explic¨® en este mismo diario Egibar, ETA mantuvo el fuego sagrado y la ortodoxia, es decir, el legado independentista de Sabino; ahora, cabe deducir, lo comparten las tres formaciones PNV-HB-EA. Con lo cual, m¨¢s all¨¢ de la indudable tranquilidad temporal que introduce la tregua, no se abre una era de pacificaci¨®n pol¨ªtica, sino de enfrentamiento y en ella lo que se tambalea es el ordenamiento democr¨¢tico vigente. La frase de Arzalluz en el Alderdi Eguna es el justo colof¨®n de ese proceso de convergencia secesionista. As¨ª que, recordando a Fern¨¢n-G¨®mez, lo que se quiere pol¨ªticamente desde Lizarra no es la paz; es la victoria.
El episodio arroja luz sobre hechos que en el pasado resultaban inexplicables. Se hace veros¨ªmil aquella conversaci¨®n interceptada entre PNV y HB, donde Arzalluz establec¨ªa la divisi¨®n del trabajo: unos agitaban el ¨¢rbol y otros recog¨ªan las nueces. Eso explicar¨ªa tambi¨¦n la incre¨ªble l¨ªnea editorial del ¨®rgano de prensa nacionalista a partir de los secuestros y del lazo azul, con la proclama inicial de rechazo de la violencia que desembocaba inevitablemente en condena de los "espa?olistas" defensores de las v¨ªctimas y llamamiento final a la fraternidad abertzale. Cosa que ahora se vuelve l¨®gica si s¨®lo hab¨ªa una separaci¨®n en los medios. Por lo mismo, en el plan Ardanza, ante la proximidad de la tregua, ¨¦sta se convirti¨®, vistas las cosas desde el presente, en el pretexto para eliminar el que es hoy a las claras principal obst¨¢culo para los abertzales: la Constituci¨®n de 1978.
Por fin, para el PNV el horror pasado debe olvidarse porque hoy ETA y HB traen la paz y su gente son aut¨¦nticos vascos, correligionarios de Lizarra, no como ese buen salmantino de Arzalluz que tendr¨ªa que votar por correo en las elecciones de Espa?a. Ibarretxe proclama crispado como signo de tolerancia que ¨¦l pedalea al lado de un S¨¢nchez; de la calle, escenario de agresiones e intimidaci¨®n que protagonizaron mil veces los ahora invitados al "foro de la paz", ni palabra. Claro que si los partidos "espa?olistas" tratan de ocupar el poder solos, por el simple hecho de que les han votado m¨¢s, "se van a enterar", seg¨²n advirtiera Egibar. De modo que unos rogando y otros con el mazo dando, en especial ahora que no estar¨¢ Atutxa, acusado a¨²n por lectores de Deia de exceso de firmeza. ?F¨®rmula pol¨ªtica? Si hay suerte, Gobierno PNV-EA con apoyo exterior HB. Y a poner en marcha el "conflicto democr¨¢tico" de que habla Egibar. Luego, Xabier dir¨¢.
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