Euskal Herritarrok y la ventaja del alto el fuego etarra
La sucesora de HB aspira a recuperar el apoyo perdido por la subordinaci¨®n a ETA
Constituida hace poco m¨¢s de un mes, en plena convulsi¨®n interna ante la amenaza de ilegalizaci¨®n de Herri Batasuna, Euskal Herritarrok (Ciudadanos Vascos) es la imagen renovada de una HB que se quiere sacudir su inmediato pasado, en el que ha sido el colch¨®n de la violencia de ETA, para tener la iniciativa pol¨ªtica que hasta ahora le fue vedada por la organizaci¨®n terrorista. Aunque por ahora no sea m¨¢s que una imagen de marca electoral, la nueva EH, que aspira a recuperar el apoyo de tantos abertzales que se desengancharon por esta subordinaci¨®n a la banda terrorista, disfruta de una oportunidad de oro para medirse con el resto de fuerzas pol¨ªticas: la tregua indefinida de ETA. Sin la presi¨®n de la violencia etarra, la izquierda radical acude por vez primera a una confrontaci¨®n electoral en una pretendida igualdad de condiciones. Lo dif¨ªcil de esta plataforma electoral es que tiene que conseguir borrar la memoria de cuatro a?os de desestabilizaci¨®n violenta y provocaci¨®n diaria que ha sembrado la pol¨ªtica practicada en el d¨ªa a d¨ªa por HB durante la legislatura que termina. Y no s¨®lo respecto a su inhumana indiferencia mostrada ante la crueldad de los atentados terroristas, sino en el sectarismo provocador en el que hab¨ªa ca¨ªdo la coalici¨®n radical que le llev¨® a quedarse sola y sin respaldo cuando los 23 miembros de su Mesa Nacional fueron acusados de colaboraci¨®n con ETA por el Tribunal Supremo e ingresaron en la c¨¢rcel con una condena de siete a?os cada uno.
La tregua indefinida de ETA es una ayuda impagable para lograr este efecto amnesia que HB ya ha propiciado al reconvertirse en EH. La nueva plataforma, moderada y pol¨ªtica, representa una "autodisoluci¨®n encubierta" de la antigua coalici¨®n, seg¨²n reconocen internamente. Fruto de una autocr¨ªtica que ya inici¨® la direcci¨®n encarcelada, la creaci¨®n de EH ha estado impulsada por la necesidad de romper el aislamiento que sinti¨® HB al comprobar, con las movilizaciones de Ermua, que ETA hab¨ªa rebasado la capacidad de aguante social.
La Mesa Nacional que dirige Arnaldo Otegi desde enero impuls¨® esta apertura al exterior y dirigi¨® el camino a la moderaci¨®n a trav¨¦s del di¨¢logo con el PNV y EA que culmin¨® en el Foro de Irlanda. Y lo hizo en medio de la mayor campa?a etarra contra concejales del PP vasco y coincidiendo con una ofensiva policial que dej¨® a la banda terrorista tocada en sus flancos sensibles. Este torbellino de acontecimientos provoc¨® dentro del denominado Movimiento Nacional de Liberaci¨®n Vasco (MLNV), y particularmente en ETA, una autocr¨ªtica profunda que origin¨® la m¨¢s importante reorientaci¨®n estrat¨¦gica en este movimiento: siguiendo el ejemplo irland¨¦s, ETA ha renunciado a su protagonismo militar para delegar la b¨²squeda de soluciones en HB y LAB, impulsores del acuerdo con el PNV y EA.
En estos meses HB ha recorrido una traves¨ªa tan impresionante que hasta podr¨ªa incitar a poner en duda su autenticidad, aunque tiene dif¨ªcil retorno. Del silencio ante el asesinato de cargos electos, HB ha pasado a ser pregonera de la paz. Pero esta vez su discurso viene avalado por una tregua sin plazo de ETA. Es verdad que no le ha resultado f¨¢cil esta reconversi¨®n y que ha encontrado resistencias entre los j¨®venes del movimiento, los protagonistas de la etapa ya superada, pero se ha pasado p¨¢gina y ahora se busca el acuerdo y se elude la confrontaci¨®n.
La recuperaci¨®n de intelectuales, artistas, independientes y pol¨ªticos que la izquierda abertzale hab¨ªa ido perdiendo con su pr¨¢ctica de automarginaci¨®n y ruptura con el sistema es la tarea en la que est¨¢ volcada HB desde su reconversi¨®n en EH. En sus listas se encuentran, como testimonio autocr¨ªtico, sectores alejados de HB que regresan a la pol¨ªtica tras a?os de abandono, como Txomin Ziluaga o Patxi Zabaleta; Jos¨¦ Iriarte de Zutik, o Jos¨¦ Ram¨®n Casta?os, del movimiento Gogoa. Ahora necesita que esta apuesta de reforzar la actividad pol¨ªtica frente al uso de la violencia obtenga un apoyo masivo, para demostrar a los a¨²n dudosos, que los hay, que el giro estrat¨¦gico de ETA y su retirada a un segundo plano ha sido acertado, en sinton¨ªa con la realidad y las aspiraciones de su electorado.
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