La responsabilidad social de un ciudadano

Al conocer la inesperada noticia de la muerte de Carlos Ferrer Salat me invade un sentimiento de tristeza por la desaparici¨®n de un luchador infatigable en favor de las libertades y la modernizaci¨®n econ¨®mica, social y pol¨ªtica de Espa?a. Como empresario y como ciudadano, ten¨ªa Carlos Ferrer muchas virtudes. Pero en este recordatorio de urgencia me gustar¨ªa destacar sobre cualquier otra su fuerte sentido de la responsabilidad social que los empresarios deb¨ªan desplegar en el logro de una sociedad libre, democr¨¢tica y plural, y de una econom¨ªa de mercado. Este sentido de responsabilidad social como empresario fue el motor que impuls¨® el fuerte activismo civil que despleg¨®. En un pa¨ªs en el que los empresarios no son muy dados a asumir responsabilidades colectivas e institucionales, ni a jugar un liderazgo social activo, Carlos Ferrer fue una de las excepciones m¨¢s notables. Su labor y su tes¨®n han sido determinantes en la renovaci¨®n de la doctrina y la pr¨¢ctica de las organizaciones empresariales en Espa?a, y tambi¨¦n de la renovaci¨®n de la imagen social de los empresarios.

Con ¨¦l, los empresarios catalanes y su instituci¨®n m¨¢s representativa, el Fomento de Barcelona, se desprendieron del tufillo proteccionista e intervencionista que hab¨ªa dominado su trayectoria hist¨®rica desde el ¨²ltimo tercio del siglo pasado. Pero Carlos Ferrer supo imprimir ese mismo sentido modernizador a las instituciones representativas de los intereses empresariales espa?oles en su conjunto, liber¨¢ndolas del estigma procedente del capitalismo corporativo del franquismo. Su protagonismo en el nacimiento de la CEOE y su labor como presidente de esta organizaci¨®n hasta el a?o 1984, coincidiendo con el periodo de la transici¨®n democr¨¢tica, fueron claves en la consolidaci¨®n del cambio pol¨ªtico en Espa?a.

Un rasgo importante de su pensamiento y de su pr¨¢ctica en favor de una sociedad pluralista y con fuerte capacidad de renovaci¨®n fue su defensa de que los mandatos de las personas que estuviesen al frente de las instituciones sociales deb¨ªan estar sometidos a l¨ªmites estatutarios claros. Esta norma la recog¨ªa de la rica experiencia de renovaci¨®n que ofrec¨ªa una instituci¨®n barcelonesa, el C¨ªrculo de Econom¨ªa, que ¨¦l hab¨ªa contribuido a fundar en el a?o 1958 y de la que fue su primer presidente. Partidario de la renovaci¨®n no traum¨¢tica de las instituciones, Carlos Ferrer introdujo en los estatutos de la CEOE la norma de que la presidencia ser¨ªa de tres a?os, renovables como m¨¢ximo por otros tres. Adem¨¢s de otras muchas iniciativas, su labor fue m¨¢s que destacable en la consecuci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona y en el olimpismo espa?ol. Y se ha encontrado con la muerte mientras estaba al frente de otra instituci¨®n, el Consejo Superior de C¨¢maras de Comercio de Espa?a, en otro momento clave para la modernizaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola, y en las que las empresas se enfrentan al nuevo reto de la integraci¨®n y la globalizaci¨®n. Terco y apasionado, pero tolerante y abierto al di¨¢logo, Carlos Ferrer era un lector voraz con una curiosidad intelectual sin l¨ªmites. El sentido de responsabilidad social como ciudadano y como empresario, su defensa de la renovaci¨®n de las instituciones, como v¨ªa para el cambio y la innovaci¨®n, y su talante tolerante y abierto al di¨¢logo son el mejor legado que deja a la sociedad y a todos los que hemos tenido la fortuna de haberle conocido.