El delta, bajo el 'efecto Banyoles'

El efecto Banyoles empieza a extenderse a las embarcaciones de recreo tur¨ªstico que trabajan en el litoral catal¨¢n. Los 20 jubilados franceses ahogados en el sereno estanque de Banyoles el pasado d¨ªa 7, adem¨¢s de constituir una de las tragedias m¨¢s absurdas y gratuitas de la navegaci¨®n por el c¨²mulo de insensateces que llevaron a la muerte a los ancianos, tendr¨¢n el efecto beneficioso de cambiar los usos, las costumbres y las normas de este tipo de navegaci¨®n costera. El pasado s¨¢bado, varios ayuntamientos de la Costa Brava instaban a la Direcci¨®n General de la Marina Mercante a que hiciera m¨¢s por controlar la seguridad y las condiciones en que se realizan este tipo de cruceros tur¨ªsticos. Tambi¨¦n el s¨¢bado, el Ayuntamiento de Tarragona iniciaba la revisi¨®n de todo su sistema de seguros para comprobar si est¨¢ en condiciones de hacer frente a una responsabilidad civil similar a la que tiene que afrontar el Ayuntamiento de Banyoles como responsable subsidiario del siniestro.

El domingo, los anillos de la gigantesca ola que convulsion¨® el estanque de Banyoles, poblaci¨®n de la provincia de Girona y cuyo lago, el m¨¢s grande de Espa?a, se abastece directamente de las aguas del Pirineo, alcanzaron el conf¨ªn sure?o de la provincia de Tarragona. Dos embarcaciones de pasajeros que trabajan en el delta del r¨ªo Ebro fueron inmovilizadas en plena desembocadura del r¨ªo por una patrullera del Servicio de Vigilancia Mar¨ªtima de la Guardia Civil porque navegaban presuntamente en flagrante ilegalidad.

Se trata del transbordador Garriga, que atraviesa el Ebro y comunica las poblaciones de Deltebre y Sant Jaume d'Enveja, y de la barca de recreo tur¨ªstico Venus del Ebro, especializada en recorridos por el delta.

El transbordador Garriga pertenece a la empresa del mismo nombre y la concesi¨®n de su servicio data de 1842. Desde aquella lejana fecha, el servicio ha estado en manos de la familia Garriga. Este a?o no pas¨® la preceptiva revisi¨®n en seco (control que se realiza con la nave fuera del agua).

La Venus del Ebro, embarcaci¨®n con 92 plazas, no ten¨ªa permiso de navegaci¨®n porque en las revisiones a que la sometieron los inspectores de la Capitan¨ªa Mar¨ªtima de Tarragona en la pasada primavera "se detect¨® que carec¨ªa de extintores y que le faltaban aros salvavidas, por eso no se les dio el certificado de navegaci¨®n [documento sin el cual la barca no puede ni debiera navegar]", explica Jos¨¦ Manuel Belotto, capit¨¢n mar¨ªtimo en funciones de Tarragona.

Una secretaria de Transbordadores Olmos, propietaria de la barca, manifest¨® ayer a este diario que la nave trabaj¨® con absoluta normalidad durante el pasado verano, ¨¦poca de m¨¢xima demanda de este tipo de rutas tur¨ªsticas. Como carec¨ªa del ¨²ltimo de los permisos -el de navegabilidad, que se da cuando se han superado una bater¨ªa de controles-, ello quiere decir que lo hizo de forma ilegal. A Jos¨¦ Manuel Belotto no le consta que la Venus del Ebro haya trabajado desde la pasada primavera, pese a no tener los papeles en regla. "De lo que s¨ª tenemos constancia es de que no tiene renovado el permiso de navegabilidad", precisa.

Belotto se niega a reconocer que en la inmovilizaci¨®n de las dos embarcaciones tenga nada que ver el efecto Banyoles. Pero con la boca peque?a admite que en los ¨²ltimos d¨ªas se ha incrementado la vigilancia en el litoral.

En cambio, quien no tiene empacho alguno en reconocer que el atraque forzoso de su transbordador tiene que ver con el accidente de Banyoles es Ferm¨ª Llambrich Garriga, propietario, adem¨¢s, de un catamar¨¢n y de una golondrina tur¨ªstica en el delta del Ebro. "Desde lo de Banyoles nos ha cogido miedo a todos". Sencillo y campechano, explica que los agentes de la patrullera de la Guardia Civil que le inmovilizaron el transbordador explicaron que, tras la muerte de los 20 jubilados, tienen orden de aumentar la vigilancia de estas embarcaciones tur¨ªsticas.

En el delta del Ebro, entre Amposta y la desembocadura del r¨ªo, en unos espl¨¦ndidos parajes ricos en flora y fauna, junto al parque natural en el que anidan flamencos y cr¨ªan centenares de especies protegidas, navegan nueve embarcaciones que todo el a?o llevan a los turistas hasta la l¨ªnea donde el r¨ªo vierte su agua al mar.