La tercera decepci¨®n
El Athletic consume ante el Juventus una nueva oportunidad de acreditarse en Europa
El Athletic sigue sin ganar en Europa. El partido ante el Juventus, el equipo m¨¢s acreditado del grupo, le hizo reincidir en una situaci¨®n contradictoria: el Athletic domina a sus rivales, pero no los doblega por su propia ineficacia. Hasta la fecha ha sido superior a sus tres oponentes y a ninguno ha ganado por su mala punter¨ªa. Un equipo sin gol puede ser un equipo tan atractivo como blando. Al Juventus, un remedo de lo que alg¨²n d¨ªa fue, le asust¨®, lo tambale¨®, lo retuvo en su terreno, pero le perdon¨® la supervivencia. Entregado al f¨²tbol, al Athletic le falt¨® toque, malgast¨® su cartuchera y se complic¨® la vida tras haber arrancado los galones a un rival venido a menos. Del Juventus solo se tuvo constancia defensiva. Lo bueno y lo malo lo hizo el equipo de Luis Fern¨¢ndez. El carisma del Juventus es indudable; su f¨²tbol m¨¢s que discutible. Durante su reciente historia se ha convertido en el equipo que los entrenadores quieren tener, pero que resulta dif¨ªcil de digerir para el espectador. No conjuga las dos verdades del f¨²tbol: la urgente del banquillo, la l¨²dica del espect¨¢culo. Sus ¨¦xitos han provenido de lo primero, en detrimento habitual de lo segundo. Hoy en d¨ªa ha fruncido el ce?o a¨²n m¨¢s y apenas se vanagloria de un futbolista singular (Zidane) y de un par de atacantes sibilinos, de los que asustan con su inclusi¨®n en las alineaciones.
ATHLETIC 0
JUVENTUS 0Athletic: I. Etxeberria; Lacruz, Alkorta (R¨ªos, m. 4), Carlos Garc¨ªa, Larrazabal; Alkiza, Urrutia, Imaz, Guerrero (Ezquerro, m. 60); J. Etxeberria y Urzaiz. Juventus: Peruzzi; Birindelli, Tudor, Montero, Pessotto (Iuliano, m. 29); Di Livio, Deschamps, Zidane, Richards; Inzaghi y Del Piero (Fonseca, m. 80). ?rbitro: Kim Nielsen (Dinamarca). Lleno en San Mam¨¦s con gran ambiente. La presencia de alborotadores mezclados entre el centenar de aficionados italianos desplazados a Bilbao oblig¨® a la Ertzaintza a intervenir durante el descanso para evitar mayores incidentes. Los principales candidatos en las elecciones del domingo a lehendakari ocuparon el palco de honor.
El Athletic desnud¨® al Juventus en un pis-pas. Le meti¨® presi¨®n, le gan¨® el terreno y noque¨® su sistema defensivo con la velocidad de Etxeberria y la contundencia de Urzaiz. El medio campo cay¨® de forma progresiva y el partido adquiri¨® el cariz que deseaba el Athletic: visceral, agudo, apremiante; todo aquello que imped¨ªa pensar a un equipo m¨¢s laborioso que ingenioso, m¨¢s carism¨¢tico que realista.
Pero al Athletic le falta el gol, un asunto demasiado limitado a la personalidad de Urzaiz y a las travesuras de Etxeberria. El resto o no sabe o no contesta. Peruzzi se lo impidi¨® a Etxeberria en un contragolpe de manual con Urzaiz de asistente y Lacruz extravi¨® la mirada en un remate de cabeza a puerta vac¨ªa, extra?ado de tama?o protagonismo. A cambio, el equipo italiano hab¨ªa avisado en dos jugadas aisladas de Inzaghi, surgidas de la espontaneidad futbol¨ªstica y del desconcierto de Roberto R¨ªos, sustituto apresurado del lesionado Alkorta.
Era un partido igualitario. Id¨¦nticos esquemas (Lippi lo alter¨® en defensa para ajustarle las clavijas a Etxeberria), id¨¦ntica laboriosidad en el trastero del circulo central y capacidad ofensiva sobre sus oponentes. El Athletic, sin embargo, le otorg¨® un plus de calidad, de espectacularidad incluso, de futbol racheado. M¨¢s que con la solidez del Juventus (un equipo m¨¢s oficioso que oficial) tropez¨® consigo mismo, con su ineptitud en el gol, con la falta de tacto en los momentos determinantes.
Y el Juventus con el buzo, apelando m¨¢s a Deschamps que a Zidane, a Montero m¨¢s que a Del Piero (del que no se tuvieron noticias en San Mam¨¦s) y de tarde en tarde a Inzaghi, tan vertical como fr¨¢gil y ¨²nico encargado de discutir con el guardameta rojiblanco el mano a mano en el ¨¢rea. El equipo de Lippi reconvino tras el descanso el partido a un terreno m¨¢s industrial. De momento fren¨® el esp¨ªritu productivo del Athletic. En realidad lo blanque¨®, lo condujo a ese toquiteo que en tiempos de riqueza le otorgaba claridad y brillantez y ayer le serv¨ªa para ocultar los tiempos de crisis.
El Athletic se pele¨® con el gol. M¨¢s austero y obtuso en la reanudaci¨®n, m¨¢s frontal y previsible, sigui¨® haciendose acreedor al gol, tanto que Peruzzi le sac¨® de la raya una volea a Urzaiz y otro disparo a Alkiza. Un ejericicio de dem¨¦rito goleador que ratificaba la ineptitud en la tarea del equipo rojiblanco. Jugando bien, en la primera mitad, no lo consigui¨®; tampoco jugando de forma racheada en la segunda. Se limit¨® a exhibir su superioridad pasional y futbol¨ªstica, a reclamar su orgullo, a tramitar la esperanza sin llevarla a las ¨²ltimas consecuencias.
Y Lippi, el envidiado, el entrenador que dispone de aquello que los dem¨¢s quieren, se afanaba en la estrategia defensiva encargando a Montero el marcaje a Etxeberria, metiendo un nuevo central (Iuliano) a las primeras de cambio, incluyendo a Tacchinardi (otro defensa) en detrimento de Davids. El m¨¢s rancio estilo italiano llevado a la en¨¦sima potencia. El Juventus no est¨¢ para ruidos ni para excesos, un equipo vulgar y r¨¢cano, con Zidane a medio gas y Del Piero desaparecido en el combate moral que sostiene en Italia con el dopaje.
El Athletic es la viva imagen de la potencia f¨ªsica y la impotencia goleadora. Un equipo al que le falta el toque de distinci¨®n que se reclama en una liguilla presuntamente selecta que ayer cumpli¨® su primera mitad con el orgullo rojiblanco de igualarse a los cl¨¢sicos y la decepci¨®n de no haber obtenido a¨²n una sola victoria. Ayer le volvieron a sobrar argumentos, tantos como le faltaron goles hasta consumar una nueva decepci¨®n. El f¨²tbol, en cualquier circunstancia se mide en goles, aunque se valore en juego. Asuntos diversos que el Athletic no conjuga. El Juventus, se abstiene en la discusi¨®n.
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