P¨ªcaros
Tradicionalmente, la picaresca universitaria estaba unida al estudiantado. Era una picaresca borrachuza y m¨ªsera con la que se trataba de espantar las hambres. Hoy, m¨¢s que hambres, los universitarios tienen que espantar sus incertidumbres y para ello suelen recurrir a la litrona, pero no a la picaresca. Ahora, en la Universidad, los p¨ªcaros hay que encontrarlos m¨¢s bien entre el profesorado. En la tele se ve anunciando fasc¨ªculos a viejos catedr¨¢ticos que uno ha admirado mucho, e incluso a uno que sirvi¨® de hito moral durante el franquismo. Pero eso no es lo peor que hacen: hay una creciente industria del dictamen hecho al gusto del cliente en el que se manejan buenos pu?ados de millones. En esta industria, que parece salida de una Casa de la Troya del XXI, participan no s¨®lo las superestrellas de la c¨¢tedra que sirven de reclamo a los fasc¨ªculos, sino tambi¨¦n m¨¢s modestos y desconocidos docentes. Recientemente, el alcalde de Marbella ha acudido a un pu?ado de catedr¨¢ticos para tratar de buscar aval a su Plan General de Urbanismo. IU ha denunciado que al menos dos de ellos tienen relaciones de negocios con el municipio. Los archivos de prensa denuncian que un tercero fue cesado como consejero del Banco de Espa?a y sancionado con una multa de quince millones por uso de informaci¨®n privilegiada, lo que hoy es un delito recogido en el C¨®digo Penal. Pero de todos los expertos convocados por el singular alcalde de Marbella el que sin duda tiene m¨¢s futuro en esta industria del dictamen a medida es el catedr¨¢tico de Derecho Administrativo de la Universidad de M¨¢laga, ?ngel S¨¢nchez Blanco, que ha demostrado ser capaz de ejercer un prodigioso contorsionismo intelectual. En apenas dos meses, S¨¢nchez Blanco ha sido capaz de defender una tesis y su contraria sobre el PGOU de Marbella. Primero, en un dictamen hecho para la Delegaci¨®n en M¨¢laga de la Consejer¨ªa de Medio Ambiente. Luego, en el foro de expertos convocado por Gil. Estos d¨ªas, en la Facultad de Derecho de la Universidad de M¨¢laga el v¨ªdeo m¨¢s ansiado no es el de Titanic, sino el de la intervenci¨®n de S¨¢nchez Blanco en el foro de Marbella, en el que dice, entre otras perlas, haber visto la luz la noche anterior en una cena -a la que asisti¨® el alcalde- y en la que comprendi¨® que los nuevos edificios levantados junto al litoral no impiden ver el mar. La lectura de los veinti¨²n folios de apretada letra del dictamen y la visi¨®n posterior del v¨ªdeo deber¨ªa ser un ejercicio obligatorio en el Departamento de Derecho Administrativo de la Universidad de M¨¢laga. As¨ª los alumnos podr¨ªan hacer una justa valoraci¨®n moral de su catedr¨¢tico. Con su intervenci¨®n en el foro de expertos de Gil, S¨¢nchez Blanco forma parte ya del cuadro de honor de la excentricidad acad¨¦mica en el que hay otros muchos docentes y que dice bastante sobre el estado de nuestras universidades. Lo cierto es que en ese cuadro de honor s¨®lo hab¨ªa, hasta ahora, catedr¨¢ticos que se daban a conocer por sus pintorescas teor¨ªas racistas o machistas, pero lo hac¨ªan, aparentemente, de manera altruista. S¨¢nchez Blanco inaugura un nuevo apartado que parece estar m¨¢s cerca de una de las m¨¢s arraigadas de nuestras tradiciones: la picaresca.
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