El bienestar a la carta de Joan Romero
El l¨ªder socialista Joan Romero, contin¨²a intentando una alternativa al modelo neoliberal. En su informe pol¨ªtico al Comit¨¦ Nacional del PSPV, propuso una democracia dialogante. Ahora propone una reforma del Estado del Bienestar, que facilite una salida a los problemas actuales y se convierta en una alternativa a lo que llama larga noche neoliberal. Y lo hace en el pr¨®logo al documento laborista brit¨¢nico Un Nuevo Contrato para el Bienestar. El amanecer, dice, ser¨¢ socialdem¨®crata. A finales de los a?os ochenta, la desaparici¨®n del Muro de Berl¨ªn, el proceso de creciente globalizaci¨®n, la postmodernidad intelectual y la nueva sensibilidad del ciudadano, provocaron definitivamente el final del racionalismo pol¨ªtico. Izquierdas y derechas, intelectuales y estrategas, se vieron obligados a reorganizar sus concepciones, a modificar sus discursos y actitudes, suavizando estilos y contenidos. Unos y otros buscan desesperadamente, desde entonces, esa especie de Santo Grial, ese centro tan querido y disputado por todos. La democracia dialogante que propon¨ªa Romero era un instrumento para revitalizar el partido y tambi¨¦n para ilusionar a simpatizantes y ciudadanos, pero sobre todo es un medio para cambiar y avanzar en la democracia real. Un di¨¢logo ¨¢gil y, seg¨²n parece, may¨¦utico, que dio a luz un elemento nuevo para el debate, la transformaci¨®n del estado del Bienestar. Romero nos propone una nueva pol¨ªtica social, una especie de Estado del Bienestar a la carta. Todo parece muy coherente con los tiempos de ahora y con la creciente personalizaci¨®n de la sociedad. Si actualmente el ciudadano tiene una multiplicidad de opciones para elegir en casi todos los aspectos, de forma que decide continuamente lo que mejor se adapta a sus necesidades, ?por qu¨¦ no hacer lo mismo con la pol¨ªtica del Bienestar Social? Un Estado a la carta significa incorporar una sensibilidad postmoderna, donde el ciudadano pueda elegir entre un abanico de ofertas de servicios, de ayudas y planes, aquellos que se ajusten mejor a sus necesidades. Pero eso si, sin presionarlo; es deber del Estado del Bienestar ofrecer y facilitar al ciudadano programas, ayudas, formaci¨®n, etc¨¦tera, pero ser¨¢ decisi¨®n del ciudadano aceptarlas seg¨²n sus deseos y preferencias. La obligaci¨®n de este nuevo Estado ser¨¢ poner los medios al alcance del ciudadano, y la responsabilidad del ciudadano ser¨¢ elegir y mejorar su calidad de vida. En definitiva, un pacto entre iguales. Esta es la clave de su pr¨®logo: descartar el exagerado individualismo m¨¢gico de las filosof¨ªas neoliberales y, a la vez, romper con el desmedido racionalismo tradicional de la izquierda, aunque sin renunciar a sus objetivos de siempre. Seg¨²n Romero, el ¨¦xito de esa izquierda moderada, que acepta que el individuo preceda al Estado, depender¨¢ de que sea capaz de adaptar los medios tradicionales a los nuevos tiempos. Sus preocupaciones ser¨¢n las mismas que las de los neoliberales: presupuestos, d¨¦ficit, inflaci¨®n, desarrollo econ¨®mico, sector privado, sector p¨²blico. Pero sus metas son distintas: la igualdad y la redistribuci¨®n en funci¨®n de las necesidades de cada ciudadano. Una din¨¢mica entre individuo y Estado, que se ir¨¢ definiendo paso a paso y en funci¨®n de las circunstancias. Una negociaci¨®n en la que ninguno de los actores posee la verdad, pero donde el ciudadano abandona la pasividad y la sumisi¨®n del protegido, y el Estado renuncia al paternalismo del poder. Abrumado por tanta novedad en la izquierda, no es de extra?ar que su pr¨®logo est¨¦ cargado de t¨¦rminos aparentemente contradictorios. Por un lado, y como ya es habitual en los discursos de Romero, nos encontramos con los que definen la nueva ¨¦poca y sit¨²an al ciudadano como protagonista por excelencia; los m¨¢s frecuentes son "social, ciudadanos, sociedad, necesidades, servicios, problemas, soluciones". Por otro, los viejos t¨¦rminos de "presupuestos, inflaci¨®n, mercado, paro, empleo, gobierno, econom¨ªa". Combinando ambos conjuntos de elementos ret¨®ricos, conseguimos saber de verdad lo que nos propone el l¨ªder socialista, ?est¨¢ hablando de una nueva racionalidad!. Romero la denomina segunda modernidad, un t¨¦rmino poco brillante y nada sugestivo para las nuevas sensibilidades. Su alternativa es una combinaci¨®n de racionalidad relativa y de construcci¨®n ciudadana. Su propuesta se acerca a un socioracionalismo pol¨ªtico, a un construccionismo social, donde el estado ya no es propietario de la verdad, sino que se elabora entre todos negoci¨¢ndola d¨ªa a d¨ªa. Entre ciudadanos y estado, entre partidos y votantes, entre neoliberales y socialdem¨®cratas, entre nacionalidades y la nueva Europa. Esta propuesta de Romero es una reinterpretaci¨®n de la izquierda, que intenta desvincular los medios de los fines. Una izquierda moderada y centrista, que sin abandonar sus viejos valores utilice nuevos caminos para llegar a ellos. Sus puntos de referencia son dos: el pacto social frente al contrato neoliberal y la Europa de pensamiento diversificado, frente a la Europa neoliberal de pensamiento ¨²nico. Europa y Estado son los dos t¨¦rminos m¨¢s utilizados por Romero en su pr¨®logo; son las nuevas coordenadas de la propuesta de Bienestar a la carta y del socioracionalismo pol¨ªtico. Si Romero consigue que el PSPV se olvide de las luchas internas, de los pactos y juegos familiares de poder antes de las pr¨®ximas elecciones, y se centra en desarrollar esta propuesta alternativa, en ofrecerla de forma clara y limpia al ciudadano, conseguir¨¢ presentar y dar contenido al nuevo estilo de la izquierda moderada, al margen de los resultados electorales. Por delante le queda una prueba de fuego, demostrar que los medios, las formas y los nuevos instrumentos no modifican a la larga los objetivos y las metas finales. Falta por ver si ese amanecer socialdem¨®crata no ser¨¢ la continuaci¨®n de una noche neoliberal. En cualquier caso, como ya viene siendo habitual, Joan Romero se est¨¢ convirtiendo en un corredor de fondo, que nunca gana de forma clara y evidente, pero que construye y negocia poco a poco un nuevo poder y una nueva forma de racionalidad pol¨ªtica.
Adela Garz¨®n es directora de la revista Psicolog¨ªa Pol¨ªtica.
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