El Ej¨¦rcito norcoreano se queda con alimentos que la UE env¨ªa a los ni?os
Onchon, 21 de septiembre. El inspector de la UE pide entrar en un peque?o almac¨¦n en el que supuestamente han sido amontonados 268 barriles de aceite vegetal de asistencia alimentaria europea a la hambrienta Corea del Norte. Duda de que en tan peque?o recinto quepan. Su solicitud es denegada porque, argumentan las autoridades, ser¨ªan necesarios 10 hombres para mover una sola tina y facilitar su entrada. El inspector se queda en las puertas del dep¨®sito y a?ade en su libreta un indicio m¨¢s que apunta al desv¨ªo de la ayuda.
?ste y otros muchos incidentes figuran recogidos en el primero de los informes, que ha podido consultar EL PA?S, que cinco inspectores comunitarios, encargados desde mediados de septiembre de vigilar la distribuci¨®n de la ayuda humanitaria en Corea del Norte, han hecho llegar a Bruselas.Sus observaciones hacen temer a la Comisi¨®n Europea que parte de la asistencia que brinda no se entrega a sus destinatarios, los ni?os de menos de siete a?os y los hospitales de dos provincias (Sur Pyongan y Sur Hwanghac), porque se la adue?a el Ej¨¦rcito. Corea del Norte, ¨²ltimo reducto del estalinismo, padece desde 1995 una gran hambruna que ha causado la muerte de, seg¨²n las fuentes, entre uno y tres millones de personas.
Hasta la fecha, tanto el Ejecutivo comunitario, que envi¨® hace un a?o al pa¨ªs asi¨¢tico a un primer equipo de inspectores, como las agencias de Naciones Unidas consideraban que la ayuda internacional, alimentaria y m¨¦dica, a Corea del Norte se repart¨ªa de forma equitativa entre sus habitantes m¨¢s necesitados. S¨®lo una organizaci¨®n no gubernamental, M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF), hab¨ªa puesto hasta ahora en tela de juicio la imparcialidad de la distribuci¨®n.
A finales del mes pasado, MSF asegur¨® que el reparto privilegiaba a las Fuerzas Armadas y al partido ¨²nico. La agencia de prensa norcoreana replic¨® que esta acusaci¨®n estaba "motivada por fuerzas hostiles decididas a sabotear la asistencia humanitaria".
El informe de los verificadores europeos sobre el terreno tiende a dar la raz¨®n a la ONG. Los problemas de los agentes comunitarios empiezan antes incluso de iniciar su misi¨®n. Los ch¨®feres y los int¨¦rpretes proporcionados por las autoridades, y que deben acompa?arles desde Pyongyang, la capital, hasta el lugar a visitar, suelen llegar tarde a la cita y alargan la pausa del almuerzo para recortar el tiempo de trabajo del inspector.
Una vez in situ, las cosas no mejoran. En otro almac¨¦n de Onchon aparecen s¨®lo 3.600 sacos de ma¨ªz, mil menos de los registrados. En Mundok, el 18 de septiembre, el int¨¦rprete impide al inspector comprobar los sacos de alimentos apilados porque s¨®lo est¨¢ previsto que controle all¨ª los barriles de aceite. En Mundok, unos d¨ªas despu¨¦s, tampoco puede hacer verificaciones porque el guardi¨¢n de la nave est¨¢ ausente.
Custodia militar
En el puerto de Haeju, el 19 de septiembre, son militares y no civiles los que cargan los toneles en camiones, y las autoridades locales no proporcionan al inspector los documentos de ruta de los camiones con sus matr¨ªculas y su lugar de destino. En Haeju, el 23 de septiembre, los sacos de alimentos se apilan en un hotel custodiado por el Ej¨¦rcito.Las conclusiones de los informes no se andan con rodeos. Las autoridades, afirman, no han adoptado las disposiciones requeridas para que los inspectores puedan acceder a los productos suministrados. Resulta imposible obtener informaciones claras y documentos de transporte. El registro de los productos entregados es muy imperfecto y su distribuci¨®n a los destinatarios se efect¨²a a trav¨¦s de m¨²ltiples centros intermedios que no pueden ser visitados sistem¨¢ticamente. Las cantidades con las que se abastece a guarder¨ªas, escuelas primarias y secundarias no han podido nunca ser controladas.
Los hechos relatados, termina el texto redactado por los inspectores, indican que la distribuci¨®n de la ayuda alimentaria, tal y como se estipulaba en el acuerdo con el comit¨¦ de autoridades norcoreanas encargado de encauzar la asistencia internacional, no se respeta, y la cooperaci¨®n, a todos los niveles, de los responsables de Corea del Norte deja que desear. Representantes comunitarios se quejaron el d¨ªa 4 ante los norcoreanos de las trabas puestas a su labor.
A diferencia de la UE, el Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PAM) no cree que las autoridades de Pyongyang desv¨ªen la ayuda en su provecho. As¨ª lo repiti¨® a mediados de mes en Tokio su vicedirector, Namanga Ngongi. Entre los extranjeros que en Corea del Norte se dedican a la ayuda humanitaria se asegura que los controles efectuados por el PAM son mucho menos rigurosos que los de la UE.
Aunque Corea del Norte considera a EEUU su peor enemigo, Washington es ahora, a trav¨¦s del PAM, el principal donante de ayuda humanitaria, justo por delante de la UE.
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