"El talento merma en los pa¨ªses sin sol"
, Giuseppe Sinopoli (Venecia, 1946), por alguna raz¨®n, la tiene tomada con los ingleses. Los conoce bien, ha sido director de la Philarmonia londinense durante a?os. El director italiano est¨¢ en Espa?a, donde ofrece dos conciertos, uno en Madrid, ayer, en el Auditorio Nacional, y otro en Valencia, hoy en el Palau de la M¨²sica, junto a la orquesta m¨¢s antigua del mundo, la Staatskapelle de Dresde, que celebra su 450? aniversario, con obras de Schumann, Wagner y Strauss.Primero hace una peque?a encuesta entre sus entrevistadores: "?En qu¨¦ idioma hablamos?" Y ofrece una serie de posibilidades: "Italiano, franc¨¦s, alem¨¢n". Alguien sugiere: "?Ingl¨¦s?" Y ¨¦l tuerce el gesto y responde: "Si es posible me gustar¨ªa evitarlo".
Pero las ideas m¨¢s p¨¦rfidas le vienen a la mente con la s¨®la menci¨®n de una frase que ha pronunciado en Madrid esta semana el cr¨ªtico ingl¨¦s del Daily Telegraph, Norman Lebrecht. Seg¨²n ¨¦ste, "las grandes estrellas de la m¨²sica vienen a Espa?a y dejan las sobras".
"?Qui¨¦n ha dicho eso?", replica en italiano el m¨²sico, arque¨®logo y licenciado en psiquiatr¨ªa. "Norman Lebrecht", se le responde. Y ¨¦l afila la cara, levanta sus cejas pobladas al tiempo que su pelo de le¨®n de la metro parece revolverse a¨²n m¨¢s y cuando cabe la posibilidad de que se levante de la silla se frena, sonr¨ªe maliciosamente y dice: "Ah, s¨ª, ¨¦se que escribe pornograf¨ªa musical. Ya s¨¦. A sus palabras s¨®lo puedo responder desde el punto de vista psiqui¨¢trico pero no estoy dispuesto a perder un minuto de mi tiempo preocup¨¢ndome siquiera en memorizar su nombre".
Con esa respuesta, el director italiano ha recuperado su finezza veneciana y ya, c¨®modamente instalado en el sarcasmo, quiz¨¢s absorbido en alguno de los palacios por los que desbarraba Lord Byron, sigue dando rienda suelta a su anglofobia: "De todas formas, la suya es una actitud t¨ªpicamente inglesa. Consideran que todo lo que no se hace all¨ª es pobre".
Y sigue. "Se creen que los del sur somos las hermanas pobres de Europa. En realidad lo que les falta es talento. Trabajan bastante, es cierto, como los alemanes, pero, en realidad, cuando voy all¨ª voy pensando que llego donde la hermana pobre de Europa en cuanto a talento. S¨®lo se salva Colin Davis. El resto no vale nada. Es l¨®gico, son pa¨ªses sin sol, aqu¨ª estamos preocupad¨ªsimos por disfrutar de la vida, all¨ª, no pueden y el talento merma".
Cuando se lee lo que Lebrecht cuenta de Sinopoli en El mito del maestro, una diatriba contra el oficio del director de orquesta, no es de extra?ar que Sinopoli se encolerice. Entre otras cosas, Lebrecht empieza diciendo: "La mera menci¨®n del nombre de Sinopoli es suficiente para que otros directores echen espumarajos por la boca y los m¨²sicos alcen los brazos y tiemblen de angustia". A partir de ah¨ª, aporta todo un glosario con las peores cr¨ªticas que Sinopoli ha tenido en su vida, su paso por orquestas como la londinense, ya mencionada, o la Filarm¨®nica de Berl¨ªn. Pero todo esto no parece influir en el hecho de que este singular director tenga la agenda completa hasta el 2004.
Su futuro profesional no ha sido llenado solamente con sus compromisos en auditorios y teatros del mundo, sino que tambi¨¦n ha dejado un a?o para dedicarse en cuerpo y alma a sus estudios de arqueolog¨ªa, que no representan para ¨¦l un mero divertimento, sino una de sus ocupaciones principales. "Paro un a?o para acabar mis trabajos sobre la reconstrucci¨®n de un relieve en el Palacio de Assurbanipal, en N¨ªnive, que realizaron los asirios a finales del siglo VII antes de Cristo".
En lo musical, piensa concentrarse en la ¨®pera. Trabajar¨¢ para La Scala, la ?pera de Viena, la de Florencia y el Festival de Bayreuth, exclusivamente dedicado a Wagner y en el que har¨¢ El anillo del Nibelungo. "Para un amante de Wagner, como yo, hacer el Anillo es como pasar una tesis doctoral", asegura.
Sinopoli es uno de los directores que entrar¨¢ en el siglo XXI en plenitud de facultades. Para ¨¦l, un responsable de orquesta en esta ¨¦poca debe "dar a la gente un mensaje humano a trav¨¦s de la m¨²sica, que es un veh¨ªculo para afrontar los problemas psicol¨®gicos y vitales claves". Un valor que recomienda para esos jueces, ingleses, qu¨¦ casualidad, que han dado inmunidad a Pinochet. "Es algo gracioso. Los ingleses van muy elegantes y estirados siempre con sus trajes oscuros pero llenos de manchas. Ese juez no s¨®lo tiene manchas en los trajes, tambi¨¦n las tiene en el cerebro", concluye.
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