Romper la baraja
Giuseppe Sinopoli Obras de Wagner, Rihm, Strauss y Schumann. S?chsische Staatskapelle Dresden. Director: Giuseppe Sinopoli. Palau de la M¨²sica, Sala Iturbi. Valencia, 31 de octubre de 1998.Frente a Sinopoli no valen las medias tintas. ?l rompi¨® la baraja hace a?os, cuando se atrevi¨® a interpretar la m¨²sica de Schumann en clave psicoanal¨ªtica. Su versi¨®n de la Segunda sinfon¨ªa, que grab¨® en 1983 con la Filarm¨®nica de Viena y que anteayer repiti¨® en el Palau con la Orquesta de Dresde, responde a un estudio del s¨ªndrome man¨ªaco-depresivo que afect¨® a Schumann, y por ende a la organizaci¨®n de su discurso como compositor. Sinopoli no se apea del burro e insiste en analizar el ¨²ltimo siglo de historia musical desde una perspectiva filos¨®fica que, salvando las l¨®gicas distancias, recuerda bastante el an¨¢lisis marxista de la historia. Para Sinopoli los ¨²ltimos 100 a?os registran la descomposici¨®n paulatina de los ideales inherentes a la sociedad burguesa y seg¨²n esta teor¨ªa los grandes compositores vendr¨ªan a ser como los "notarios" de la decadencia. La obertura wagneriana de Rienzi, tal y como son¨® en manos de Sinopoli, habr¨ªa hecho revolverse en su tumba al venerable Knappertsbusch. Pero el amigo de Bakunin que fue Wagner acaso se hubiera frotado con regocijo las manos, farfullando "por fin, alguien ha entendido algo". Toda la ret¨®rica del novelista Bulwer-Lytton (autor del relato original, como asimismo de Los ¨²ltimos d¨ªas de Pompeya) salt¨® hecha a?icos bajo la apisonadora de la Staatskapelle, orquesta emblem¨¢tica de la Alemania de Ulbricht. Por el contrario, la abrasadora sensualidad de la Salom¨¦ de Strauss (?ojo! texto de Oscar Wilde) recibi¨® en esta ocasi¨®n los atributos necesarios para que el orgasmo fuera completo. Y a prop¨®sito, recuerdo que la edici¨®n m¨¢s turbadora de la ¨®pera straussiana es la firmada por Sinopoli en Berl¨ªn, con la Malfitano. Tensa audici¨®n La maravillosa Staatskapelle, probablemente la orquesta de sonido m¨¢s bello entre las habituales del Palau, nos obsequi¨® con el plato fuerte del programa: Vers une symphonie fleuve IV de Wolfram Rihm. Obra muy reciente (se estren¨® el pasado julio), su tensa audici¨®n dej¨® fr¨ªo al conservador p¨²blico de abono, de seguro muy perplejo ante este atrevimiento de Sinopoli. La voz fresca y recia de Rihm es como un renuevo de las glorias musicales de Alemania, que muchos cre¨ªan acabadas tras el par¨¦ntesis del nazismo. Y bien: un psiquiatra veneciano, ¨¦l mismo compositor y director de orquesta pese a ciertos s¨¢trapas de la cr¨ªtica, vino anteayer a contarnos que la historia no se detiene. El r¨ªo caudaloso de la orquesta de Rihm lo confirma.
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