Evidencias
Rosa D¨ªez refiri¨¦ndose a la posibilidad de un Gobierno PNV-EA con apoyos puntuales de EH dice: "Si los nacionalistas tuvieran esas tentaciones, los ciudadanos les pasar¨¢n factura, porque lo que han dejado claro ¨¦stas elecciones es que tenemos que entendernos entre nosotros". Y Pablo Mosquera: "No supimos articular una respuesta com¨²n al pacto de Lizarra, no supimos hacer pensar a la sociedad que hab¨ªa otra manera de traer la paz, y ahora los que nos van a traer la paz son los que nos han creado los miedos y los muertos durante a?os". Carlos Iturgaitz, refiri¨¦ndose a Ibarretxe, le pregunta por "el modelo de pa¨ªs que queremos, si se quiere compartir proyectos entre todos o buscar v¨ªas para que unos est¨¦n c¨®modos en ¨¦ste pa¨ªs en detrimento de otros". Este tipo de declaraciones poselectorales es fiel reflejo de que ha sido una campa?a electoral pasional, pues se sigue transmitiendo el mismo mensaje perverso de fantasmas y akelarres euskoinstitucionales. Lo cual me da a entender de que el miedo que han proyectado los partidos estatalistas no ha sido una escenificaci¨®n, sino que es la realidad mental en la que se hallan inmersos.- . .
Dos realidades contrapuestas
Soy una de esas 120.000 personas en paro que no cobra nada del Inem, pero estoy harta de que los medios de comunicaci¨®n nos intenten hacer creer que la realidad es la del aumento de los beneficios empresariales, la del r¨¦cord de subida en la Bolsa, la de la contenci¨®n de los precios. Pero detr¨¢s de ese decorado de cart¨®n piedra se encuentra la cruda realidad, la de los contratos temporales, la de los salarios bajos, la de la madre que no puede estirar m¨¢s su monedero, la de los problemas familiares por la imposibilidad de emancipaci¨®n de la gente joven, la de la dificultad del acceso a un trabajo digno. De nada nos sirven las promesas vac¨ªas o todos los cantos de sirena de los partidos pol¨ªticos: nos dicen que el Bilbao del siglo XXI es el del superpuerto, el Guggenheim, la regeneraci¨®n de la r¨ªa, el nuevo estadio del Athletic, pero el futuro que nos han dise?ado es otro muy diferente: el trabajo de unas pocas horas en una empresa de trabajo temporal, la emigraci¨®n, la p¨¦rdida de derechos laborales y sociales, recortes en las prestaciones por desempleo y pensiones, endurecimiento del acceso al salario de pobreza. Y no dejo de preguntarme toda esa sinraz¨®n y locura a d¨®nde nos conduce. Aunque la respuesta sea bien sencilla: los ricos cada d¨ªa m¨¢s ricos y los pobres cada d¨ªa m¨¢s pobres y desesperados.- ..
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