D'Alema
Tuve ocasi¨®n de hablar con Massimo d"Alema en la fiesta de L"Unit¨¤ de Bolonia sobre su sorprendente interpretaci¨®n de que mi novela C¨¦sar o nada era una met¨¢fora gramsciana del Partido Comunista y sobre la iron¨ªa de que el compromiso hist¨®rico propuesto por Berlinguer se hubiera materializado en el Olivo, pasando por encima de los cad¨¢veres f¨ªsicos de Moro y Berlinguer, del cad¨¢ver pol¨ªtico de Craxi y sobre los cascotes del muro de Berl¨ªn.Luego se le propuso a D"Alema formar gobierno -?un poscomunista jefe de gobierno en Italia!- mientras el mundo entero segu¨ªa las idas y venidas de la posible extradici¨®n del verdugo Pinochet, reclamado por la justicia espa?ola. Curioso. El golpe de Pinochet hab¨ªa estado en el origen de la propuesta del compromiso hist¨®rico, a partir de un c¨¢lculo aritm¨¦tico de Enrico Berlinguer. La izquierda no puede llegar al poder mediante una m¨ªnima mayor¨ªa electoral porque recibe un consenso f¨¢cilmente desestabilizable por los grupos de presi¨®n de la derecha, lo que le hab¨ªa ocurrido a Allende. Para conseguir un consenso amplio, la izquierda ha de pactar con sus antagonistas m¨¢s estabilizadores, en Italia, entonces, la Democracia Cristiana.Veinticinco a?os despu¨¦s, Pinochet segu¨ªa siendo el due?o militar de Chile, pero Massimo d"Alema, heredero din¨¢stico de Berlinguer, pod¨ªa formar gobierno en Italia, al precio de un importante desarme ideol¨®gico que las izquierdas posmodernas, ll¨¢mense Blair, Felipe Gonz¨¢lez o D"Alema, justifican mediante el dilema: Predicar o dar trigo. A la espera del trigo que las izquierdas puedan conseguir pactando con las derechas, lo cierto es que el ritmo hist¨®rico se ha puesto al paso de un swing lento, frente al rock and roll de la revoluci¨®n de octubre de 1917, el pasodoble de la guerra civil espa?ola y el mambo n¨²mero 10 de la revoluci¨®n cubana. Tiempos lentos. Dir¨ªase que detenidos. Como esos veleros sin viento cuyo avance s¨®lo perciben los tiburones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Caso Pinochet
- Massimo D¡¯Alema
- Democracia cristiana
- Opini¨®n
- Golpe Chile 1973
- PCI
- Augusto Pinochet
- Enrico Berlinguer
- Partidos comunistas
- Extradiciones
- Dictadura Pinochet
- Cooperaci¨®n policial
- Italia
- Golpes estado
- Dictadura militar
- Casos judiciales
- Europa occidental
- Dictadura
- Conflictos pol¨ªticos
- Sentencias
- Historia contempor¨¢nea
- Gobierno
- Ideolog¨ªas
- Partidos pol¨ªticos
- Sanciones