Los especialistas analizan en Barcelona la exclusi¨®n de las ciencias de la "cultura general"
La ciencia y la tecnolog¨ªa influyen cada vez m¨¢s en la vida cotidiana, pero la cultura cient¨ªfica es cada vez m¨¢s ajena a esta realidad. Pese a que la gente tiene hoy a su disposici¨®n una gran cantidad de medios para acceder a la difusi¨®n de la ciencia, el pensamiento cient¨ªfico no consigue penetrar en el pensamiento intuitivo de los ciudadanos. Con estas premisas, el Museo de la Ciencia de Barcelona organiz¨® el pasado fin de semana un seminario titulado Ideas para una cultura cient¨ªfica, en el que especialistas de todo el mundo debatieron sobre c¨®mo conseguir que la ciencia entre a formar parte de lo que se entiende como cultura general, dando por supuesto que no s¨®lo de humanidades vive el hombre o, lo que es lo mismo, tan humanidades son las matem¨¢ticas o la f¨ªsica como el lat¨ªn o la historia."Nuestra cultura cient¨ªfica, como parte de la cultura general, no ha variado nada, estamos como en tiempos de los griegos. Cierto, podemos vivir pensando como los griegos porque no nos planteamos la pregunta ?para qu¨¦ sirve?", dice Pilar Lacasa, especialista en educaci¨®n de la Universidad de C¨®rdoba. "El problema es la distancia entre la ciencia pura y la ciencia aplicada. Se estudian cosas, pero luego nadie sabe decir por qu¨¦ se corta la mayonesa", piensa Merc¨¨ Izquierdo, de la Aut¨®noma de Barcelona. El objetivo, a?ade, "ser¨ªa conseguir hacer una ciencia que tenga una visi¨®n aplicada y una visi¨®n ambiental". Pero reconoce que los cambios en el campo de la educaci¨®n son muy lentos y, cuando llegan, ya est¨¢n desfasados. ?C¨®mo se explican los cambios que est¨¢n sucediendo en la ciencia?, ?c¨®mo se explica qu¨¦ es lo ¨²ltimo que se ha descubierto? "Lo dif¨ªcil es ense?ar a los ni?os que la ciencia es hipot¨¦tica, que la explicaci¨®n que se les da sobre un fen¨®meno es provisional, pero que eso no significa que todo sea relativo, sino que la teor¨ªa que se les explica es simplemente mejor que la anterior".
En lo que todos coinciden es en que la divisi¨®n entre ciencias y letras es completamente artificial. "Es muy importante, por ejemplo, conseguir que los alumnos tengan una comprensi¨®n de la problem¨¢tica medioambiental con un criterio propio. Pero en este campo, las causas no son s¨®lo cient¨ªficas, sino tambi¨¦n sociales y culturales. Esto exige una transversalidad entre los conocimientos y rompe la divisi¨®n entre ciencias y letras", dice Izquierdo. Por otro lado, reconoce que falta un gran trecho por recorrer en este campo, donde las nuevas carreras como ciencias medioambientales, de momento, "son s¨®lo una suma de distintas materias y no una manera de ver el mundo".
Conceptos b¨¢sicos
Lo importante, aseguran, es transmitir conceptos b¨¢sicos como los ciclos de materiales o los flujos de energ¨ªas. "Son dos conceptos cient¨ªficos que se mantienen, que son ideas b¨¢sicas, porque las ideas importantes no var¨ªan. De hecho, los problemas que se manejan son los que permiten entender los conceptos. La ciencia tiende a concentrarse en pocas ideas o conceptos muy sint¨¦ticos".Pero estos deseos no se corresponden con la realidad educativa. Pese a la reforma del sistema educativo, la llegada de la ESO no ha supuesto grandes cambios en el contenido de los libros de texto. "Siguen presentando el saber de una manera totalmente definitiva, y para poder dar soluciones concretas est¨¢n supeditados al lenguaje oral", dice Lacasa.
Para Izquierdo, "los libros utilizan un lenguaje descriptivo y nada argumentativo. Se limitan a proporcionar un aprendizaje memor¨ªstico. Los profesores son los primeros en quererlo as¨ª, porque, si escogen un libro argumentativo, tienen que dedicar m¨¢s tiempo a explicar a los alumnos las razones de las cosas. Algunos incluso llevan una gu¨ªa did¨¢ctica que mata completamente la creatividad del profesor. Pero, al faltar lo argumentativo, todo se olvida despu¨¦s de los ex¨¢menes".
?Por qu¨¦ las mujeres est¨¢n menos interesadas en la ciencia? Todos los expertos conocen las estad¨ªsticas, pero consideran que se trata de una cuesti¨®n cultural y citan un trabajo en el que se les present¨® a una serie de profesores un mismo examen, muy bien realizado, uno firmado por un chico y otro por una chica. Se les pidi¨® que aconsejaran a los alumnos sobre sus expectativas de futuro y sobre qu¨¦ estudios deb¨ªan seguir. A la mujer se le aconsej¨® que estudiara medicina, y al hombre, ingenier¨ªa.
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