La victoria de George Bush en Tejas abre la batalla por la sucesi¨®n de Clinton en el 2000
EE UU celebr¨® ayer sus ¨²ltimas elecciones de dimensi¨®n nacional del siglo XX. Al cierre de esta edici¨®n se Segu¨ªa votando en buena parte del pa¨ªs, pero se perfilaban tendencias. A tenor de los sondeos a pie de urna, los dem¨®cratas resist¨ªan mejor de lo esperado en la batalla por el Congreso, por lo que el pr¨®ximo legislativo puede tener una correlaci¨®n de fuerzas semejante a la actual. En la lucha por los gobiernos de los Estados, el republicano George Bush fue reelegido en Tejas, lo que da alas a sus aspiraciones para suceder a Bill Clinton en el 2000. Su hermano Jeb arrebat¨® a los dem¨®cratas Florida.
Los norteamericanos deb¨ªan escoger ayer la totalidad de los 425 miembros de la C¨¢mara de Representantes, 34 de los 100 integrantes del Senado y 36 de los 50 gobernadores de Estado.
El objetivo de los republicano ser¨¢ ampliar en cuatro o cinco sillones su actual mayor¨ªa en el Senado, que es de 55 sobre 100, y en 10 o 15 la de la C¨¢mara de Representantes, 228 sobre 425. Este objeto parec¨ªa desvanecerse esta madrugada cuando se supo que el senador ultra conservador Al A'Amato hab¨ªa perdido su puesto del Senado a manos del aspirante dem¨®crata Charles Schumer. D'Amato fue uno de los abanderados m¨¢s notorios en el acoso pol¨ªtico contra el matrimonio Clinton en el caso Whitewater y quien logr¨® de los bancos suizos la reparaci¨®n econ¨®mica para las v¨ªctimas y familiares que padecieron el Holocausto nazi.
La Casa Blanca acogi¨® anoche con alivio los primeros resultados que, seg¨²n su interpretaci¨®n, rebajan la presi¨®n para que el futuro Congreso termine el proceso de impeachment del presidente. Clinton, no obstante, no tendr¨¢ mucho margen de maniobra en los pr¨®ximos dos a?os. "Vamos a tener una presidencia seriamente maniatada en los pr¨®ximos dos a?os", augur¨® Robert Reich, que fue secretario de Trabajo en el primer gobierno de Clinton. "Con un poco de suerte", a?adi¨®, "Clinton podr¨¢ escapar al impeachment" [destituci¨®n] con alg¨²n castigo negociado entre la Casa Blanca y el Congreso y todav¨ªa tendr¨¢ algunos buenos momentos, disfrutar¨¢ de algunos ba?os de masas, podr¨¢ predicar desde su p¨²lpito y hasta arrancar¨¢ algunas cosas que pueda calificar de victorias. Pero, esencialmente, su presidencia est¨¢ terminada".
Ensayo general
Con la atenci¨®n nacional ya puesta en la siguiente carrera hacia la Casa Blanca, los dos ¨²ltimos a?os del segundo mandato de un presidente, los que suceden a elecciones legislativas como las celebradas ayer, se convierten en lo que se llama un lame duck, un pato cojo con escasa capacidad de maniobra.
Esa tradici¨®n de la pol¨ªtica norteamericana se agrava esta vez por la hipoteca que el caso Lewinsky hace pesar sobre Clinton. Al Gore lo ha comprendido y ha convertido su activa participaci¨®n en la campa?a para las legislativas en un ensayo general de la que planea para las primeras elecciones presidenciales del siglo XXI.
En las ¨²ltimas semanas, el vicepresidente y delf¨ªn de Clinton ha presentado una nueva imagen: menos fr¨ªa y cerebral, m¨¢s agresiva, sarc¨¢stica y partidista. Gore ha cantado incluso en clave de rap y en doble versi¨®n, inglesa y espa?ola, unas letan¨ªas antirepublicanas. "Nosotros decimos legislar, ellos dicen interrogar", cant¨® en Nueva York el pasado lunes, recordando a Bullworth, el pol¨ªtico encarnado en el cine por Warren Beaty. "Nosotros decimos iluminar, ellos dicen instigar. Nosotros decimos unificar, ellos dicen vilipendiar. Nosotros tomamos las decisiones, ellos toman las declaraciones. Nosotros buscamos soluciones, ellos lanzan persecuciones. Nosotros sabemos que nuestro futuro se acerca, ellos quieren celebrar m¨¢s audiencias".
Gore ha multiplicado su presencia en actos de apoyo a los candidatos dem¨®cratas. All¨ª ha repetido el siguiente chiste: "Pobres republicanos: su mano derecha no sabe lo que hace su mano de la extrema derecha". Esa militancia ha sido el modo de labrarse fidelidades para las siguientes grandes elecciones norteamericanas, las presidenciales del 2000, aquellas para las que el pol¨ªtico de Tennessee se ha preparado toda su vida.
Pero Gore no lo tiene f¨¢cil. Los ¨²ltimos sondeos otorgan a George Bush, hijo del ex presidente y gobernador republicano de Tejas, una ventaja del 57% frente al 39% del vicepresidente si la presidenciales se celebraran hoy. Hace unos d¨ªas, Bush declar¨® a EL PAIS que hasta el a?o pr¨®ximo no anunciar¨¢ ninguna decisi¨®n sobre su candidatura a las presidenciales. Se sabe que le asusta el da?o que puede hacerle a su familia la aparici¨®n de cotilleos sobre sus correr¨ªas juveniles.
Hay otros candidatos potenciales que ya est¨¢n moviendo piezas. Son, como m¨ªnimo, una docena de pol¨ªticos los que encargan sondeos, tantean a los recaudadores y proveedores de fondos electorales y ensayan una imagen presidencial en actos p¨²blicos. Entre ellos destaca Dan Quayle, que fue vicepresidente con Bush.
Las pr¨®ximas presidenciales ser¨¢n las primeras desde 1988 en las que un titular de la Casa Blanca no aspira a la reelecci¨®n, y ello despierta toda suerte de esperanzas y ambiciones. Pero los estrategas informan de que ninguna candidatura tiene la menor oportunidad si no ha recaudado antes de las primarias un m¨ªnimo de 15 millones de d¨®lares.
Gore no tiene garantizada de antemano la nominaci¨®n dem¨®crata: varios de sus correligionarios no ocultan su deseo de disput¨¢rsela.
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