El embeleso del PSOE
El m¨¢s insondable de los misterios de la demoscopia es el que dispone que todas las encuestas de opini¨®n se rijan por el principio de "el cliente siempre tiene la raz¨®n". Jam¨¢s se ha conocido una encuesta que se atreviera a llevar la contraria a quien la pag¨®. El presidente Chaves olvid¨® quiz¨¢ este principio cuando la semana pasada se conocieron los datos de un sondeo encargado por el PSOE seg¨²n el cual los socialistas barrer¨¢n en las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas. No hay que descartar que esta encuesta tenga raz¨®n, pero otros informes y el simple olfato -herramienta nada cient¨ªfica pero que se puede considerar emp¨ªricamente m¨¢s fiable que los sondeos de encargo- hacen barruntar que la mayor parte de los alcaldes del PP en las capitales renovar¨¢n y que la derecha a¨²n se permitir¨¢ alguna sorpresa en otros ayuntamientos de importancia. Aparentemente, el resultado de la encuesta ha despertado tanto entusiasmo en Chaves que ¨¦l mismo se ha apresurado a pregonar el "buen momento" de su partido y lo ha hecho con el vigor que es habitual entre los m¨¢s optimistas entrenadores de f¨²tbol. Sin embargo, desde fuera del PSOE no se contempla la situaci¨®n con el mismo ¨¢nimo. Desde el exterior, el viejo partido socialista parece m¨¢s bien falto de br¨ªos, como si la endogamia y la carencia de sangre nueva hubieran terminado afectando a su salud. Entre los deseos del PSOE para el fin del milenio estaba el de nutrirse con nuevos elementos de la izquierda, aglutinar nuevas fuerzas y lograr eso que se llama "abrirse a la sociedad". En cambio, el sistema de primarias -que pretend¨ªa ser la chispa para la regeneraci¨®n del PSOE- lo que ha logrado es que aumente el ensimismamiento. El anuncio de que Comisiones Obreras abandonaba la Plataforma de Izquierdas patrocinada por el PSOE ha servido para recordarnos la existencia de esta plataforma, flamante iniciativa socialista condenada a morir de aburrimiento antes de que comenzara a funcionar y de la que ya nadie parec¨ªa acordarse. Pero el PSOE no es el ¨²nico perjudicado por su ensimismamiento. Las principales v¨ªctimas se encuentran entre los que, desde fuera del Partido Socialista, creyeron en la Plataforma de Izquierdas y basaron en ella sus estrategias. Especialmente, Nueva Izquierda (NI), un peque?o partido que es todo un lujo porque contiene los restos de la esencia de aquel brillante PCE de los ¨²ltimos a?os de lucha antifranquista y, adem¨¢s, no est¨¢ nada contaminado por el embeleso que suele atacar a los pol¨ªticos que alcanzan el poder y terminan usando el coche oficial para construirse un caparaz¨®n. El sistema de primarias del PSOE ha condenado a NI a tener que hacer la guerra por su cuenta en las pr¨®ximas municipales, excepto en los lugares en los que logren alcanzar acuerdos con los socialistas. Pero, no parece que los dirigentes de los comit¨¦s locales del PSOE est¨¦n dispuestos a compartir sus listas con nadie: una cosa es formular buenos deseos y otra llevarlos a la pr¨¢ctica. Entretanto, los buenos deseos quedar¨¢n aplazados para cuando, previsiblemente, la p¨¦rdida de nuevas parcelas de poder obligue al PSOE a encarar por fin su regeneraci¨®n.
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