Eduardo Chillida recibe en Palermo el Premio Novecento
El galard¨®n recompensa obras art¨ªsticas en favor de la humanidad
A los 74 a?os, el escultor Eduardo Chillida (San Sebasti¨¢n 1924) parece m¨¢s determinado que nunca a decir lo que piensa y a seguir su propio camino. "Siempre lo he hecho, no me he dejado nunca meter en pol¨ªtica", se?ala. Y cuando se le pregunta sobre la nueva situaci¨®n del Pa¨ªs Vasco, tras la tregua de ETA, el escultor corta en seco. "Me parece muy bien. Hay muchas maneras de ser vasco, y yo lo soy a mi modo".
Y su modo es ser vasco y espa?ol. Chillida y su mujer, Pilar, son hu¨¦spedes de la capital siciliana donde el escultor "el m¨¢s importante del mundo en estos momentos", seg¨²n la prensa italiana, recibe hoy un galard¨®n muy especial, el premio Internacional Novecento, Rosa de Oro, instituido en 1984 y otorgado al escritor argentino Jorge Luis Borges. La peculiaridad de esta Rosa de oro, que la editorial palermitana Novecento otorga en colaboraci¨®n con el Ayuntamiento de la ciudad, reside en los propios estatutos que hacen recaer el papel de "jurado" en el premiado del a?o anterior. En esta ocasion ser¨¢ el arquitecto chino-americano, M.I. Pei, que recibi¨® la rosa hace dos a?os, el que entregue a Chillida el premio.Un Chillida con huellas todav¨ªa patentes de la enfermedad que lo ha tenido ¨²ltimamente alejado del trabajo directo en sus esculturas, ("pero me he dedicado a leer mucho y eso tambi¨¦n es un trabajo", apostilla), y particularmente sencillo y directo en sus comentarios. A los periodistas italianos que le preguntan por su obra m¨¢s conocida, El peine de los vientos, Chillida les contesta abiertamente: "Es una escultura fant¨¢stica". M¨¢s tarde refiri¨¦ndose al ¨²ltimo encargo recibido, una escultura que ir¨¢ colocada ante la nueva pinacoteca de M¨²nich, titulada Buscando la luz, el artista vasco no da tampoco muestras de falsa modestia. "Es una obra maravillosa, lo mejor que he hecho", comenta.
Su profundo estudio del espacio, esa obsesi¨®n que ha dominado su vida art¨ªstica, sigue siendo "lo m¨¢s importante", para este escultor que advierte, "cuando uno quiere encontrar una cosa v¨¢lida, de verdad, tiene que meterse en lo desconocido". Quiz¨¢s sea la misma idea que llev¨® a destruir su pintura al artista catal¨¢n Joan Mir¨®, del que acaba de inaugurarse una exposici¨®n en Roma a la que ha asistido tambi¨¦n el escultor Eduardo Chillida. "La verdad es que yo fui muy amigo de Joan Mir¨® y eso de que destruyera su obra no lo hab¨ªa o¨ªdo en mi vida", comenta con humor el artista vasco.
A los 74 a?os cumplidos, Chillida sigue teniendo grandes metas art¨ªsticas. Con el Gobierno canario estudia ahora un nuevo proyecto, excavar la monta?a volc¨¢nica Tindaya, en Fuerteventura, creando uno de esos espacios vac¨ªos llenos de magia y de belleza. Un proyecto que ha recibido cr¨ªticas de los ecologistas. "Esos ecologistas no tienen ni idea de ecolog¨ªa", sentencia Chillida, "yo s¨ª que he sido ecologista y fui uno de los primeros en oponerse a la central nuclear vasca de Lem¨®niz".
Algo especial
La Rosa de Oro que le otorgar¨¢ hoy en la capital siciliana el arquitecto Pei le llena de satisfacci¨®n aunque Chillida reconoce que no le han preocupado nunca los premios. Este galard¨®n italiano es, no obstante, algo especial. Se entrega cada dos a?os a una personalidad viva de la cultura mundial que haya contribuido con su obra, literaria, musical o figurativa, a aumentar el patrimonio de conocimiento, sabidur¨ªa y belleza de la humanidad.La casa editorial Novecento ide¨® este peculiar premio dotado con una joya, una rosa de oro macizo de 24 quilates que pesa aproximadamente medio kilo. La decisi¨®n de escoger una rosa como s¨ªmbolo del premio responde fielmente, seg¨²n los creadores del galard¨®n, "a los motivos que inspiran esta iniciativa y a su finalidad".
La historia de la poes¨ªa y del pensamiento humano demuestran que la rosa se ha convertido en s¨ªmbolo universal del conocimiento, armon¨ªa y belleza. La Rosa de Oro se ajusta por lo tanto admirablemente al significado del premio, que no constituye s¨®lo un homenaje a la "belleza de la cultura", sino a la cultura de la belleza, entendida ¨¦sta como conquista consciente de una armon¨ªa del esp¨ªritu a trav¨¦s de la expresi¨®n art¨ªstica, a la que nuestra ¨¦poca deja cada vez menos espacio". Con la elecci¨®n del escultor vasco Eduardo Chillida el objetivo que inspira este premio est¨¢ cumplido.
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