El juez procesa al "Petxina" y a toda su familia por un homicidio

Emilio Pellicer, El Petxina, propietario de la vivienda en cuyo jard¨ªn aparecieron cientos de huesos humanos, hecho que provoc¨® que se le conociera como el jard¨ªn de los horrores de Castell¨®n, ha sido procesado por el homicidio del t¨¦cnico de IBM desaparecido en 1991 en Valencia Enrique Benavent. El titular del juzgado n¨²mero 8 de Castell¨®n, Jos¨¦ Luis Albi?ana, que instruye el caso, ha determinado tambi¨¦n el procesamiento de la esposa de El Petxina, el de su hijo y su nuera, que resid¨ªan en la vivienda en la que, presuntamente, muri¨® y fue enterrado Benavent. Adem¨¢s, el auto incluye tambi¨¦n el procesamiento de Rafael Romero Leiva, un preso de Picassent que desvel¨®, desde la c¨¢rcel, la trama sobre el crimen del ingeniero. Puesto que la ley impide procesar como encubridores a los familiares de un acusado, el auto debe fijar a los integrantes de la familia como c¨®mplices del homicidio, mientras que el propio Pellicer ha sido considerado como autor material del mismo. La confesi¨®n de Romero Leiva provoc¨® el inicio de las excavaciones en el jard¨ªn de la casa del barrio de La Breva de Castell¨®n, hace ahora un a?o, y la criba de toda la tierra. Durante estas labores aparecieron cientos de pedazos de huesos y piezas dentales, lo que hizo temer la presencia de m¨¢s de un cad¨¢ver. Sin embargo, an¨¢lisis posteriores determinaron una antig¨¹edad incompatible con la comisi¨®n de varios delitos por parte de El Petxina. Finalmente, y aunque entre los restos hallados no se ha fijado la presencia de ninguno perteneciente a Enrique Benavent, el juez ha decidido dictar el procesamiento, ya que considera probado que el ingeniero muri¨® y fue enterrado en el jard¨ªn de los horrores. Romero Leiva afirm¨® que, en el momento en el que muri¨® Benavent, todos los ahora procesados se encontraban en la vivienda. Sus declaraciones indicaron que Benavent muri¨® de dos diparos y que, posteriormente, se ech¨® cal sobre el cad¨¢ver y se quem¨® antes de enterrar los restos bajo la tierra del jard¨ªn. Los miembros de la familia de Pellicer admitieron que el ingeniero estuvo en su casa y que se produjo una pelea de la que aseguraron desconocer las consecuencias.