Negaci¨®n de la evidencia
En el debate pol¨ªtico las reglas no escritas son tan importantes o m¨¢s que las reglas escritas. Y la primera es que no se puede negar la evidencia. En democracia se puede discutir pr¨¢cticamente de todo, porque hay unos presupuestos que est¨¢n por encima de toda discusi¨®n. Y el primero es que no se puede negar la realidad y decir que lo que todo el mundo ve que es blanco resulta que no lo es. Si se procede de esta manera el debate degenera inevitablemente en un intercambio de insultos. Algo de eso es lo que nos viene pasando en Andaluc¨ªa en lo que a la financiaci¨®n auton¨®mica se refiere, como consecuencia de la negativa del Gobierno del PP de aceptar el censo de 1996 para la fijaci¨®n de la participaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas en los ingresos del Estado, reiterada esta misma semana en el Congreso de los Diputados, en el que se ha rechazado una enmienda a los presupuestos generales del Estado presentada por el PSOE e IU con la finalidad de que se reconociera el censo de 1996 para la financiaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas. Ciertamente la LOFCA no dice que la variable poblaci¨®n, que tiene que ser tomada en consideraci¨®n para la financiaci¨®n auton¨®mica, lo ser¨¢ de acuerdo con el ¨²ltimo censo aprobado por el Gobierno de la Naci¨®n. Simplemente se limita a decir que la poblaci¨®n es el primer criterio que tiene que ser tomado en consideraci¨®n. Pero esta no referencia del legislador al ¨²ltimo censo, no puede ser interpretada en el sentido de que el Gobierno de la Naci¨®n puede hacer uso del censo que le parezca oportuno. El censo no puede ser otro que el censo aprobado por el propio Gobierno en el periodo en que se tiene que aplicar el modelo de financi¨®n auton¨®mica. La determinaci¨®n del censo con base en el cual se va a financiar a una comunidad aut¨®noma no puede quedar al arbitrio del Gobierno. Esa no ha podido ser nunca la voluntad del legislador. De lo contrario, llegar¨ªamos al absurdo de que el Gobierno podr¨ªa decidir que el censo es el de la Espa?a de Felipe II o el que sea. Tan arbitrario es optar por el de 1988 como por cualquier otro. El ¨²ltimo censo es el ¨²nico aceptable con un criterio de objetividad y razonabilidad. A la variable poblaci¨®n se le podr¨¢ dar m¨¢s o menos peso en la f¨®rmula de la financiaci¨®n auton¨®mica. Esto s¨ª es discutible. Lo que no puede serlo es que la variable poblaci¨®n es la que "oficialmente" el propio Gobierno ha reconocido que es. Mientras no haya un reconocimiento del censo el debate pol¨ªtico estar¨¢ viciado y no ser¨¢ m¨¢s que un intercambio de insultos. Si el Gobierno de la Naci¨®n niega lo evidente, es decir, que el censo es el que es, ?c¨®mo puede pretender que nos creamos que son ciertas las cifras que da acerca de lo que Andaluc¨ªa deja de ingresar por no aceptar el nuevo modelo de financiaci¨®n? Si el Gobierno niega lo evidente, ?c¨®mo puede pretender que nos creamos lo que en modo alguno lo es ?
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