El distribuidor J. J. P?REZ BENLLOCH
La bonanza que tonifica el sector valenciano de la construcci¨®n no es definitiva. Alg¨²n d¨ªa se acabar¨¢n los dineros negros, se acomodar¨¢ la corriente de los de curso legal y las vacas gordas que hoy pacen risue?as entre el fragor urbanizador de nuevos y viejos espacios ciudadanos perder¨¢n peso y rendimientos. No es raro, pues, que tanto las empresas del ramo como los advenedizos busquen otros filones m¨¢s seguros y s¨®lidos para salvar sus cuentas de explotaci¨®n futuras. En este sentido, pocas parcelas m¨¢s atractivas que el ciclo del agua que bebemos y la basura que producimos. Con cierto retraso con respecto a sus colegas europeos, los industriales -y financieros- ind¨ªgenas han ca¨ªdo en la cuenta de que son dos mercados cautivos, rentables, de larga vida y, adem¨¢s, expansivos. En una sociedad gobernada por el principio de la racionalidad y el servicio al bien com¨²n es obvio que la Administraci¨®n p¨²blica habr¨ªa de retener para s¨ª estas prestaciones y sus dividendos. Pero hace tiempo que el bien com¨²n es una mera evocaci¨®n escol¨¢stica y la racionalidad se confunde con la eficiencia de los negocios privados. De ah¨ª que con celeridad y no poco descaro a la hora de observar las formas y las mism¨ªsimas reglas de imparcialidad, el poder establecido se apreste a enajenar todo lo que tiene a mano. Tampoco ha de sorprendernos que los beneficiarios de tan liberal f¨®rmula constituyan un elenco blindado de compa?¨ªas y compa?eros. A eso nos aboca este prologuillo. Estos d¨ªas hemos asistido a los preludios privatizadores de las empresas Girsa y Egevasa que se ocupan respectivamente de la gesti¨®n de los residuos y de las aguas. La Diputaci¨®n de Valencia, su titular, ha sacado a concurso el 49% de cada una de ellas y digno de ver -y escuchar- ha sido el revuelo de los licitantes movilizados en torno al panal de rica miel. No ha faltado ninguna de las firmas cl¨¢sicas en cualquiera de las cuca?as al uso -Lubasa, Ferrando, Facsa, Cotino, Lladr¨® y, por supuesto, Bancaja, que es el ajo que liga todas las apuestas- ni otras que asimismo carecen del menor antecedente tecnol¨®gico en estas dedicaciones citadas: aguas y basuras. Pasmo da pensar c¨®mo puede satisfacerse tanta mano tendida, siendo as¨ª que todas son meritorias y leales a la causa. En trances como ¨¦ste, con tanto postulante instalado por lo suyo, es cuando cobra todo su relieve la figura decididora de estos asuntos econ¨®micos en el marco de la Generalitat, la que otorga o desde?a, castiga o compensa, el sujeto, en suma, que filtra y administra el favor pol¨ªtico, el "repartidor", seg¨²n la jerga de los medios interesados. Nos referimos al jefe de Gabinete del Presidente, Juan Francisco Garc¨ªa, quien, no obstante su discreci¨®n, est¨¢ en el meollo de las resoluciones. No hay negocio p¨²blico sobre el que no se proyecte su sombra, que en puridad no es la suya propia, sino la de su jefe, el que m¨¢s manda, la del President. Cruces me hago del faen¨®n que se le ha endosado a este joven liberal de la manada de Joaqu¨ªn Garrigues y Mu?oz Peirats, sin antecedentes partidarios o mercantiles conocidos por estos pagos, s¨²bitamente instalado en el turbi¨®n de los empresarios egregios que aducen derechos adquiridos all¨ª donde haya un trozo de pan en el Pa¨ªs Valenciano. No s¨®lo ha de atender esta procesionaria ¨¢vida sino tambi¨¦n llevar a buen puerto el Parque Tem¨¢tico de Benidorm, cuya responsabilidad ha asumido y en torno al cual, al parque, digo, empiezan a cuajar no pocas dudas en punto a la transparencia de la gesti¨®n, las garant¨ªas t¨¦cnicas y su rentabilidad. Sin incurrir en los excesos catastrofistas del l¨ªder socialista Joan Romero lo cierto es que las susceptibilidades se perciben tambi¨¦n entre las huestes populares y alg¨²n que otro inversor. Pero eso ser¨¢ tema para otra ocasi¨®n pr¨®xima. Como colof¨®n de este apunte s¨®lo nos queda por anotar nuestra perplejidad -y no s¨®lo nuestra- por la rareza que se desprende de esa coincidencia de funciones en un mismo cargo que, para mayor confusi¨®n, se desempe?an pared con pared al despacho presidencial. Igual se trata de dejar bien claro qui¨¦n manda, parte y reparte en esta autonom¨ªa. Entendido, pero tal tr¨¢fico, inevitablemente te?ido de parcialidades, no es una virtud muy honorable. ?Si al menos salvasen las apariencias separando el Gabinete y el mercado de mercedes! Ford y UV La semana se colma con dos acontecimientos importantes, como han sido la conclusi¨®n del conflicto laboral en la Ford y el congreso de Uni¨®n Valenciana. Acerca del primero s¨®lo cabe congratularse, si buen resulta arduo soslayar las preguntas que han decantado el largo contencioso. La primera apunta a la obstinaci¨®n de las partes y, con mayor ¨¦nfasis, a la terquedad de la empresa, negociando siempre al filo de la navaja y adjudic¨¢ndole esa temeridad a los sindicatos. Extra?a estrategia que sugiere turbias finalidades, como la de airear un d¨ªa la indocilidad de esta plantilla que, a la postre, ha exigido lo que se le pod¨ªa otorgar. Lucubraciones que s¨®lo el futuro despejar¨¢. En cuanto a UV, y a falta de sus conclusiones congresuales, apenas podemos glosar su declaraci¨®n de intenciones. De un lado, prometen una redifinici¨®n ideol¨®gica, lo que, en v¨ªsperas de qu¨¦ pueda alumbrar esa mutaci¨®n, no pasa de adivinanza. Quedamos expectantes, habida cuenta de que los nacionalismos de toda laya s¨®lo cambian como los cangrejos. Mejor se les entiende su reiterada convicci¨®n de partido bisagra. Bisagra o llave de la despensa, que viene a ser lo mismo. Y en esta oportunidad, con m¨¢s euforia pues los sondeos de opini¨®n les son propicios. Hasta conservar¨¢n su chiquillo en Madrid.
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