Goleada cal¨¦ a la Guardia Civil
El agua y el aceite son dos elementos que se pueden llegar a juntar, pero nunca se mezclan. Esa imagen ha servido muchas veces para describir la relaci¨®n de algunos curiosos binomios, como gitanos y guardias civiles, considerados tradicionalmente como colectivos antag¨®nicos. Sin embargo, los t¨®picos son s¨®lo eso, t¨®picos. Y la gracia est¨¢ en destrozarlos. Eso es lo que ayer demostraron los jugadores que se lanzaron al campo del estadio de f¨²tbol Vista Alegre, en el costero municipio de Garrucha (Almer¨ªa). De un lado, camiseta blanca y pantal¨®n azul, los Galgos C. F., conjunto formado ¨ªntegramente por gitanos. De otro, el equipo Guardia Civil Costamar vistiendo pantal¨®n corto blanco y, para no abandonar las se?as de identidad, camiseta de obvio verde oscuro. El enfrentamiento no dejaba de tener su aquel. Ver a los gitanos vestidos de corto corriendo tras la Guardia Civil, y viceversa, fue una oportunidad que las aproximadamente mil personas que acudieron al campo Vista Alegre no quisieron perderse. Pero, m¨¢s all¨¢ de la sonrisa c¨®mplice que provocaba tan inusual acontecimiento los garrucheros reafirmaron una vez el clima de convivencia absolutamente normalizada entre diferentes colectivos que siempre ha distinguido a este pueblo que aglutina a unos 5.200 vecinos, 200 de ellos gitanos. Adem¨¢s, el partido ten¨ªa un fin ben¨¦fico: recaudar fondos para la Cofrad¨ªa del Cristo de la Misericordia y la Virgen de la Amargura Madre de la Salud. "Fue en una de las reuniones que mantenemos para realizar actos durante todo el a?o cuando se nos ocurri¨® esta idea. Sab¨ªamos que pod¨ªa despertar cierto morbo el hecho de ver enfrentados en el campo a gitanos y guardias civiles, pero hay que destacar que en Garrucha jam¨¢s ha existido ning¨²n problema. Todos estamos perfectamente integrados", explicaba ayer uno de los art¨ªfices del partido, Jos¨¦ L¨®pez Mateos, capaz de la cofrad¨ªa. Marcos Santiago Cort¨¦s, sentado ayer en el banco presidencial en representaci¨®n de los Galgos C. F., manifestaba su esperanza de que el partido sirva "para demostrar a toda Espa?a que en Garrucha" pueden "convivir tranquilamente payos, gitanos y guardias civiles". Para Marcos Santiago aquella idea del rechazo gitano hacia el uniforme verde "es cosa de antiguos". Junto a Marcos Santiago se sentaba el brigada Juan Dom¨ªnguez. S¨®lo lleva un mes en Garrucha, pero ya ha tenido tiempo para comprobar el clima distendido que se vive en el municipio. "Este partido es un claro ejemplo de convivencia y demuestra que el racismo no existe en este pueblo", comentaba el brigada. Y, si de goles se trata, a Juan Dom¨ªnguez no le faltaba raz¨®n: el de ayer fue un gran partido. Pero no precisamente por los tantos que lograron anotarse sus muchachos. El choque se sald¨® con cuatro a uno a favor de los Galgos. La t¨ªa de Vicente no ces¨® de jalear desde las gradas el talento de su sobrino: "Ay, que goles mete mi Vicente", gritaba una y otra vez. No en vano su Vicente, antes de que le anularan el segundo gol hab¨ªa sido el encargado de inaugurar el marcador para los Galgos. Comprobado el ¨¦xito de la propuesta que parti¨® de la cofrad¨ªa, pero no muy conformes con el resultado, que pon¨ªa en entredicho su val¨ªa futbol¨ªstica, nada m¨¢s terminar el encuentro, la Guardia Civil ya reclamaba un resarcimeinto de su honra deportiva. En este caso, la recaudaci¨®n se donar¨ªa a los pa¨ªses de Centroam¨¦rica asolados por el hurac¨¢n Mitch.
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