"Chapeau"
Miguel R¨ªos provoca sosiego y algo as¨ª como un cosquilleo vital que invita a transgresiones razonables. Ayer abarrot¨® la sala La Riviera de Madrid. El granadino est¨¢ espl¨¦ndido y feliz. Tiene un poder¨ªo ganado a pulso durante 35 a?os de escenarios. Muy pocos cantantes espa?oles pueden permitirse el lujo de saltar a un escenario con una banda tan potente. Es preciso dar el nombre de los m¨²sicos, todos ellos espl¨¦ndidos, algunos imprescindibles: Osvi Grecco, Antonio Calero, Javier Saiz, Marcela Ferrari, Pablo Salinas, Juan Carlos Meli¨¢n, Cristina Narea, Antonio Molt¨®, Bob Sands, Mikel Andueza, Boby Mart¨ªnez, Cheryl Walters, Manu Villoria, Patxi Muro, Matthew Simon, Juan Mungu¨ªa y Antonio Ramos.Comienza el espect¨¢culo con un gui?o a Glenn Miller, con En forma. Estas cosas ya no se ven m¨¢s que en las pel¨ªculas de la edad de oro. Miguel irrumpe en las tablas con sombrero. Se le nota al artista cierta inexperiencia con los tocados (al sombrero tambi¨¦n se le detecta perplejidad). Pero Miguel R¨ªos no abusa del sombrero, ni viceversa. S¨®lo se lo pone fugazmente, con timidez tierna, como para soltarse la melena.
Madurez
Big Band R¨ªos, t¨ªtulo del espect¨¢culo con el que est¨¢ recorriendo Espa?a, es la confirmaci¨®n de la madurez rockera en la m¨²sica popular espa?ola. Adem¨¢s, a Miguel le quiere la gente y le respeta la profesi¨®n. Ana Bel¨¦n, entusiasmada, no sab¨ªa con qu¨¦ canci¨®n quedarse. Se decidi¨® al fin por Raquel es un burdel y La tormenta. Jorge Valdano, ¨ªntimo del granadino, no lo dud¨®: Todo a pulm¨®n. El periodista Nacho Lewin lo ten¨ªa claro: El ruido de fondo. El cantante Luis Pastor declar¨®: "Miguel R¨ªos es el abuelo, el padre y el hijo del rock espa?ol. Es decir, el esp¨ªritu santo". Pep¨ªn Tre (que est¨¢ dejando at¨®nito al personal con su disco Verdades como pu?os) dec¨ªa: "Miguel tiene unos pulmones inmensos para que le quepa ese pedazo de coraz¨®n".Entre el p¨²blico estaban numerosos integrantes del mundo del espect¨¢culo, m¨²sicos y representantes art¨ªsticos. Todos ellos respetan y quieren a Miguel R¨ªos. El propio Miguel declar¨® hace poco en una entrevista: "El rock ha vuelto a las catacumbas". Sin embargo, su propia presencia es una demostraci¨®n de que eso no es tan cierto como dice. Y lleva haciendo lo mismo desde hace 35 a?os. Algunas de las canciones que despertaron m¨¢s pasi¨®n fueron Mientras el cuerpo aguante, Rock and roll bumerang, Pen¨¦lope, Fiebre, Santa Luc¨ªa, Mackie el Navaja, Tu Voyeur, Bienvenidos. En definitiva, la gente, enardecida, deseaba ponerse el sombrero que Miguel utiliza de forma sutil.
Aunque el sonido no estuvo a la altura de las circunstancias, la sala entera bramaba de emoci¨®n. Hab¨ªa muchos representantes art¨ªsticos. Todos ellos conocen a Miguel desde hace mucho tiempo. Todos ellos le respetan. Y todos ellos se hac¨ªan cruces de un sonido deficiente con m¨²sicos extraordinarios y un croner de excepci¨®n. Pero a la gente le importaban poco estos detalles. Porque Miguel sale y arrebata, con sombrero o sin ¨¦l. Miguel R¨ªos, a punto de cumplir 55 a?os, es un modelo de vida, de arte, y tambi¨¦n de desmesura. Glenn Miller, desde alg¨²n sitio indeterminado, estaba feliz. Lo juro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.