La violencia y el caos vuelven a Yakarta

Al menos nueve personas perdieron ayer la vida en Yakarta en choques entre soldados y manifestantes y en dos linchamientos en la m¨¢s sangrienta jornada vivida por la ciudad desde los ca¨®ticos d¨ªas que en mayo acabaron con el presidente Suharto. Los enfrentamientos acompa?aron las ¨²ltimas horas de deliberaciones de la Asamblea Consultiva Popular (MPR) para democratizar el r¨¦gimen. Entre carreras y disparos en la calle, la MPR aprob¨® decretos reformistas que incluyen la celebraci¨®n de elecciones en mayo, pero que no recortan el papel del Ej¨¦rcito en la vida pol¨ªtica indonesia. El l¨ªder islamista Ami¨¦n Rais advirti¨® que el pa¨ªs parece al borde de la guerra civil.

El centro de Yakarta estaba anoche convertido en un campo de batalla en el que los soldados disparaban balas de goma contra cientos de estudiantes y otros manifestantes antigubernamentales que les lanzaban c¨®cteles m¨®lotov. Fue una jornada sangrienta, con al menos nueve muertos y decenas de heridos por disparos de los soldados y en ajustes de cuentas entre civiles partidarios y enemigos del r¨¦gimen: dos seguidores del presidente Yusuf Habibie murieron apaleados y apedreados a manos de j¨®venes enfurecidos. Una de la v¨ªctimas mortales de los disparos de los soldados fue una periodista de una emisora de radio.Fue la m¨¢s violenta jornada sufrida por Yakarta desde los disturbios de mayo, que costaron unas 1.200 vidas, y acabaron con 32 a?os de presidencia de Suharto. Era, adem¨¢s, la primera vez que los manifestantes se enfrentaban a los soldados y lo hac¨ªan con tanta fiereza y determinaci¨®n.

La violencia fue el remate a los cuatro d¨ªas de debates para la reforma pol¨ªtica protagonizados por la MPR, cuya reuni¨®n ha sido el catalizados de la crisis. Las protestas, tambi¨¦n en otras partes del pa¨ªs, iban contra una Asamblea a la que los estudiantes consideran incapaz de responder a las exigencias democratizadoras de la calle. Como dice un analista: "Los puestos institucionales clave siguen estando bajo el control de personalidades del antiguo r¨¦gimen". Lo que ratifica Amien Rais, una de las grandes figuras de la oposici¨®n al r¨¦gimen de Suharto: "El edificio de Suharto sigue estando ah¨ª".

La MPR aprob¨® doce decretos para la reforma del r¨¦gimen, que van desde la celebraci¨®n de elecciones parlamentarias en mayo o, como muy tarde, en junio de 1999 a la descentralizaci¨®n administrativa pasando por la limitaci¨®n a dos de los mandatos presidenciales o la adopci¨®n de medidas contra la corrupci¨®n. El decreto anticorrupci¨®n incluye referencias a Suharto, cuyo juicio es una de las demandas b¨¢sicas de los estudiantes. A Suharto y su familia se les atribuye una fortuna de 40.000 millones de d¨®lares (casi seis billones de pesetas) y es muy probable que los manifestantes consideren insuficiente la vaga referencia al ex presidente..

Antes de que trascendiera la virulencia y la sangre vertida, una fuente gubernamental dijo que el presidente Habibie consideraba las manifestaciones callejeras como un derecho democr¨¢tico, siempre que los manifestantes no incurrieran en actos vand¨¢licos. Anoche no hab¨ªa nuevo comentario presidencial sobre los sucesos, pero Amien Rais, advirti¨® sobre la ca¨®tica evoluci¨®n de los acontecimientos: "Parece como si estuvi¨¦ramos en una especie de guerra civil".

La MPR rechaz¨® tambi¨¦n la petici¨®n estudiantil de que el Ej¨¦rcito vuelva a los cuarteles y abandone la doble funci¨®n que la Constituci¨®n le otorga de, adem¨¢s de velar por la defensa nacional, tener nutrida presencia en la sociedad civil.