Usted puede ser estatua

Al escultor F¨¦lix Hernando le encarg¨® el Ayuntamiento dise?ar la estatua de una persona normal leyendo el peri¨®dico. Y el artista busc¨® al tipo que ten¨ªa m¨¢s cerca: a s¨ª mismo. Desde el a?o pasado, un hombre inamovible de poco pelo leyendo un peri¨®dico de bronce adorna un banco de la plaza de la Paja. No es la ¨²nica escultura que refleja actitudes corrientes de gente com¨²n en sitios por donde pasa todo el mundo: desde hace una semana, en la plaza de Carlos Cambronero, existe un hombre joven, tambi¨¦n de bronce, que se distrajo un momento (que ser¨¢ eterno ya) y mir¨® a un balc¨®n mientras le¨ªa otro peri¨®dico. Tambi¨¦n lo dise?¨® Hernando por encargo municipal. "Pero como no se trataba de ponerme a m¨ª repartido por todas las plazas, eleg¨ª como modelo a uno de los fundidores con los que trabajo; adem¨¢s, yo no soy ning¨²n figur¨ªn, y Antonio [Gallardo, de 27 a?os] tiene buen tipo", explica el escultor. A ninguno de los dos les impresiona mucho contemplar a su doble cada vez que pasan por las plazas correspondientes, aunque Gallardo confiesa que cada vez que entra en Carlos Cambronero se dice: "Mira, otro yo". Hernando es partidario de modernizar las esculturas "para que vistan la ropa de ahora", y bajarlas de los pedestales "para que las toque la gente". Aunque a la suya propia la dej¨® miope: "Le quit¨¦ las gafas que yo normalmente llevo, s¨ª, pero es que esos elementos al final se rompen". Ninguno de los dos ha pensado mucho en que dentro de 20 a?os ellos habr¨¢n envejecido 20 a?os mientras que sus dobles conservar¨¢n sus mismos a?os y sus mismas ropas de estatua, pasadas de moda para entonces.

Hernando a¨²n no come de la escultura, se gana la vida dando clases de artes marciales y estudi¨® en la escuela de Artes y Oficios de la calle de la Palma. Antonio trabaja en la fundici¨®n familiar Jos¨¦ Moreno y cuenta que eso de posar como modelo le gust¨® "porque es curioso verse a uno mismo saliendo".

La idea de diseminar esculturas de tipos corrientes por plazas reci¨¦n rehabilitadas la tuvo el concejal de Vivienda, Sigfrido Herr¨¢ez, del PP. "As¨ª, la estatua, al no estar en el centro, ni subida a nada, sirve de acompa?amiento, y lo que se resalta es la plaza", explica.

Para los rincones tradicionales del centro, el concejal prefiere "esculturas realistas". En la plaza del Dos de Mayo tambi¨¦n hay un se?or-estatua, que tambi¨¦n, como todos, lee un peri¨®dico. "Pero tiene un aire m¨¢s moderno, con un agujero en la barriga, como los personajes de Dal¨ª, y creo que este estilo est¨¢ mejor en plazas modernas de nuevo cu?o".

Los hombres corrientes de bronce pronto poblar¨¢n, seg¨²n los c¨¢lculos de Herr¨¢ez, nuevos rincones del centro. Habr¨¢, seguramente, un fot¨®grafo, un farolero y un vendedor de prensa. Dicen que este ¨²ltimo es el que surte de diarios a todos los dem¨¢s.