"En la Iglesia se impone el pragmatismo"
Los obispos catalanes ya han enviado a la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE) la documentaci¨®n para tramitar la petici¨®n al Vaticano para la creaci¨®n de la regi¨®n eclesi¨¢stica catalana, que, lejos del sue?o de disponer de una conferencia propia, les dotar¨ªa sin embargo de personalidad can¨®nica y de una cierta autonom¨ªa. Joan Carrera (Cornell¨¤, 1930), obispo auxiliar de Barcelona, es optimista sobre el desenlace. Cree que, al margen de las ideolog¨ªas, en las cuestiones de organizaci¨®n de la Iglesia "se impone el pragmatismo". Persona razonable, que no recurre al anatema ni adopta posturas maximalistas, algunas de sus declaraciones como las que propon¨ªan que la Iglesia pidiera perd¨®n por su colaboraci¨®n con el franquismo, le han valido la calificaci¨®n de b¨ºte noire por parte de cierta Iglesia espa?ola. Pregunta. ?Como est¨¢ la cuesti¨®n de la financiaci¨®n de la Iglesia? Respuesta. La actual campa?a Germanor tiene la aspiraci¨®n irrenunciable de llegar a la autofinanciaci¨®n. En 1977 los gastos de la di¨®cesis de Barcelona se cubrieron en un 75% con aportaciones de los fieles. La asignaci¨®n tributaria -hay quien piensa que por el hecho de que intervenga el Estado ya no es aportaci¨®n de los fieles- supuso el 19,68% y el resto, el 4,90%, procede de nuestros bienes patrimoniales. P. ?Le parece bien la asignaci¨®n tributaria? R. Mientras el Parlamento acepte este sistema, me parece correcto, pero no absolutamente deseable. En Alemania funciona bien, aunque parece que ha aumentado el n¨²mero de gente que se declara atea para ahorrarse algunos billetes. El ideal ser¨ªa que pudi¨¦ramos recaudar nosotros mismos el 100%, lo que no excluir¨ªa que, como cualquier asociaci¨®n con fines no lucrativos, tuvi¨¦ramos derecho a algunas subvenciones en aspectos concretos. Pero de momento tenemos este sistema y lo que conviene es perfeccionarlo. Ahora habr¨¢ cambios, porque la reforma del IRPF nos afectar¨¢, al producirse una disminuci¨®n notable de los contribuyentes. Es dif¨ªcil. La reparaci¨®n de parroquias y la construcci¨®n de nuevos templos es lo que nos desequilibra el presupuesto. En Barcelona se van haciendo barrios nuevos y los templos no se pueden construir al mismo tiempo. P. ?En estos barrios nuevos se encuentran ustedes con la competencia de estas iglesias nuevas como la Iglesia de Filadelfia o los Testigos de Jehov¨¢? ?Llegan antes que ustedes? R. Antes que nosotros es dif¨ªcil... P. Claro. Me refiero a instalarse f¨ªsicamente. R. S¨ª, a veces sucede. Por ejemplo, la zona de La Salud Alta, en la confluencia de la parte alta de Badalona con Santa Coloma, depende de una gran parroquia, la de La Salud, pero desde all¨ª hasta lo alto de la monta?a hay mucha distancia, y en este lugar hay capillas de estas iglesias que usted menciona. Hemos tenido que construir una capilla nueva que ha costado 100 millones de pesetas. La lleva un equipo de jesuitas que alterna el ministerio con el trabajo manual. P. ?Curas obreros? R. S¨ª, quedan algunos, pero muy pocos, unos 12 o 14. Evidentemente, el contexto actual es diferente del de los a?os sesenta. Ahora, quienes entran en el seminario son personas de 25 o 30 a?os, que dejan el trabajo para dedicarse al sacerdocio. Hay un nivel de edad casi excesivo, porque si bien da solidez a las vocaciones, un grado de madurez que no exist¨ªa antes, tambi¨¦n nos priva de tener sacerdotes j¨®venes. El promedio de edad de entrada en el seminario es de 21 a?os. Este a?o, entre los 17 que han entrado en Barcelona, hay un m¨¦dico de treinta y pico a?os y un panadero. Es poco, pero es m¨¢s que hace 10 a?os; hay una recuperaci¨®n, lenta pero constante. En Barcelona estamos ordenando unos 10 sacerdotes al a?o. Para ir bien deber¨ªan ser 20. P. ?Ir¨¢ a m¨¢s? R. Hay un dato significativo. Globalmente, en todo el mundo se ha duplicado el n¨²mero de ordenaciones desde 1968 hasta ahora. El problema es la distribuci¨®n. En Suram¨¦rica, ?frica y algunas zonas de Asia aumentan, pero en Europa occidental y en Estados Unidos ha habido un gran descenso. No nos damos cuenta, pero a¨²n mantenemos los esquemas cl¨¢sicos sobre d¨®nde est¨¢ la Iglesia. P. ?Es el nacionalismo catal¨¢n la causa de la p¨¦rdida de vocaciones, como dec¨ªa un peri¨®dico? R. Se puede decir cualquier cosa. Tambi¨¦n se puede decir que el Bar?a va mal y que esto influye en las vocaciones. Aqu¨ª hay una cuesti¨®n de fondo que se ha de reconocer al margen de apasionamientos y simplismos, y es que la zona de Barcelona es actualmente una de las m¨¢s secularizadas de Europa. Mucho m¨¢s que la mayor parte de Italia e incluso que una buena parte de Alemania. Yo dir¨ªa que se corresponde a un estilo de vida como el de Holanda. Pero esto no tiene nada que ver con el nacionalismo. Las vocaciones, en definitiva, no pueden ir m¨¢s all¨¢ que la vitalidad religiosa de la comunidad. Antes de contar el n¨²mero de sacerdotes habr¨ªa que calcular cu¨¢nta gente asiste a misa los domingos. P. ?C¨®mo est¨¢ la cuesti¨®n de la regi¨®n eclesi¨¢stica catalana? R. No est¨¢ parada. Hemos conseguido la garant¨ªa de que Roma lo vea con buenos ojos; se ha llegado a un acuerdo con los obispos de Catalu?a; se han elaborado unos primeros estatutos sobre los que se regir¨ªa esta regi¨®n eclesi¨¢stica y se ha hecho el primer tr¨¢mite, que es presentarlo a la Conferencia Episcopal. P. ?Ya lo ha recibido? R. S¨ª, no hace mucho. Ahora la Conferencia Episcopal deber¨¢ decidir en el pr¨®ximo plenario, y lo que har¨¢ falta ser¨¢ presentarlo de una forma efectiva. P. Pero ya ha habido declaraciones favorables, por lo menos del presidente y el secretario. R. S¨ª, lo han dicho y esto ayuda. No son m¨¢s que dos votos, aunque tiene su peso, porque muchos se f¨ªan de lo que digan. Si el arzobispo de Zaragoza, El¨ªas Yanes, dice que esto est¨¢ bien, se lo creer¨¢n m¨¢s que si lo digo yo. P. ?Advierte resistencias? R. B¨¢sicamente, los colectivos reflejan lo que pasa en el pa¨ªs. De entrada, en Catalu?a hab¨ªa un deseo de disponer de una conferencia episcopal propia para poder tomar decisiones. Despu¨¦s se vio que esto se ten¨ªa que reconducir a f¨®rmulas aceptables y surgi¨® esta idea de la regi¨®n eclesi¨¢stica. Ahora no me extra?ar¨ªa nada que nuestra propuesta generara imitaci¨®n en otros lugares. En la pr¨¢ctica ya existen reuniones de obispos que funcionan bien, como los de Andaluc¨ªa o los de la cuenca del Duero. Es posible que cunda el ejemplo y eso nos favorecer¨ªa. P. La existencia de un ente con autonom¨ªa dentro de la Iglesia espa?ola supondr¨ªa un importante cambio de funcionamiento. ?No piensa que, por ejemplo, el nuncio Lajos Kada, que est¨¢ abiertamente en contra de todo lo que huela a nacionalismo, podr¨ªa oponerse? R. No. A la hora de la verdad una cosa es la organizaci¨®n pr¨¢ctica de la Iglesia y otra son las mentalidades de cada uno. Esto no es un capricho, responde a las necesidades actuales. Por ejemplo, si la sanidad, la ense?anza o las prisiones est¨¢n traspasadas a las comunidades aut¨®nomas, cuando nosotros queremos hablar de la asistencia en los hospitales, de la ense?anza religiosa o de la asistencia a los presos, no nos sirve que la Conferencia Espa?ola dialogue con el Estado central. Por tanto, yo pienso que esto se ver¨¢ aparte de las connotaciones ideol¨®gicas que se podr¨¢n dar. Es una cuesti¨®n pr¨¢ctica. No dudo que estos asuntos saldr¨¢n en la discusi¨®n, pero estoy convencido de que se impondr¨¢ un criterio pragm¨¢tico. Lo importante en este proceso que reunir¨¢ a las di¨®cesis catalanas ser¨¢ poder disponer de una unidad jur¨ªdica, de una personalidad jur¨ªdica.
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