Los goles maquillan la crisis del Bar?a
Los de Van Gaal se deshacen con facilidad de un Tenerife que lleg¨® manso al Camp Nou
A falta de ideolog¨ªa, se imponen resultados y se exigen gestos, y el Bar?a estuvo ayer generoso con sus avaladores. La goleada y la clasificaci¨®n le eximir¨¢n de tener que dar explicaciones mientras aguarda el pr¨®ximo partido. El grupo azulgrana cort¨® una din¨¢mica perdedora que ten¨ªa muy mala pinta, retom¨® el hilo del encuentro de la Real y pas¨® al Madrid en la tabla, as¨ª que la ch¨¢chara se trasladar¨¢ esta semana a Chamart¨ªn.Para debate de la hinchada y cr¨ªtica barcelonista, mientras, queda un partido ya muy visto, y que, por tanto, como en las ocasiones precedentes no llev¨® a ninguna parte: desde hace tiempo, al Bar?a le sobran futbolistas para decidir y, al tiempo, le falta equipo para sobrevivir. Le alcanzaron ayer las apariciones de Kluivert, el sentido de gol de Cocu y el poder intimidador de Rivaldo. Una vez pisa ¨¢rea, el gatillo azulgrana es por norma incontenible. De nada le sirvi¨® al Tenerife su trabajo de equipo. Lastrado por las bajas, falto de jugadores capaces de cambiar el curso del partido y de car¨¢cter fr¨¢gil, el colectivo de Lillo result¨® un rival muy manso. Los goles del Bar?a le rompieron el discurso cuando ten¨ªa la palabra.
BARCELONA 4
TENERIFE 1Barcelona: Hesp; Celades, Abelardo (Okunowo, m.45), Reiziger, Sergi; Giovanni (Zenden, m.60), Xavi, Cocu; Figo, Kluivert y Rivaldo (Anderson, m.87). Tenerife: Unzu¨¦; Dani, Mata, Alexis, Andre Luiz; Pablo Paz; Slovak, Emerson, Robaina (Marcelino, m.83); Domingos y Makaay. Goles: 1-0. M. 14. Xavi profundiza desde la l¨ªnea de medios hacia Cocu, el holand¨¦s no acierta en el control de la pelota, pero su toque de derecha, a bote pronto, sorprende a Unzu¨¦ en su media salida. 1-1. M.45. Rivaldo pierde una pelota que acaba a pies de Robaina, el medio profundiza desde la divisoria para Makaay, que gana la espalda a Celades y Abelardo y remata cruzado desde la izquierda. 2-1. M. 63: Rivaldo bota un c¨®rner desde la izquierda, Reiziger cabecea y Cocu remacha a gol tambi¨¦n con la cabeza. 3-1. M.84. Rivaldo profundiza para Kluivert, el holand¨¦s penetra hasta el primer palo, se cambia la pelota de pie ante Unzu¨¦ y su asistencia al segundo palo con la izquierda la culmina Rivaldo. 4-1. M.90. Kluivert coge a la defensa a contrapelo, profundiza y, tras entrar en el ¨¢rea, cede a Anderson, que remata con la zurda a gol. ?rbitro: Juan Ansuategui Roca. Mostr¨® la tarjeta amarilla a Emerson y Pablo Paz. Unos 75.000 espectadores en el Camp Nou.
El Tenerife aguant¨® una hora, el tiempo en que dur¨® el circo del Bar?a. Ora aparec¨ªa Rivaldo con una rabona; luego a Giovanni le daba por probar un ca?o; m¨¢s tarde Figo retaba a Andre Luiz a la carrera; y a deshora Kluivert tiraba una y otra pared con el primer centrocampista que le ven¨ªa de cara. El delantero centro, muy solidario en el arranque, deseoso de ofrecerse a Xavi en cada salida de pelota desde atr¨¢s, acab¨® por contagiarse de tanto sobo y ego¨ªsmo. El gol de Cocu fue simplemente un churro, nada que ver con el remate de Makaay que supuso el empate, parido por Robaina.
La faena del entrenador
Van Gaal no dijo nada hasta que afloraron los pa?uelos en el estadio. Insensible al dolor de la hinchada, la faena de Van Gaal consiste siempre en poner la alineaci¨®n en funci¨®n de los errores del encuentro anterior. M¨¢s que corregir o modelar, el entrenador sustituye, convencido como est¨¢ de que el ¨¦xito de su trabajo est¨¢ a expensas solamente de sus int¨¦rpretes. Fall¨® Pellegrino en Oviedo y, consecuentemente, le sustituy¨® ayer por Reiziger en una triste simplificaci¨®n de los males del equipo, falta de pasi¨®n.Visto que no respond¨ªa el colectivo a su propuesta y que el Camp Nou se hinchaba de mala leche, opt¨® Van Gaal por cambiar el paisaje de la cancha. Retir¨® el holand¨¦s a Giovanni, puso a Zenden para que abriera el campo por la banda y dej¨® que Rivaldo maniobrara como media punta. La racionalidad del t¨¦cnico sirvi¨® para acomodar al menos a las individualidades y, jugando a gusto Rivaldo y tambi¨¦n Kluivert, m¨¢s acompa?ado, llegaron los gestos t¨¦cnicos, pero esta vez acompa?ados de goles, el mejor sedante tras una semana muy convulsionada. A falta de juego, hay que remitirse a los puntos y a los rivales. Queda el Madrid atr¨¢s, y el Celta gusta pero no espanta.
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