Reconciliaci¨®n
El estallido del caso Pinochet ha generado una cascada de efectos emergentes, entre los que destaca la exigencia de mundializar la jurisdicci¨®n penal. Pero de modo indirecto, el proceso de Londres tambi¨¦n ha puesto en tela de juicio lo que hasta ahora parec¨ªa algo aceptado, a saber: la necesidad de conceder perd¨®n y olvido a todos los cr¨ªmenes pol¨ªticos cometidos por el poder y la oposici¨®n, como conditio sine qua non para consolidar las transiciones a la democracia. ?sta fue, en suma, la clave que alumbr¨® la salida del franquismo: una transacci¨®n que intercambiaba paz y democracia por amnesia e impunidad. Y semejante trueque sirvi¨® despu¨¦s de modelo a las democratizaciones latinoamericanas, destacando el caso chileno. Sin embargo, a la luz actual del caso Pinochet, cabe cuestionar semejante pragmatismo, denunciando su radical ilegitimidad, pues el fin (la democratizaci¨®n) nunca justifica los medios (la impunidad del crimen pol¨ªtico).Por eso es tan importante la transici¨®n a la democracia liderada por Mandela en la Rep¨²blica Surafricana. A diferencia del modelo espa?ol, all¨ª se ha querido evitar la impunidad, y por eso se condicion¨® la concesi¨®n de amnist¨ªa a la previa confesi¨®n de los cr¨ªmenes cometidos tanto desde el poder autoritario como por parte de la oposici¨®n armada. Para eso se constituy¨® la Comisi¨®n de la Verdad y la Reconciliaci¨®n, presidida por el obispo Desmond Tutu, cuyas conclusiones acaban de publicarse siendo acogidas con gran indignaci¨®n tanto por el aparato del Congreso Nacional Africano (el partido de Mandela) como por los radicales blancos, lo que demuestra su imparcialidad.
As¨ª se instaura un nuevo modelo de transici¨®n a la democracia que podemos calificar de calvinista o protestante, a diferencia del latino o cat¨®lico que se acept¨® en el sur de Europa y Latinoam¨¦rica. En lugar de negociar la compraventa de bulas de indulgencia, absoluci¨®n e impunidad, al modo vaticanista, en Sur¨¢frica se ha intentado aplicar la m¨¢xima evang¨¦lica de que s¨®lo la verdad nos puede hacer libres. Y si el modelo de Mandela se consolida, significar¨¢ que las transiciones a la democracia no exigen la previa impunidad de criminales ni fascistas. Antes al contrario, esto demostrar¨ªa que las democratizaciones logradas a cambio de impunidad instauran democracias de baja calidad (delegativas, las llama O'Donnell), en definitiva falaces y ficticias, s¨®lo fundadas en la ocultaci¨®n y el falseamiento de la verdad.
Es probable que nuestra transici¨®n ya no se pueda reconvertir, pues quiz¨¢ resulte demasiado tarde para que los franquistas confiesen la verdad (aunque los GAL todav¨ªa est¨¢n a tiempo). Pero a¨²n podemos evitar la ca¨ªda en el mismo error al abordar esta segunda transici¨®n que ha de cerrar la cuesti¨®n vasca, democratizando a los abertzales. Si el modelo llega a ser la cat¨®lica Irlanda, cabe temer de nuevo la pragm¨¢tica compraventa de bulas de impunidad, negociada de acuerdo a un doble juego: bajo la mesa, el trueque de paz por presos (lo que incluir¨ªa respetar los intereses materiales y la trama civil de la banda), y sobre el escenario, la ret¨®rica soberanista que les evite dar la cara y les permita salvarla, eludiendo su responsabilidad.
En esto es de agradecer el buen sentido del Gobierno, que ha comenzado por anteponer el resarcimiento de las v¨ªctimas al indulto de los criminales. Aunque aqu¨ª ser¨ªa preferible que la indemnizaci¨®n la pagase el contribuyente vasco en vez del espa?ol, dada la soberan¨ªa fiscal de que goza Euskadi; y esto tambi¨¦n se deber¨ªa negociar con Lizarra, para que paguen la frivolidad cometida jugando con leyes, vidas y haciendas s¨®lo por defender la honrilla foralista. Pero s¨®lo con esto no basta. Adem¨¢s, si quieren ser libres (y me refiero tanto a la excarcelaci¨®n como a la autodeterminaci¨®n), deber¨¢n confesar antes la verdad sobre su responsabilidad penal. Por eso convendr¨ªa entre nosotros una Comisi¨®n de Verdad y Reconciliaci¨®n, como la de Mandela y Desmond Tutu, capaz de investigar tanto a ETA, KAS y Jarrai como a los diversos GAL (incluidos sus antecesores presocialistas).
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