Los paladines del pasado
En un principio parec¨ªa que era otra locura de un sesudo inventor y no eran pocos los que vaticinaban que su vida ser¨ªa ef¨ªmera o an¨®nima, pero el compact disc se ha colado poco a poco, y ya parece que definitivamente, en todos los hogares. El desarrollo de formatos alternativos, como el mini- disc, el DCC (digital compact cassette) y el revolucionario DVD (digital versatil disc), parece no amenazar, de momento, la existencia de quien ha desbancado al disco de vinilo. Un verdadero trauma para los nost¨¢lgicos. Esa progresiva p¨¦rdida de protagonismo del vinilo ha desembocado en que hoy s¨®lo tres compa?¨ªas discogr¨¢ficas vascas encarguen a las f¨¢bricas prensar sus referencias en dicho material: la getxotarra Discos Suicidas, que se jacta de ser la independiente m¨¢s longeva; Novophonic, regentada por el techno kid donostiarra Javi Pez; y Bang!, sello de reciente creaci¨®n radicado en Santurtzi, centrado exclusivamente en la edici¨®n de singles de siete pulgadas y estrechamente vinculado a Munster Records. Sus responsables son los ¨²ltimos rom¨¢nticos de una industria, la discogr¨¢fica, que no deja de crecer. Y se puede hablar, efectivamente, de romanticismo, ya que los elevados costes y lo limitado de las tiradas apenas dejan margen para el beneficio. Descartado el m¨®vil econ¨®mico, esos tres paladines del viejo soporte contin¨²an fieles a ¨¦l por diversos motivos. Gorka Pastor, responsable de Bang!, lo justifica casi como un capricho particular: "Como el que escribe un libro o hace un fanzine, yo hago un single. Igual dentro de un a?o o dos paso de esto porque tengo m¨¢s penurias que satisfacciones, pero, por ahora, como es una cosa muy altruista y sin muchas pretensiones, saco cuando puedo y ya est¨¢. El aliciente es m¨¢s bien personal. Editar los grupos que me gustan, moverlos promocionalmente por donde puedo, incluido el extranjero, e intentar vender todas las copias, al menos para compensar los gastos". En su caso, la distribuci¨®n de los 500 ejemplares (fabricados en Checoslovaquia) que pone en circulaci¨®n alcanza pa¨ªses como Estados Unidos, Suecia, Holanda, Inglaterra y Australia. Por su parte, al rector de Novophonic le mueve su vinculaci¨®n con la m¨²sica de baile, uno de los escasos reductos del popular pl¨¢stico, ya que ejercicios como el scratch (sonido que se obtiene al hacer girar bruscamente el disco en sentido contrario) precisan de un plato y de un soporte sonoro accesible a la mano. El caso de Discos Suicidas es a¨²n m¨¢s peculiar, ya que s¨®lo prensa en vinilo las reediciones de Eskorbuto, Rip y otros cl¨¢sicos que pertenecen a su fondo de cat¨¢logo. Las novedades s¨®lo est¨¢n disponibles en compacto y casete. "Nadie quiere vinilos. Nosotros tenemos en el almac¨¦n 25.000 que no vendemos y que nadie los quiere. Estamos intentado venderlos al peso", revela resignado Patxi Amezaga, gerente del sello. El resto de las compa?¨ªas con direcci¨®n social en Euskadi (alrededor de una docena) cambiaron de pol¨ªtica hace tres o cuatro a?os. La mayor¨ªa de sus responsables afirma tener una buena colecci¨®n de long plays en casa y se apena por su desaparici¨®n, pero las leyes del mercado son las que mandan: apenas hay tiendas que los oferten, las f¨¢bricas han abandonado su producci¨®n (en Espa?a s¨®lo una los prensa), ¨¦sta se ha encarecido y, para colmo, los compradores demandan tecnolog¨ªa digital. Todo parece haberse vuelto contra el vinilo. Las prestaciones y caracter¨ªsticas de su rival tambi¨¦n han contribuido definitivamente a su derrocamiento. El triunfo del ced¨¦ se basa en su te¨®ricamente impoluto sonido, pero a esto se puede a?adir que es m¨¢s f¨¢cil de transportar y de almacenar, que no se deteriora con el paso del tiempo, que es m¨¢s c¨®modo de usar y que hasta su presentaci¨®n es m¨¢s robusta. Como dice Amezaga, "lo puedes dejar en la tienda durante mucho tiempo y cuando vuelves sigue igual. En cambio, los discos cuando est¨¢n estropeados las tiendas ya no los quieren. Nadie los quiere, vamos, se convierten en segunda mano en seguida". Sin embargo, puesto a defender su producto, Gorka Pastor llega al punto de criticar la capacidad de hacer copias ilegales que ha surgido con la irrupci¨®n en el mercado de regrabadoras de discos compactos. "El compact es el formato m¨¢s prostituible, con toda la movida ¨¦sta de que puedes hacer pirateos totales de todos los compacts. Es un poco ir contra el mercado", asevera el regente de Bang!
Las virtudes del "pl¨¢stico"
La mayor¨ªa de los editores no tienen reparos al confesarse viniloadictos, y es que el cap¨ªtulo de ventajas no es patrimonio exclusivo del CD. Todos valoran el sonido de un vinilo grueso y bien prensado, en cuya defensa hay quien se pone, como Patxi Amezaga (Suicidas), incluso sentimental: "El vinilo tiene una presencia, envejece contigo: va saltando siempre por el mismo sitio, se rallan, se doblan si no los cuidas... Era como un producto m¨¢s relacionado con uno mismo. Ibas a una tienda, comprabas uno y llevabas debajo del brazo algo que pesaba; lo llevabas a casa, lo dabas vueltas, lo mirabas, las portadas eran divinas..." A ello pueden sumarse las posibilidades que ofrecen sus car¨¢tulas en cuanto a dise?o gr¨¢fico, la posibilidad de efectuar prensajes en color sin merma de calidad en el sonido (como suced¨ªa anta?o) y la inclusi¨®n de temas extras (los famosos bonus tracks), otro reclamo para alargar su existencia. Pero todas esas cualidades han resultado insuficientes cuando manda es la ley de la oferta y la demanda. Y es que, cuando el dinero entra por la puerta, el romanticismo salta por la ventana.
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