El Mallorca atrapa el liderato
Un gol en propia puerta de Sergi conden¨® al Bar?a en el estadio Luis Sitjar
El Mallorca atrap¨® anoche el liderato ante el desplome, una jornada m¨¢s, de los dos grandes del f¨²tbol espa?ol, y tambi¨¦n del Celta. El grupo rojillo, al mando de C¨²per, dio buena cuenta del Bar?a en el Luis Sitjar, en un partido que se repite en las dos ¨²ltimas temporadas. Los Mallorca-Bar?a resultan duelos muy competidos, resueltos con un gol, y en los que C¨²per se agranda al tiempo que Van Gaal se achanta. Los azulgrana ofrecieron nuevamente un discurso de impotencia.Es el Bar?a un libro abierto desde que se planta en la cancha. Basta con leer la alineaci¨®n para saber c¨®mo discurrir¨¢ el partido. Plant¨® anoche Van Gaal un equipo de muy buen ver de medio campo hacia adelante y para cerrar los ojos desde la divisoria hacia atr¨¢s. Y, en este debate entre una mala defensa y un buen ataque, muestra inequ¨ªvoca de la falta de equilibrio del grupo, la zaga comenz¨® por tomar la palabra.
MALLORCA 1
BARCELONA 0Mallorca: Roa; Olaizola, Marcelino, Siviero, Miquel Soler; Lauren, Engonga, Ibagaza (Paco Soler, m.61), Stankovic (Arp¨®n, m.91); Dani y Biagini (Ni?o, m. 87). Barcelona: Hesp; Celades, Okunowo, Pellegrino (Anderson, m.59), Sergi; Xavi, Cocu; Rivaldo; Figo, Kluivert y Zenden (Giovanni, m. 70). Gol: 1-0. M.19. Celades falla en un rechace, Stankovic aprovecha el error, toca al segundo palo, donde recoge la pelota Laurent y su centro pega en Sergi, que marca en propia puerta. ?rbitro: Prados Garc¨ªa, del colegio andaluz. Mostr¨® la tarjeta amarilla a Marcelino, Sergi y Rivaldo, que no podr¨¢ jugar contra el Atl¨¦tico el pr¨®ximo s¨¢bado. Una buena entrada en el estadio Luis Sitjar,aunque sin llegar al lleno (unos 18.000 espectadores). Noche muy fr¨ªa: 7?. Terreno de juego algo irregular. Reiziger no pudo ser alineado a ¨²ltima hora tras resentirse de su lesi¨®n de menisco. El holand¨¦s ser¨¢ examinado hoy y no se descarta que tenga que someterse a una artroscopia.
No necesit¨® el Mallorca crear ni siquera una ocasi¨®n de gol para marcar. Tras una carrera de Biagini, que acab¨® con un remate sin ¨¢ngulo a las piernas de Hesp, entre Celades y Sergi montaron el gol local. No acert¨® a despejar el lateral derecho y marc¨® en propia puerta el izquierdo, reflejo de la inestabilidad de una zaga improvisada dadas las ausencias por lesi¨®n del grueso de los centrales (Nadal, Abelardo y tambi¨¦n Reiziger).
No le afect¨® para nada al Mallorca el buen despliegue ofensivo del Barcelona. Los azulgrana abrieron el campo, con Figo en una punta y Zenden en la otra, y juntaron a Rivaldo y Kluivert en la media luna. El buen juego de asociaci¨®n entre el brasile?o y el holand¨¦s garantiz¨® posiciones de remate a los barcelonistas. Pero les falt¨® lucidez y rapidez para sorprender a la zaga rival.
El Mallorca obligaba al Bar?a a jugar en ataque est¨¢tico y, con la defensa parada, resulta muy complicado sorpreder al grupo de C¨²per, muy consistente defensivamente. La falta de empaque, la fragilidad, por contra, result¨® determinante para el Barcelona, cogido con reiteraci¨®n en falso ante las r¨¢pidas transiciones del Mallorca.
Fue el colectivo de Van Gaal demasiado benigno en todas las zonas del campo. No hubo desmarques, ni rotaciones, pocos mano a mano y otra vez la lentitud se impuso a la velocidad, una actitud que facilit¨® el juego de control del Mallorca, muy c¨®modo con un gol que intent¨® rentabilizar al m¨¢ximo.
El Bacelona tuvo m¨¢s la posesi¨®n de la pelota, pero la manejo de forma est¨¦ril, inofensiva y, como acostumbra, hasta circense.Gusta demasiado de tirar paredes y recurrir al ca?o en lugar de buscar el dos contra uno, el desdoblamiento o la penetraci¨®n.
El Mallorca no le gir¨® para nada la cara al encuentro, y al Barcelona le costaba encontrarle el hilo al juego. Las p¨¦rdidas de pelota de los azulgrana, especialmente fallones en el ¨²ltimo pase, alimentaron la combatividad de los rojillos, que siempre impusieron su f¨²tbol de anticipaci¨®n.Visto que el choque discurr¨ªa por donde quer¨ªa C¨²per, Van Gaal intent¨® darle la vuelta con una decisi¨®n contraria a su ideario: dio entrada a Anderson, sustituto natural de Kluivert, y retir¨® a Pellegrino, mientras Cocu pasaba a acutar de segundo central.
La apuesta azulgrana no parec¨ªa admitir t¨¦rmino medio: o el remonte o la derrota. El partidocobr¨® entonces una gran vitalidad, con situaciones de apuro en una y otra ¨¢rea,hasta que elBar?a acab¨® por tomar el mando. Van Gaal reforz¨® el juego interior a cambio de un extremo: Giovanni entr¨® por Zenden, tan voluntarioso, tan presto en cada acci¨®n, como desafortunado en el centro.
La ausencia de remate en el bando barcelonista fue manifiesta durante todo el partido. Incluso la actuaci¨®n de Kluivert, siempre dispuesto a combinar, qued¨® empa?ada por su dificultad para el ¨²ltimo disparo.
El ¨²ltimo error del ariete holand¨¦s dio paso precisamente a una ¨²ltima fase presidida por la clarividencia del Mallorca en el contraataque. Una y otra vez, con salidas r¨¢pidas y directas, se plantaron los delanteros locales ante Hesp, vendido en cada remate.
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