Obras complejas, peligrosas y caras, seg¨²n los expertos

El proyecto del gobierno municipal de Madrid para meter a trav¨¦s del subsuelo las grandes autov¨ªas de peaje en el centro de Madrid caus¨® ayer reacciones diferentes, generalmente adversas, entre ingenieros de Caminos, arquitectos, ge¨®logos y urbanistas consultados al respecto. La medida implicar¨¢ incorporar unas 40.000 plazas de estacionamiento a las 90.000 ya existentes o proyectadas en funci¨®n de los 230 estacionamientos subterr¨¢neos municipales que la ciudad ya posee.El presidente del Colegio de Ingenieros de Caminos, Jos¨¦ Antonio Torroja, coincidi¨® en que las autov¨ªas subterr¨¢neas podr¨ªan ser factibles, y subray¨®: "No se puede rechazar de plano la idea, pero hay que ver c¨®mo encaja en la pol¨ªtica de transportes de la Comunidad, ya que es un plan que involucra a muchos municipios".

"Se tratar¨ªa de una obra muy compleja, aunque t¨¦cnicamente es factible", dice Blas Mart¨ªn Galdona, de 57 a?os, ingeniero de Caminos, especialista en autopistas y obras hidr¨¢ulicas. "El suelo de Madrid es muy arenoso, bueno para ser excavado, pero muy malo para sostenerse, lo cual resulta peligroso. La red de alcantarillado, por su antig¨¹edad, presenta m¨²ltiples fugas de agua y eso dificulta especialmente cualquier obra de este tipo", a?ade. Para Blas Mart¨ªn, "una autopista confortable en Madrid exigir¨ªa unos quince metros de anchura, con carriles, arc¨¦n y aceras. Creo que buscar¨¢n que discurran bajo calles, incluso por tramos a cielo abierto, porque, de cruzar bajo avenidas ya perforadas, habr¨¢ que bajar mucho y hacer lo que se denomina ret¨²neles. Esto es muy caro".

Luis Su¨¢rez Ord¨®?ez, presidente del Colegio Profesional de Ge¨®logos, afirma, por su parte: "Desde el punto de vista t¨¦cnico y ambiental, realizar m¨¢s t¨²neles en Madrid para distribuir el tr¨¢fico a bajo nivel es viable, puede llevarse a cabo. Pero construir en Madrid, cuyos terrenos son de arcilla (en el sur) o arena (en el norte) requiere hacer estudios adecuados". Y destaca: "Estamos acostumbrados a que, de cuando en cuando, un pol¨ªtico se sienta iluminado, alumbre una idea e inicie un proyecto, pero sin haber hecho los estudios previos pertinentes y necesarios". Su¨¢rez precisa: "Para una obra de este tipo habr¨ªa que encargar estudios geot¨¦cnicos y geol¨®gicos, previos al comienzo de los proyectos. Esto llevar¨ªa al menos dos a?os y no costar¨ªa menos de 500 millones de pesetas", matiza. "No creo que en este caso se hayan hecho tales estudios. Si se hicieran, se podr¨ªa evitar el impacto ambiental negativo. Y adem¨¢s, habr¨ªa que prever un sistema de vertederos , ya que se excavar¨ªan millones de metros c¨²bicos".

Ricardo Aroca, director de la Escuela T¨¦cnica Superior de Arquitectura de Madrid, dice, por su parte: "El nivel vital de la ciudad es el nivel de la superficie de la ciudad. Este proyecto persigue meter los problemas debajo de Madrid, pero crea, encima, otros m¨¢s graves a¨²n. Si Madrid fuera Toronto, en Canad¨¢, donde se pelan de fr¨ªo nueve meses del a?o", explica, "el proyecto subterr¨¢neo tendr¨ªa alg¨²n fundamento. Pero", a?ade, "trat¨¢ndose de una ciudad como la de Madrid, con temperaturas gratas durante todo el a?o -salvo el d¨ªa de hoy (por ayer), bromea-, lo que va a conseguir el Ayuntamiento es que no nos veamos las caras los unos a los otros. Nos deshumaniza a todos".

Aroca, asimismo presidente del Club de Debates Urbanos y urbanista, afirma: "El proyecto consiste en hacer Madrid a la medida de los que no viven en Madrid y con el dinero de los que s¨ª viven en la ciudad". Y destaca: "Toda cesi¨®n privada de suelo como ¨¦sta es un quebranto de la soberan¨ªa y de la propiedad p¨²blica. Recuerdo que dijeron que la plaza de Oriente no costar¨ªa un duro a los madrile?os y, mire usted por d¨®nde, fueron 3.000 millones. Todo esto implica una gran hipoteca sobre el suelo p¨²blico".

Para el arquitecto Francisco Fern¨¢ndez-Longoria, "la pol¨ªtica de la alcald¨ªa ha puesto el ¨¦nfasis en el autom¨®vil. Construir una autopista subterr¨¢nea parece una idea vanguardista, pero, en realidad, es retr¨®gada. Lo verdaderamente avanzado", asegura, "es el uso peatonal de la ciudad. Por ello, cualquier medida que favorezca la penetraci¨®n del autom¨®vil en el centro de la ciudad, aunque sea en forma subterr¨¢nea, no s¨®lo es err¨®nea, sino tambi¨¦n mal¨¦vola". Como alternativas, plantea las siguientes: "Lo menos peligroso es un sistema disuasorio,que se instrumenten filtros econ¨®micos, como peajes, y que se le d¨¦ al ciudadano la posibilidad de dejar su autom¨®vil fuera del centro y llegar a su lugar de trabajo en transporte p¨²blico". El arquitecto se?ala tambi¨¦n: "Esas medidas son impopulares, porque el madrile?o suele usar el autom¨®vil hasta para ir a comprar cigarrillos. Pero hay que pensar a largo plazo y dar prioridad al mejoramiento de la red de transporte p¨²blico. Es decir, hay que resolver el problema en el origen y no en el destino. La ciudad", concluye Fern¨¢ndez-Longoria, "est¨¢ perforada como un queso y, a¨²n as¨ª, siguen proyectando m¨¢s agujeros. Y cuanto m¨¢s profundos sean los t¨²neles, mayor ser¨¢ el disparate, porque aumentar¨¢ el nivel de inseguridad".

Juan Laguna, arquitecto y urbanista, opina: "El proyecto me parece una atrocidad inconcebible. Ahora bien", a?ade, "creo que es coherente con el hostigamiento contra el peat¨®n emprendido por el alcalde. Mientras las grandes ciudades se preguntan por el mon¨®xido de carbono que emiten los autom¨®viles, aqu¨ª a nadie parece preocuparle lo que pase con esa masa gaseosa bajo la ciudad".