Un etarra asegura que un guardia civil le amenaz¨® con hacerle desaparecer

Un liberado del comando Vizcaya de ETA detenido por la Guardia Civil en 1992 relat¨® ayer, en el juicio por torturas que se sigue en la Audiencia bilba¨ªna, que los agentes le amenazaron con matarle y con hacerle desaparecer, mientras le enca?onaban con una pistola. Juan Ramon Rojo asegur¨® que cuando le trasladaron al cuartel de La Salve le preguntaron si le hab¨ªan le¨ªdo sus derechos y, al contestar negativamente, los guardias civiles le espetaron que sus derechos "estaban en el acantilado con un tiro en la cabeza".

Durante la segunda sesi¨®n del proceso que se sigue por torturas contra ocho guardias civiles -el instructor, secretario, y los seis agentes que trasladaron a los detenidos- dos de los arrestados relataron las torturas, los golpes y las descargas el¨¦ctricas a las que fueron sometidos en dependencias del instituto armado en Bilbao y en Madrid, as¨ª como en los diferente traslados. Frente a la versi¨®n ofrecida ayer por los agentes que participaron en su detenci¨®n -de que se emple¨® "gran violencia" porque el etarra se resist¨ªa- Juan Ram¨®n Rojo dijo que se estaba incorporando del colch¨®n donde dorm¨ªa cuando recibi¨® un fuerte golpe en la cara con un subfusil y despu¨¦s fue detenido. Rojo admiti¨® que un m¨¦dico le visit¨® en el centro de detenci¨®n y que, tras explorarle, se ri¨® diciendo mientras anotaba las lesiones: "Contigo puedo escribir un libro con todos los golpes que tienes". Las "torturas", "descargas el¨¦ctricas" y la aplicaci¨®n de la bolsa siguieron en el traslado a Madrid y en la Direcci¨®n General del instituto armado, en donde siempre estuvo con la cabeza cubierta, seg¨²n su declaraci¨®n. "En una de esas sesiones me qued¨¦ tumbado en el suelo y no pod¨ªa mover el cuello", dijo. Relat¨® que los propios agentes le colocaron un collar¨ªn, con el que finalmente testific¨® ante el juez de la Audiencia Nacional. "Llegu¨¦ a Carabanchel y estaba destrozado", manifest¨®. Cuando ingres¨® en prisi¨®n, los forenses le apreciaron una hemorragia en el ojo derecho, cervicalgia, numerosas erosiones y hematomas, adem¨¢s de la fractura de una costilla. Rojo, condenado a m¨¢s de 29 a?os por su relaci¨®n con ETA, fue despedido con un fuerte aplauso por parte de los familiares y amigos, mientras respond¨ªa con el pu?o en alto gritando en euskera: "Nuestra es la victoria". El otro colaborador de ETA que declar¨® fue Francisco Palacios. Desde su detenci¨®n en su casa de Santurtzi, uno de los agentes "al que le denominaban Garmendia" le advirti¨® que "iba a cantar por soleares". Antes de ser trasladado a Madrid le dijeron que all¨ª "se iba a enterar de que era eso de estar en manos de la Guardia Civil". Y relat¨® haber sido sometido en los interrogatorios a palizas para sacarle informaci¨®n sobre ETA. Por la tarde, declar¨® el m¨¦dico que atendi¨® a Rojo en La Salve, que comenz¨® a colaborar con este cuerpo por amistad con un agente. Reconoci¨® que presentaba heridas en la cara y dolor de cuello, lesiones "normales" tras una operaci¨®n de esas caracter¨ªsticas, indic¨®. Los agentes que declararon reforzaron la tesis de la fiscal de que las lesiones ten¨ªan su origen en la "violenta detenci¨®n" y en la resistencia a los arrestos.