La vitamina B2 del ojo regula los ritmos diarios de actividad
Muchas funciones humanas siguen ritmos diarios: la presi¨®n sangu¨ªnea, la temperatura corporal, la actividad intelectual, la capacidad de atenci¨®n, el estado de ¨¢nimo y, por supuesto, el ciclo de sue?o y vigilia. Estos ritmos dependen de un reloj interno del organismo llamado circadiano (o sea, de cerca de un d¨ªa), pero el reloj hay que ponerlo en hora cada ma?ana. Cient¨ªficos estadounidenses han descubierto que la puesta en hora depende de una prote¨ªna de la retina sensible a la luz y que necesita vitamina B2 para funcionar.Que los ritmos diarios deb¨ªan depender de la luz era ya una sospecha generalizada y sensata. Pero se pensaba hasta ahora que la luz regulaba estos ritmos mediante las mismas mol¨¦culas de la retina responsables de la visi¨®n: unos fotorreceptores llamados opsinas que funcionan con la vitamina m¨¢s abundante de las zanahorias: la vitamina A.
Pero no es as¨ª, seg¨²n acaban de demostrar Aziz Sancar y sus colegas de la Universidad de Chapel Hill (Carolina del Norte, EE UU), que han publicado en Science (20 de noviembre) sus hallazgos. La puesta en hora de los ritmos circadianos depende, en efecto, de unos fotorreceptores situados en la retina, pero se trata de un nuevo tipo de prote¨ªnas, llamadas criptocromos, y que necesitan para funcionar una vitamina diferente: la B2.
Inactivar el gen
Los criptocromos est¨¢n presentes en los ojos de todos los mam¨ªferos, pero los experimentos de Sancar y su equipo s¨®lo se hace por ahora en ratones: consisten en fabricar animales transg¨¦nicos en los que el gen del criptocromo se ha destruido, y ver qu¨¦ les pasa.Los ratones mutantes son por completo viables y tienen un aspecto normal. Adem¨¢s, ven perfectamente. Pero cuando se examinan sus actividades r¨ªtmicas -por ejemplo, las variaciones de su actividad f¨ªsica con la hora del d¨ªa-, se puede comprobar que algo va mal. El rat¨®n sin criptocromos muestra todav¨ªa patrones peri¨®dicos de actividad, pero la duraci¨®n del ciclo es anormal: de unas 25 horas, en lugar de las 24 habituales.
La se?al emitida por el criptocromo en respuesta a la luz viaja hacia el cerebro a trav¨¦s del nervio ¨®ptico. Por esta raz¨®n, cuando se secciona ese nervio, los ratones no s¨®lo se vuelven ciegos, sino que tambi¨¦n sufren el desfase de sus ciclos diarios. Pero el lugar del cerebro al que se transmite la puesta en hora est¨¢ fuera del c¨®rtex visual, la regi¨®n cerebral que procesa la informaci¨®n sensorial que llega de los ojos.
Por esta raz¨®n, algunos ciegos que han perdido s¨®lo la parte de la retina responsable de la visi¨®n mantienen intactos sus ritmos circadianos. El hallazgo implica tambi¨¦n que algunas alteraciones c¨ªclicas pueden deberse a deficiencias de vitamina B2.
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