El conflicto por el acuerdo pesquero amenaza con desatar una crisis sobre Gibraltar

El "compromiso, entendimiento o acuerdo" alcanzado por los ministros de Asuntos Exteriores de Espa?a y el Reino Unido, Abel Matutes y Robin Cook, el pasado 5 de octubre en Luxemburgo, para la pesca en las aguas pr¨®ximas a Gibraltar corre el riesgo de naufragar ante interpretaciones abiertamente dispares. El ministro principal del Pe?¨®n, Peter Caruana, niega en una carta dirigida a EL PA?S que exista el acuerdo en los t¨¦rminos que alega el Gobierno espa?ol y adjunta, como prueba, una carta del Ministerio brit¨¢nico de Exteriores. Matutes ha reclamado por escrito a Londres el respeto al compromiso. En caso de no recibir una respuesta positiva, Madrid puede endurecer su pol¨ªtica sobre el Pe?¨®n.

El escrito enviado a Londres por Abel Matutes ha motivado la carta abierta de Peter Caruana, quien desde el principio se ha opuesto al acuerdo para la pesca en aguas del Pe?¨®n."Conviene aclarar, para tener bien informados a sus lectores, que no soy yo el que se niega a hacer lo que usted me atribuye, sino el propio Reino Unido, que niega haber hecho un acuerdo en los t¨¦rminos que alega el Gobierno espa?ol. En una carta que me dirigi¨® la ministra [secretaria de Estado] de Asuntos Exteriores brit¨¢nica, Joyce Quin, el 5 de noviembre (y que yo hice p¨²blica) dijo textualmente: "Por supuesto, en ning¨²n momento el Reino Unido se ha planteado negociar o alcanzar un acuerdo para romper o cambiar las leyes de Gibraltar".

El fondo del asunto est¨¢ en la interpretaci¨®n que brit¨¢nicos y gibraltare?os hacen del acuerdo "verbal" negociado por Matutes y Cook y sobre si es compatible con la legislaci¨®n gibraltare?a.

Seg¨²n la parte espa?ola, el acuerdo permite la pesca en las aguas en litigio pr¨®ximas al Pe?¨®n en funci¨®n de las l¨ªneas siguientes: m¨¢xima contenci¨®n y prudencia de la Polic¨ªa naval gibraltare?a y respeto de los pescadores espa?oles; no pescar en una franja de 200 metros pr¨®xima a la costa y considerada de "seguridad militar", y el n¨²mero de barcos con las redes caladas no debe exceder de tres y la presencia total de pesqueros espa?oles no debe ser muy numerosa.

Madrid considera que el acuerdo suspende, de hecho, la legislaci¨®n gibraltare?a de medio ambiente, que proh¨ªbe faenar en esas aguas, lo que el Pe?¨®n no acepta. Por su parte, Londres dice que todo es compatible: "Acordamos volver a la situaci¨®n que prevaleci¨® durante el periodo 1991-1997", cuando "los pescadores espa?oles entraban en aguas de Gibraltar en n¨²mero moderado y no en gran n¨²mero".

El problema para Londres es que existe una ley gibraltare?a que no era aplicada estrictamente entre 1991 y 1997. Al aumentar el n¨²mero de barcos espa?oles, afirma, las autoridades gibraltare?as empezaron a aplicar estrictamente la ley sobre unas aguas sobre las que no tienen soberan¨ªa, en opini¨®n de Espa?a.

Aguas en litigio

El hecho de que el acuerdo fuera "verbal" obedece a que tanto Espa?a como el Reino Unido no han pretendido "una mejora de sus posiciones sobre la soberan¨ªa de las aguas en litigio, lo que necesariamente hubiera sido el caso en un acuerdo formal por escrito, pues una de las dos posiciones habr¨ªa necesariamente prevalecido sobre la otra", seg¨²n afirma un documento del Ministerio espa?ol de Exteriores en el que se explica el alcance del compromiso.Para la diplomacia espa?ola, la aplicaci¨®n del acuerdo no entra?ar¨ªa ning¨²n problema si existiera buena fe por parte de las autoridades gibraltare?as y una actitud m¨¢s diligente del gobernador del Pe?¨®n, designado por Londres. La diplomacia espa?ola quiere que el Gobierno brit¨¢nico respete el compromiso y, a trav¨¦s del gobernador, de quien depende la Polic¨ªa naval, se permita la pesca en los t¨¦rminos acordados.

La actuaci¨®n de la Polic¨ªa naval gibraltare?a, que hostiga a pesqueros espa?oles, ha tra¨ªdo consigo la presencia de unidades de la Guardia Civil del Mar, lo que, a su vez, genera tensiones con las autoridades brit¨¢nicas, dado que la soberan¨ªa de esas aguas est¨¢ en litigio. La tensi¨®n con los pescadores espa?oles no ocurre todos los d¨ªas, pero ya ha dado lugar a algunas medidas por parte de las autoridades espa?olas, que han aplicado controles m¨¢s estrictos en la Verja.

En medios diplom¨¢ticos espa?oles se considera que el problema pesquero, menor en t¨¦rminos relativos, puede afectar a las negociaciones de fondo sobre la soberan¨ªa de la colonia brit¨¢nica.

Matutes sigue esperando una respuesta a su propuesta de ofrecer a la colonia brit¨¢nica una amplia autonom¨ªa, superior a la que actualmente tiene bajo soberan¨ªa brit¨¢nica, con un largo periodo de transici¨®n bajo una soberan¨ªa hispano-brit¨¢nica. Londres mantiene que no adoptar¨¢ ninguna decisi¨®n que no cuente con el visto bueno de los gibraltare?os, cuyos representantes han rechazado en principio la propuesta, aunque ha sido objeto de debate en algunos medios. El estancamiento del di¨¢logo puede generar el endurecimiento de la posici¨®n espa?ola.