Acab¨® como el rosario de la aurora
N¨²?ez no se pronuncia despu¨¦s de los gritos un¨¢nimes contra el entrenador
El chupinazo del centenario -hoy cumple 99 a?os el Bar?a- acab¨® como el rosario de la aurora. La paciencia del p¨²blico que acab¨® llenando el Camp Nou rebos¨® despu¨¦s de un partido en el que empez¨® dispuesto a lo que fuera con tal de que los suyos hicieran honor a la se?alada fecha. La fiesta que hab¨ªa sido lo que atrajo a los casi 100.000 espectadores -el mi¨¦rcoles ante el Manchester apenas se lleg¨® a los 70.000- hizo que todos estuvieran dispuestos a olvidar la mala temporada y a arrimar el hombro. Pero el equipo repiti¨® sus m¨¢s recientes y err¨¢ticas evoluciones ante el Bayern, el Oviedo y el Mallorca. Y cuando apenas faltaban diez minutos para el final, cuando Lard¨ªn hac¨ªa unos instantes que hab¨ªa estado a punto de fusilar a Hesp para lograr el 0-2, y despu¨¦s de que Figo, primero, y Sergi, a continuaci¨®n, lanzaran dos balonazos sin destinatario, la grada no resisti¨® m¨¢s. El grito fue "?Fuera Van Gaal?". El coro de voces indignadas fue en aumento hasta llegar a convertirse en un clamor. Aparecieron los primeros pa?uelos de desaprobaci¨®n. Lo de los pa?uelos no era nuevo pero la personalizaci¨®n de los gritos contra el entrenador s¨ª. No se recordaba en el estadio barcelonista cuando fue la ¨²ltima vez que se hab¨ªa gritado contra un entrenador. S¨ª se ten¨ªa presente que en la 12? jornada de la Liga, en la temporada 1989-1990, se hab¨ªa producido una pa?olada por el mal juego que desplegaba el equipo que dirig¨ªa Johan Cruyff.No tuvo mayores recursos ayer Van Gaal y eso que era el partido ideal para que sacara a relucir su habilidad para sacar partido del colectivo, entre otras cosas, porque no contaba con su mejor individualidad, Rivaldo, sancionado por la tarjeta que vio en Mallorca. Pero el equipo no funcion¨® y tampoco hubo individualidad que lo redimiera. De modo que los gritos y las pa?oladas se reprodujeron hasta en tres ocasiones. Y al final del partido la bronca fue de las que hacen ¨¦poca.
Un millar de espectadores se congreg¨® en los aleda?os del palco. El ambiente estaba muy caldeado. Los gritos de ese grupo de personas iban dirigidos de forma mayoritaria contra N¨²?ez y contra Van Gaal. Se corearon los nombres de Cruyff y De la Pe?a.
Nada dijo N¨²?ez tras bajar al vestuario y reunirse con Van Gaal. Y Joan Gaspart, el vicepresidente, se limit¨® a comentar que la directiva tom¨® nota de la actitud - "normal¨ªsima", calific¨®-, del p¨²blico: "Otros a?os aguantamos situaciones parecidas y acabamos ganando t¨ªtulos". Fue el triste colof¨®n a la gran fiesta.
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