Bouchard, el h¨¦roe visionario
Es un extraordinario orador, un hombre cult¨ªsimo que lee a los cl¨¢sicos en griego y lat¨ªn y es capaz de citar de memoria cualquier pasaje de Marcel Proust. Pero lo esencial est¨¢ en sus ojos. La mirada de Lucien Bouchard es sombr¨ªa, amenazante, ir¨®nica en ocasiones, terrible cuando se dirige a sus adversarios. El l¨ªder del Parti Qu¨¦b¨¦cois naci¨® en Jonqui¨¨re en una familia muy pobre. La religiosidad de su madre marc¨® su personalidad: es tenaz, reservado, austero y col¨¦rico.Su figura resultaba ambigua en 1995, cuando asumi¨® el liderazgo nacionalista. Frente a la sinceridad casi brutal de su antecesor, Jacques Parizeau, forzado a dimitir tras la derrota en el ¨²ltimo refer¨¦ndum, Bouchard ofrec¨ªa un perfil pragm¨¢tico, escasamente apropiado para la tarea mesi¨¢nica de la independencia. Su tortuoso pasado agravaba las dudas: comenz¨® en las filas liberales, pas¨® por la Embajada canadiense en Par¨ªs, sigui¨® como ministro del conservador Brian Mulroney y, tras un periodo como jefe del Bloc Qu¨¦b¨¦cois en Ottawa, regres¨® a Quebec.
Su programa tuvo mala acogida. Se fij¨® la misi¨®n de reducir gastos, afront¨® las protestas sindicales y a mitad de mandato parec¨ªa condenado a la derrota. Entonces intervinieron los elementos. Primero fue un virus que le carcomi¨® la pierna e hizo necesaria la amputaci¨®n. Despu¨¦s, una tormenta de hielo. La silueta del hombre mutilado haciendo frente a la cat¨¢strofe, cojeando con su bast¨®n entre ruinas y t¨¦mpanos gigantescos, se imprimi¨® en la mente colectiva. Bou-chard emergi¨® de la tormenta convertido en un h¨¦roe m¨ªstico, un imparable capit¨¢n Achab que hab¨ªa vencido a la desgracia. Su pol¨ªtica, adem¨¢s, empezaba a dar resultados. Ahora, pocos discuten que su gesti¨®n como primer ministro merece buena nota. A ello une los discursos convincentes, el carisma de su inteligencia, sus ojos llameantes y su cojera. Est¨¢ en la cincuentena, pero transmite la imagen de un anciano bajo el peso de una misi¨®n hist¨®rica que debe llevar al final.
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