Navegar sin ordenador
AOL, Netscape y Sun se unen para dominar los nuevos dispositivos de acceso a Internet y acabar con Microsoft
Si usted conoce todas las funciones de su procesador de textos, si puede instalar programas en su PC y lograr luego que funcionen, o si puede encontrar informaci¨®n en Internet sin necesidad de pasarse horas perdido en el ciberespacio, usted no ser¨¢ nunca un cliente de AOL. Pero si no tiene ordenador, o si ha sentido alguna vez que su experiencia inform¨¢tica es como "construir un coche con un carburador, un limpiaparabrisas y un tubo de escape" -lo dice Marc Andressen, fundador de Netscape-, es uno de los millones de clientes-objetivo del nuevo gigante tecnol¨®gico que ha nacido esta semana.La empresa se llama America Online (AOL) y acaba de comprar Netscape, la compa?¨ªa pionera en el mercado de los navegadores de Internet -programas que permiten viajar por la red-, por 600.000 millones de pesetas. Adem¨¢s, AOL ha firmado un acuerdo estrat¨¦gico con el fabricante Sun Microsystems. Una de las claves de esta firma a tres bandas es el dominio del comercio electr¨®nico. La otra, mucho m¨¢s ambiciosa, es el control de la red del futuro, un lugar que, seg¨²n estas empresas, no estar¨¢ bajo el dominio de los ordenadores ni de Microsoft.
Videoconsolas y anillos
El objetivo de AOL es poner Internet al alcance "de todos, desde cualquier lugar y en cualquier momento", en palabras de su presidente, Steve Case. ?ste predice un mundo lleno de tel¨¦fonos, coches, televisores, consolas de videojuegos e, incluso, anillos, todos ellos conectados a la gran red de Internet.La era del PC ha terminado al menos para estas compa?¨ªas. Los ordenadores son demasiado lentos y complicados para la mayor¨ªa de los usuarios. Aunque no niegan su utilidad para determinadas funciones, muchas personas, dicen, s¨®lo compran un PC para acceder a la red o para jugar, y lo que obtienen a cambio es una m¨¢quina repleta de capacidades que su due?o nunca conocer¨¢ ni utilizar¨¢. Pero, para estas compa?¨ªas, el problema es el programa que utiliza el 90% de esos PC, el Windows de Microsoft, porque es demasiado lento, y s¨®lo sirve para que los ordenadores se caigan continuamente: "Trabajar con Windows es como tener una central el¨¦ctrica en casa en lugar de un interruptor de la luz", dice Javier Carreras, director general de Netscape en Espa?a.
"Pensamos que en el mundo que viene", confirma Jos¨¦ Cabrera, director general de Sun en Espa?a, "el acceso a la informaci¨®n ser¨¢ universal y se realizar¨¢ con la misma sencillez con la que hoy se ve la televisi¨®n, sin necesidad de saber nada de inform¨¢tica. La complejidad sigue ah¨ª, pero lo importante es que el usuario no tiene por qu¨¦ conocerla", concluye.
En esta nueva red, el triunvirato AOL-Netscape-Sun se configura como la soluci¨®n "de principio a fin" para todo el que quiera navegar por Internet. La raz¨®n es la complementariedad de las tres empresas. AOL es una compa?¨ªa proveedora de acceso a Internet, y ya cuenta con 14 millones de clientes. Netscape posee la llave que utiliza la mitad de los internautas del mundo, el software Navigator. Y Sun tiene la verdadera joya de la corona, el lenguaje Java, que permite que cualquier dispositivo tenga las mismas capacidades de acceso que un gran ordenador.
?Qu¨¦ papel desempe?ar¨ªa Microsoft en todo este nuevo entresijo virtual? La compa?¨ªa de Bill Gates, debilitada por su juicio antimonopolio y las acusaciones de presi¨®n de competidores y amigos -como Intel-, sigue siendo el indiscutible rey del PC, y afirma que nunca lo abandonar¨¢. Pero, adem¨¢s, tiene desde hace seis a?os a unas mil personas trabajando en una especie de Windows en peque?o denominado Windows CE y que est¨¢ destinado a todos estos dispositivos de red.
La 'belleza' de Internet
El resto de la industria inform¨¢tica sigue esta tendencia de apostar un poco por todo para no quedar fuera de nada. En palabras de Jos¨¦ Luis Llorente, director de la divisi¨®n de Internet de Microsoft Ib¨¦rica, "nos estamos mirando los unos a los otros para saber cu¨¢l es el negocio del futuro en Internet, y ¨¦sa es su belleza, porque es impredecible".?C¨®mo ser¨¢, en fin, la red a la que accederemos en el futuro? AOL lo tiene claro. A?o 2005. Un usuario quiere entrar en la red, as¨ª que habla con su televisor -o su tel¨¦fono AOL, porque la compa?¨ªa asegura que tambi¨¦n fabricar¨¢ dispositivos-, y le ordena conectarse a la red. La p¨¢gina de entrada, o portal, es tambi¨¦n de AOL, y en ¨¦l el usuario podr¨¢ chatear (hablar por la red) en el canal ICQ de AOL con otros amigos, suscriptores de AOL. Podr¨¢ tambi¨¦n leer las principales noticias del d¨ªa, ver su hor¨®scopo o comprar un nuevo modelo de botas para montar a caballo, ya que su perfil de suscriptor dice que es aficionado a la equitaci¨®n. Todo ello, sin salir de la p¨¢gina de AOL.
Esto es tan s¨®lo el principio, y puede representar el final de la red ca¨®tica, desorganizada y lenta, pero llena de posibilidades, que conocemos. Para Tom Steinter, escritor de la editorial inform¨¢tica ZDNet, "de repente, las elecciones en el ciberespacio me parecen dram¨¢ticamente limitadas". En todo caso, este acuerdo demuestra que la red ha dejado de ser un juego para convertirse, definitivamente, en un buen negocio.
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