El historiador Manuel Fern¨¢ndez ?lvarez afirma que Felipe II "recrudeci¨® la Espa?a inquisitorial"
El historiador Manuel Fern¨¢ndez ?lvarez ech¨® ayer un jarro de agua fr¨ªa a cierta leyenda rosa y amable que se ha venido creando en los ¨²ltimos tiempos en torno al rey Felipe II. Fern¨¢ndez ?lvarez explic¨® que Felipe II "recrudeci¨® el esp¨ªritu inquisitorial" y que consider¨® a esta siniestra organizaci¨®n como un "instrumento fant¨¢stico" para llevar adelante su pol¨ªtica. "El esp¨ªritu inquisitorial lo impuso con el dolor de muchas mentes preclaras de su tiempo", agreg¨® el historiador. Fern¨¢ndez ?lvarez inici¨® ayer en la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo de Sevilla un ciclo de lecciones sobre Felipe II. El ciclo concluir¨¢ el pr¨®ximo viernes. Fern¨¢ndez ?lvarez (Madrid, 1921) es el autor de Felipe II y su tiempo, un libro monumental que se ha convertido ya en una obra de referencia sobre la figura del monarca. Fern¨¢ndez ?lvarez, que es profesor em¨¦rito de la Universidad de Salamanca, se?al¨® la pugna entre dos concepciones religiosas en la Espa?a de Felipe II. Al final, el rey de la potencia m¨¢s poderosa de la ¨¦poca impuso la corriente religiosa m¨¢s oscura y represora. "Felipe II es el que se decide por la l¨ªnea de la Espa?a inquisitorial. Entre el arzobispo Carranza, el bueno, y el arzobispo Vald¨¦s, el inquisidor, Felipe II se inclin¨® por la l¨ªnea dura, por la l¨ªnea inquisitorial, que era la que correspond¨ªa a su manera de ser", indic¨® el historiador. Fern¨¢ndez ?lvarez admiti¨® que Felipe II fue, en un primer momento, "m¨¢s abierto". Con todo, las cosas cambiaron cuando vio c¨®mo "la Europa germ¨¢nica le rechazaba" con la rebeli¨®n de 1552. "Los alemanes no quer¨ªan un emperador espa?ol. Felipe II tuvo que replegarse. No se encontraba c¨®modo en esa Europa n¨®rdica", asever¨®. "El arzobispo Carranza era el que pod¨ªa llevar [a Espa?a] hacia Europa. Carranza era m¨¢s dialogante, m¨¢s abierto y m¨¢s europeo. Pero estaba [su rival], el arzobispo Vald¨¦s, un hombre maldito, un prelado codicioso. Vald¨¦s quer¨ªa recuperar un protagonismo que hab¨ªa perdido", agreg¨® el historiador. El confesor del rey Hubo, adem¨¢s, un personaje clave a la hora de inclinar la balanza regia en favor del inquisidor Vald¨¦s. "A Felipe II le convenci¨® su confesor Fray Bernardo de Fresneda, que se inclin¨® a favor de Vald¨¦s y en contra de Carranza", dijo el historiador. Y es que en el ¨¢nimo del monarca pesaba, sobre todo, la religi¨®n. De ah¨ª, que el consejo de un confesor fuera decisivo. "Felipe II era muy religioso", recalc¨® Fern¨¢ndez ?lvarez. Hay un juicio muy ilustrativo hecho por un hombre de la ¨¦poca sobre Felipe II cuando ¨¦ste era ni?o. "[Este hombre] le dijo a Carlos V que nunca vio a ning¨²n ni?o de ocho o nueve a?os de edad que tuviera tanto temor de Dios como el futuro rey. Felipe II mantuvo este temor de Dios hasta el d¨ªa de su muerte. Felipe II ten¨ªa un miedo horrible al juicio final", manifest¨® el historiador. Con este bagaje an¨ªmico y cultural no es raro que Felipe II apostara por la Inquisici¨®n. "Felipe II vio la Inquisici¨®n como un instrumento fant¨¢stico. El rey pareci¨® decirse: "Vamos a recrudecer esa Espa?a inquisitorial que estaba como adormecida", coment¨® Fern¨¢ndez ?lvarez. La apuesta pol¨ªtica del monarca llev¨® la desdicha a mucha gente. El historiador record¨®, entre las numerosas v¨ªctimas de la Inquisici¨®n, a Fray Luis de Le¨®n, uno de los grandes poetas de la literatura espa?ola.
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