Garc¨¦s
En septiembre de 1973 una portada de la desaparecida revista Triunfo nos sobrecogi¨® a todos los dem¨®cratas espa?oles. Sobre un tenebroso fondo negro aparec¨ªan unas grandes letras may¨²sculas que dec¨ªan, que gritaban m¨¢s bien, Chile. Sobraban m¨¢s palabras. Todos supimos que el pa¨ªs andino entraba en una etapa de lutos y duelos, torturas y represiones, un t¨²nel aciago de la Historia. Aquellas im¨¢genes de Augusto Pinochet, con gafas oscuras y gesto adusto, investido de terror y uniformado de militar, contrastaban con la inolvidable sonrisa del m¨¦dico Salvador Allende. Para varias generaciones la figura de aquel socialista, que dio una lecci¨®n de dignidad en su vida y en su muerte, nunca se borrar¨¢ de nuestras memorias. "M¨¢s temprano que tarde de nuevo se abrir¨¢n las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor", fueron algunas de sus ¨²ltimas palabras desde el asediado y calcinado Palacio de la Moneda, s¨ªmbolo de una democracia pisoteada por las botas de los milicos. Todo esto explica la alegr¨ªa que millones de personas hemos sentido en todo el mundo tras la decisi¨®n de los lores brit¨¢nicos de entregar a Pinochet a la Justicia. Pero detr¨¢s de los nombres insignes, como el de Salvador Allende, suelen esconderse apellidos an¨®nimos. Por ejemplo Garc¨¦s, Joan Garc¨¦s. El dictador de Chile se refer¨ªa as¨ª a este tenaz e inteligente abogado valenciano, a mediados de los a?os ochenta: "?Qu¨¦ l¨¢stima que no ejecut¨¢ramos a ese Garc¨¦s!" Asesor de Allende en su juventud, Joan Garc¨¦s salv¨® la vida casi de milagro y desde aquella estremecedora visi¨®n de una Moneda en llamas, debi¨® juramentarse para perseguir a Pinochet hasta sus ¨²ltimas consecuencias. Aunque muy pocas personas lo sepan, el abogado Joan Garc¨¦s ha sido uno de los art¨ªfices e inspiradores de un lento proceso que puede terminar con Pinochet sentado en un banquillo de los acusados. Y aunque esa deseable justicia no llegue a impartirse, Garc¨¦s y otros ya han conseguido que el mundo entero haya condenado a un repugnante dictador.
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