Israel congela los acuerdos de paz hasta que Arafat renuncie a un Estado palestino
Benjam¨ªn Netanyahu ha congelado los acuerdos de Wye Plantation. El primer ministro israel¨ª ha impuesto a Yasir Arafat tres condiciones draconianas -entre ellas, que renuncie a proclamar la independencia- para continuar aplicando los pactos del pasado 23 de octubre, a ocho d¨ªas de la visita de Bill Clinton a la regi¨®n. Las exigencias israel¨ªes -planteadas tras los incidentes del mi¨¦rcoles en Ramala, donde universitarios ¨¢rabes apalearon a un soldado y le robaron el arma- han permitido a Netanyahu reafirmar sus alianzas con los radicales religiosos y los colonos.
La primera de las exigencias ha sido reclamar a Arafat que renuncie formalmente al proyecto de proclamar un Estado de Palestina independiente el pr¨®ximo 4 de mayo. La segunda condici¨®n es que los palestinos dejen de reclamar la liberaci¨®n de los prisioneros "terroristas", es decir, de aquellos que "tengan las manos manchadas de sangre o sean miembros de Ham¨¢s". El tercer requisito es que cesen los llamamientos palestinos "incitando a la violencia".El Gobierno israel¨ª ha asegurado que, si Arafat no acepta estas tres condiciones, no se llevar¨¢ a cabo ninguno de los acuerdos pactados en Wye Plantation, y en especial la segunda fase del repliegue del Ej¨¦rcito israel¨ª de Cisjordania, previsto, en principio, para el pr¨®ximo d¨ªa 16 y con cuya conclusi¨®n quedar¨ªa liberado un 11% m¨¢s de territorios ocupados.
"El se?or Netanyahu habr¨ªa podido exigirnos incluso que cantemos la Hatikvah", el himno nacional israel¨ª, contestaba Ahmed Tibi, consejero personal de Arafat, descartando de esta manera en tono jocoso la aceptaci¨®n de las tres exigencias. El presidente de la Autoridad Palestina contest¨® a las demandas israel¨ªes en un tono mucho m¨¢s grave y solemne, asegurando que "estas condiciones constituyen una violaci¨®n del acuerdo de Wye". Los palestinos respondieron en las calles de manera m¨¢s agresiva y contundente: lanzando piedras. Las carreteras de numerosas localidades cisjordanas fueron escenario, por segundo d¨ªa consecutivo, de enfrentamientos entre j¨®venes airados y ocupantes de veh¨ªculos israel¨ªes. Pero los incidentes m¨¢s importantes ocurrieron en Jerusal¨¦n oriental, donde las fuerzas de seguridad israel¨ªes utilizaron bolas de acero forradas de caucho y bombas de gases lacrim¨®genos contra los manifestantes. Las calles comerciales de Jerusal¨¦n quedaron vac¨ªas a media ma?ana como consecuencia de estos incidentes y de la orden de huelga general decretada por los dirigentes del partido gubernamental palestino Fatah, para protestar por el asesinato de un obrero palestino el d¨ªa anterior en el barrio judeo-palestino de Abu-Tor. Algunos tenderos, reacios a perder otro d¨ªa de caja, fueron obligados por militantes de Fatah a secundar la huelga. La movilizaci¨®n palestina va en aumento. Bethelem, una organizaci¨®n israel¨ª de defensa de los derechos humanos, coordinar¨¢ durante los pr¨®ximos 10 d¨ªas una protesta reclamando la liberaci¨®n de los presos palestinos. La convocatoria, efectuada conjuntamente con la Asociaci¨®n de Prisioneros Palestinos, trata de impulsar la campa?a en las principales ciudades cisjordanas. Las manifestaciones culminar¨¢n con una huelga general el pr¨®ximo d¨ªa 14, coincidiendo con la visita del presidente Clinton a Gaza.
Esta situaci¨®n ha llevado a m¨¢s de un pol¨ªtico israel¨ª de la oposici¨®n a considerar que, "en estas condiciones, es pr¨¢cticamente imposible que Bill Clinton pueda efectuar su viaje", un periplo que deber¨ªa iniciarse dentro de ocho d¨ªas. De momento, la Casa Blanca sigue adelante con sus planes.
El gran ganador es Netanyahu. La pol¨ªtica de enfrentamiento con los palestinos est¨¢ beneficiando y afirmando sus alianzas con los sectores radicales -colonos y ultraortodoxos religiosos-, que meses atr¨¢s le hab¨ªan amenazado con abandonar el Gabinete. Ayer, Isaac Levy, ministro de Educaci¨®n Nacional, miembro del Partido Nacional Religioso y enemigo declarado de los acuerdos de Wye, acept¨® formar parte del minigabinete del jefe de Gobierno, en el que se deciden los principales acuerdos.
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