La justicia francesa, bajo sospecha por comentarios y sentencias de tintes racistas
"Tanto va L¨¦vy al horno, que termina por quemarse". Contra lo que cabr¨ªa pensar, la frase no es esta vez una muestra del caracter¨ªstico humor negro del presidente del Frente Nacional (FN), Jean-Marie Le Pen. Al l¨ªder de la ultraderecha francesa le ha salido un imitador en esta costumbre, tan suya, de jugar con las palabras horno y crematorio para atacar a un adversario de origen jud¨ªo.Lo sorprendente es que la frase que rememora de forma obscena la "soluci¨®n final" otorgada a miles de jud¨ªos en los campos de concentraci¨®n nazi ha sido escrita por el muy distinguido fiscal del Tribunal Supremo -Orden del M¨¦rito 1995- Alain Terrail en su cr¨ªtica a su compa?ero Albert L¨¦vy. Lo inquietante tambi¨¦n es que ha sido publicada en la revista de la Asociaci¨®n Profesional de la Magistratura (APM), que agrupa a unos magistrados que son conservadores, s¨ª, pero nunca sospechosos de antisemitismo ni de connivencia con el Frente Nacional. ?Estamos ante un desliz involuntario -como sostiene el protagonista-, ante una jugarreta del subconciente, o esto es una prueba m¨¢s de la deriva de cierta derecha que empieza a contagiarse del discurso del FN?
La duda se ha instalado en los ¨¢mbitos de la magistratura francesa y en los c¨ªrculos pol¨ªticos mientras se suceden las reacciones de p¨²blica indignaci¨®n y se adoptan las primeras medidas contra Alain Terrail. Despu¨¦s de sopesar la posibilidad de una destituci¨®n fulminante, la ministra de Justicia, Elisabeth Guigou, ha dejado en manos de la fiscal¨ªa la apertura de una denuncia por injurias raciales, a la que se han sumado varias organizaciones de derechos humanos. La ministra ha recabado su opini¨®n al Consejo Superior de la Magistratura para cumplir r¨¢pidamente con el requisito previo a la adopci¨®n de sanciones disciplinarias. Guigou considera que el cargo que ocupa Alain Terrail -un hombre de 65 a?os, que fue consejero ministerial en el Gobierno de Jacques Chirac y candidato del centro-derecha en las elecciones regionales de Par¨ªs- constituye en s¨ª mismo una "circunstancia agravante".
Abrumados por la sospecha de connivencia con el racismo, los m¨¢ximos responsables de la APM, que preside a t¨ªtulo honor¨ªfico el propio Alain Terrail, han anunciado la autodisoluci¨®n de esa asociaci¨®n profesional. Con todo, la teor¨ªa que tiende a explicar lo ocurrido como fruto de la conducta aislada de un juez tropieza con los testimonios de otros magistrados, que sacan ahora a la luz la existencia de un racismo latente en la magistratura expresado no s¨®lo en los pasillos, sino tambi¨¦n en las sentencias. As¨ª, en un auto dictado hace un a?o en un caso de divorcio, el Tribunal de Apelaci¨®n de N?mes justific¨® la concesi¨®n de la patria potestad a la madre aludiendo al origen del padre. Tras constatar que la hija del matrimonio "se acerca a la edad de la pubertad", el tribunal indic¨® que "la cultura norteafricana del padre se presta a la complicidad con una adolescente", y prohibi¨® al progenitor -franc¨¦s de origen marroqu¨ª- salir de Francia en compa?¨ªa de su hija con el argumento de que, "desgraciada y frecuentemente, los padres originarios de ?frica del norte amenazan a sus ex c¨®nyuges residentes en Francia con quitarles los hijos". Son casos de racismo ordinario que afloran ahora que el antisemitismo ha asomado escandalosamente.
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