La polic¨ªa de Tejas halla el cad¨¢ver del preso que se evadi¨® del 'corredor de la muerte'
La polic¨ªa de Tejas encontr¨® anoche en un r¨ªo el cad¨¢ver de Martin Gurule, el condenado a muerte que escap¨® la pasada semana de la prisi¨®n de Ellis, en las cercan¨ªas de Huntsville. El cuerpo era muy parecido f¨ªsicamente al del fugitivo y llevaba los zapatos y ropas de los reclusos del corredor de la muerte. A falta de confirmaci¨®n forense, las autoridades penitenciarias aseguraban que que hab¨ªa "un 99% de posibilidades" de que fuera el cad¨¢ver de Gurule.
El cuerpo sin vida fue encontrado flotando bajo un puente, en el r¨ªo Trinity, a unos seis kil¨®metros y medio del penal de donde escap¨® Gurule. Lo descubrieron dos funcionarios de la prisi¨®n que se encontraban pescando y que de inmediato alertaron a la polic¨ªa.Gurule, de 29 a?os, fue el ¨²nico recluso de un grupo de siete que logr¨® culminar la fuga, la primera en esa prisi¨®n desde hace m¨¢s de 60 a?os. Los otros seis evadidos se rindieron cuando los guardas abrieron fuego al detectar su escapada.
Las autoridades del Estado de la Estrella Solitaria hab¨ªan declarado que Gurule regresar¨ªa a la prisi¨®n tejana de Ellis "vivo o muerto". Durante siete d¨ªas llevaron a cabo una caza al hombre como en las pel¨ªculas. Con sombreros tejanos, rev¨®lveres en el cintur¨®n y fusiles al hombro, cientos de polic¨ªas -a pie, en jeep o a caballo- segu¨ªan a decenas de perros especializados en este tipo de caza. A los perros se les presentaban para que las olfatearan prendas dejadas atr¨¢s por el fugitivo. Por el aire, decenas de helic¨®pteros reforzaban la b¨²squeda. Iban provistos de unos instrumentos capaces de detectar el calor de cualquier ser vivo que circulara por tierra. En el momento de su fuga, en la noche del pasado D¨ªa de Acci¨®n de Gracias (el 26 de noviembre), Gurule esperaba su cita con el verdugo en el corredor de la muerte de la prisi¨®n de Ellis, a unos 120 kil¨®metros de Houston.
Era el responsable convicto de un doble asesinato. Ocurri¨® durante el atraco a un restaurante, en 1992, que protagoniz¨® con su novia de entonces, condenada a 25 a?os de c¨¢rcel. Gurule abati¨® al propietario y al cocinero de sendos tiros en la cabeza. El bot¨ªn del atraco ascendi¨® a 8.000 d¨®lares (unas 115.000 pesetas).
Las autoridades de Tejas segu¨ªan convencidas de que Gurule no pod¨ªa andar lejos. Cre¨ªan que desde su fuga, la primera de un condenado a muerte en una prisi¨®n tejana desde la protagonizada hace 64 a?os por unos miembros de la banda de Bonnie y Clyde, sobrevivi¨® como un animal acorralado en la zona de pinos y matorrales, infestada de serpientes, que rodea a Huntsville.
Le aplicaban la palabra que el ingl¨¦s ha adaptado del castellano para este tipo de personajes: "desperado". La noche de su fuga, Gurule y sus seis compa?eros colocaron ropas y papeles en sus lechos para simular que estaban ocupados, se encaminaron al patio de recreo, cortaron all¨ª la barrera de alambre espinoso, pasaron a un patio contiguo, escalaron tres pisos, se escondieron durante varias horas en el techo y, ya bien entrada la noche, saltaron hacia la libertad. Hab¨ªan pintado con tinta sus uniformes blancos para camuflarse mejor.
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