La familia Nixon exige 30.000 millones
Los herederos del ex presidente se enfrentan a la Administraci¨®n por el precio de las cintas del 'Watergate'
Mientras Bill Clinton demuestra su capacidad extraordinaria de escaparse de apuros de cualquier tipo, el hombre que hace 24 a?os acab¨® destituido por otro tipo de dificultades no puede evitar la pol¨¦mica ni siquiera desde la tumba. Hace 18 a?os, Richard Nixon, el presidente de Estados Unidos desde 1968 a 1974, reclam¨® una compensaci¨®n por 42 millones de documentos, en su mayor¨ªa pertenecientes al caso Watergate, 3.700 horas de conversaciones y miles de fotograf¨ªas que le hab¨ªa confiscado el Gobierno. Ahora, aquella petici¨®n se ha convertido en un juicio que ha provocado duras cr¨ªticas al ex presidente. Durante la apertura del caso ante un tribunal de Washington esta semana, el Departamento de Justicia norteamericano puso de relieve la contradicci¨®n que supone la actual petici¨®n con la famosa declaraci¨®n de Nixon en 1973: "Durante todos los a?os de mi vida p¨²blica, nunca he sacado beneficios de mi servicio p¨²blico". Neil H. Koslowe, uno de los abogados que representan al Departamento de Justicia, afirma que el ex presidente pronunci¨® esa declaraci¨®n "orgullosamente", y ahora su familia busca "ganar dinero de documentos creados por funcionarios p¨²blicos con material p¨²blico financiado por fondos p¨²blicos".El malestar de Koslowe es rotundo: "?A qu¨¦ est¨¢n jugando? El se?or Nixon no tiene derecho a compensaci¨®n de ning¨²n tipo. Punto".
La familia de Nixon sostiene que el valor de los documentos y cintas podr¨ªa llegar a los 213 millones de d¨®lares (m¨¢s de 30.000 millones de pesetas), pero el Departamento de Justicia asegura que sus expertos los tasan en torno a los 2,2 millones de d¨®lares (poco m¨¢s de 300 millones de pesetas). Los abogados de Nixon tienen previsto llamar a varios testigos para respaldar su estimaci¨®n. Entre ellos figuran personajes de honestidad indiscutible como el historiador Stephen Ambrose, que escribi¨® una de las biograf¨ªas m¨¢s respetadas sobre Nixon. Pero el Gobierno se?ala que otros m¨¦todos utilizados por los Nixon para llegar a las cifras que barajan son cuestionables. Como cuando se demostr¨® que era falsa una carta en la cual Nixon explicaba su decisi¨®n de bombardear Vietnam, cuyo valor estaba en 25.000 d¨®lares (tres millones y medio de pesetas), seg¨²n los expertos de la familia.
El abogado de Nixon, R. Stan Mortenson, asegura que la familia no busca "sacar beneficios" a trav¨¦s del juicio, sino que quieren una "compensaci¨®n" que permita realizar el sue?o del ex presidente: ordenar sus documentos en una biblioteca dedicada exclusivamente al presidente n¨²mero 37 de Estados Unidos. El resto del dinero pasar¨ªa a manos de las hijas de Nixon y sus parientes, que as¨ª pagar¨ªan las deudas legales que han acumulado en los ¨²ltimos a?os para "vindicar los derechos" de su padre. Y no se puede olvidar la buena suma de dinero que compensar¨ªa al abogado Mortenson y a sus socios.
El Departamento de Justicia rechaza tajantemente los argumentos de Mortenson respecto a la justificaci¨®n del caso. "No ser¨ªa justo, no ser¨ªa correcto que los ciudadanos norteamericanos deban pagar por el material que refleja el crimen que constituye el peor abuso de poder en la historia del Gobierno estadounidense".
Se espera que el juicio, que se celebra sin jurado, dure unos dos meses. El magistrado que lleva el caso ya decidi¨® en un juicio anterior que Nixon no ten¨ªa derecho a compensaci¨®n, pero esta resoluci¨®n fue anulada por un tribunal de apelaci¨®n, que sostuvo que todos los presidentes de Estados Unidos han gozado del privilegio de considerar sus documentos una posesi¨®n privada.
El Congreso de EE UU decidi¨® en 1974 hacerse con el control de los documentos, que ahora est¨¢n almacenados en el edificio de los Archivos Nacionales, para evitar que Nixon los destruyera tras su dimisi¨®n.
La pol¨¦mica se produce mientras se celebra el ¨²nico proceso de impeachment de este siglo que no se centra en el nombre de Nixon. Es posible que la pr¨®xima semana el Comit¨¦ de Asuntos Judiciales de la C¨¢mara de Representantes vote art¨ªculos de procesamiento del actual presidente norteamericano, Bill Clinton. Y Nixon dimiti¨® precisamente en ese momento del proceso jur¨ªdico.
Pero Slick Willy, el apodo de Clinton, es m¨¢s ¨¢gil pol¨ªticamente que Nixon. El carisma indiscutible y el instinto pol¨ªtico del actual presidente contrastan con la amargura y actitud defensiva de Nixon.
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